REGRESO

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La sensación en ese momento fue la misma que la de un tsunami, llegó para arrasar con todo como la primera vez que nos vimos

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La sensación en ese momento fue la misma que la de un tsunami, llegó para arrasar con todo como la primera vez que nos vimos.

—¿No vas a decir nada?— volvió a preguntar.

—No se que decirte, sigo molesta contigo—

Su mirada cambió, parecía como si Klaus intentara comprenderme. ¿Como alguien tan fuerte por fuera podía ser tan frágil por dentro?

—Iba a dejarte ir— suspiró —Pero es estúpido dejar ir la única persona que me hace feliz—

—Te amo Niklaus— me acerqué más hacia la puerta —Pasa por favor—

El híbrido entró de inmediato y me abrazó fuertemente. La vulnerabilidad que odiaba demostrar salió a la luz.

Al lado de Klaus era solo una niña enamorada, frágil e inocente. Pero también el sacaba la peor parte de mí, la parte que Stefan siempre había intentado hacer que yo la reprimiera.

Me sentía más vampiro estando con el, mi instinto depredador disfrutaba de estar en compañía con el.

—Perdóname Catalina, eché a perder lo que teníamos— Klaus dijo sin soltarme.

—Supongo que Rebekah fue quien te dijo dónde estaría—

—Si, le quite la estaca y le prometí nunca volver a matarla— hizo énfasis en esta última palabra.

—Eres el hermano del año— reí.

Mis hermanos, maldita sea. Por estar huyendo de mis sentimientos descuidé a mis hermanos.
Hacía días que no les contestaba los mensajes ni las llamadas.

—¿Como están Stefan y Damon?— le pregunté soltándome de su agarre.

—¿Desde que te fuiste? ¿O desde que convirtieron a su novia doppelgänger en vampiro?— me respondió con ironía.

—Debo volver a Mystic Falls—

Comencé a empacar mientras escuchaba los mensajes de voz que me habían dejado mis hermanos. Debía estar con ellos ahora que Elena probablemente estaría pasando sus peores días.

Escribí una nota para Elijah, me dolía dejarlo así sin decirle nada, pero me di cuenta que era un error huir de mis sentimientos.

[...]

Mystic Falls, no lo iba a negar, extrañe este pueblito.

Corrí hasta la casa de mis hermanos, no me esperaba una bienvenida mejor que la que me encontré.

—Lina, que honor tener a dos destripadores en casa— dijo Stefan irritado.

—Déjalo hermanita, está molesto porque Elena ya es una de nosotros— Damon me abrazó.

Parecía que se odiaban, la molestia e irritabilidad de Stefan y la indiferencia culpable de Damon me traían vagos recuerdos.

—¿Donde está ella?— pregunté.

—Con Bonnie— respondió Stefan.

—Perfecto, mejor que ella no este aquí— dije sin pensar.

Ambos me miraron extrañados. Mi plan era pasar tiempo juntos para que se olvidaran de los problemas que Elena les daba día tras día.
Pero al parecer lo último que ambos querían era pasar tiempo juntos.

Se negaron de inmediato. No podía obligarlos. Siempre era lo mismo, querían hundirse en sus problemas solos.

¿Quien soy yo para juzgarlos? Yo huí a Nueva York cuando un chico me hizo sentir mal. Al parecer era de familia nuestra forma de solucionar los problemas.

[...]

Volví a ver a Rebekah, extrañaba muchísimo a mi mejor amiga. Que mejor que verla junto con Lexie.

Éramos un trío dinámico las dos rubias y yo, no había cosa que no pudiéramos hacer juntas.

—Beka, no sabes lo mucho que te extrañé— corrí para abrazarla.

—No las dejaré solas nunca más— alardeó Rebekah.

Estuvimos hablando toda la tarde, temas intrascendentes la verdad. Esperaba que no tocaran el tema de mi relación con Klaus, ya que me vería obligada a decirles lo qué pasó.

Decirles que seguía enamorada de Klaus iba a ser una noticia difícil de digerir para ambas.
Por una parte Lexie; Klaus les había hecho mucho daño a mis hermanos y ella no se lo perdonaría. Luego estaba Rebekah; en este momento odiaba a Klaus y no aceptaría nuestra relación.

—¿Qué pasó con Elijah? Supe que te había acompañado a Nueva York— habló Rebekah.

Tragué saliva.

—El se quedó allá, en realidad no se si vaya a volver, me regrese muy de pronto y no me dio cuenta de avisarle— intente no tartamudear.

—Se nota que le importas Lina, a lo mejor el es tu príncipe azul— Lexie sonrío pícara.

—Elijah no es más que mi amigo— dije evadiendo sus miradas.

—¿Lina sigues enamorada de Nik?— preguntó Rebekah.

Me quede callada un momento. ¿Debía decirles la verdad a mis mejores amigas?

Cᴀᴛᴀʟɪɴᴀ | Klaus MikaelsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora