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—Me di de baja en la escuela esta mañana— le dije a Jeremy mientras bebía un poco de Coca Cola.
—¿Ahora te vas a dedicar a ser ama de casa?— soltó una carcajada.
—Quiero ir a Nueva Orleans con Niklaus antes de que nos casemos, pienso hacer la boda allá, pero antes tengo que ver qué tan seguro es—
—Creo que una familia de vampiros pueden contra la inseguridad de Nueva Orleans— dijo con ironía.
Rodé los ojos pero no pude evitar reírme ante las palabras de Jeremy, extrañaría mucho a este pequeño niño.
—Me refiero a los demás vampiros, no se si acepten una boda en su territorio— dije algo preocupada.
—Creo que la boda de Klaus Mikaelson es algo que dudo quieran estropear— habló Jeremy.
Me quede pensando en sus palabras, tenía razón, nadie le llevaría la contraria a Klaus, solo yo y Rebekah claro estaba.
Siempre debía ver por la seguridad de los míos, de mis hermanos y amigos, tanto humanos como Jeremy y vampiros como Caroline y mis hermanos.
—Te voy a extrañar mucho Lina— el tono de voz de Jeremy cambió, lo notaba algo melancólico.
—Yo a ti Jer, muchísimo— lo abracé con ternura.
[...]
Esta tarde era la merienda para celebrar el compromiso mío y de Klaus. Ya no me sentía nerviosa, ya que mis hermanos habían tomado muy bien la noticia, sabía que aceptarían mi decisión.
Por parte de Niklaus, los únicos que estarían en la merienda serían Rebekah, Kol y Klaus. Desde hacía días no sabíamos nada sobre Elijah, por una parte me hacía sentir mal porque era una persona importante para ambos, pero por otra parte podía ver como Niklaus se sentía más "seguro" sin su hermano mayor.
La ausencia de Elijah me daba algo de ansiedad, pensaba en como el siempre quiso lo mismo que yo. Que sus hermanos pudieran por fin convivir en paz, solo esperaba reparar a su fragmentada familia, o bueno, lo que quedaba de ella, justo como yo quería hacerlo con Stefan y Damon. Así que decidí mandarle una invitación de la boda por correo, también decidí mandarle un correo explicándole todo lo que había pasado durante su ausencia.
Llamada entrante de Rebekah ❤
—Sal, estoy afuera de tu casa—
Observe por la ventana y en efecto, la vampiresa rubia estaba afuera de mi casa en su convertible blanco.
Sali de casa rápidamente y con esa misma velocidad entre al auto de Rebekah en el asiento de atrás ya que en el asiento del copiloto estaba mi otra vampiresa rubia favorita.
—Lexie y Rebekah, siempre vienen al rescate de su pobre amiga en apuros— dije riendo.
—Es como un sexto sentido, sabemos cuando estas tensa— hablo Lexie.
—Tenemos una sorpresa para ti— añadió Rebekah.
Siempre que estas dos se juntaban para alguna vagancia algo salía mal, ambas eran como un tsunami de desastres en potencia. Por eso yo siempre tenia que estar ahí para evitar que cometieran alguna barbaridad.
Rebekah condujo hasta una casa de moda en el Norte de Virginia, a la velocidad que Rebekah conducía era casi imposible que nos tardáramos en llegar. Cuando estábamos afuera de la casa de moda entendí lo que querían hacer.
—Nosotras pagaremos tu vestido Lina, escoge el que mas te guste— dijo Lexie abrazándome con fuerza.
—Siempre quisiste un vestido negro para tu boda, así que ahora es el momento— añadió Rebekah.
Les estaría infinitamente agradecida y no solo por el detalle de pagarme el vestido, si no por planear todo el road trip hasta la casa de moda. Justo en ese lugar era donde estaría mi vestido de novia de ensueño, podía presentirlo.
[...]
—Gracias a todos por venir esta tarde, se que es algo repentino, pero no podíamos seguir esperando más tiempo— miré con dulzura los ojos de mi futuro esposo.
Todos aplaudieron para después comenzar a comer y beber, sería una pequeña merienda solamente, por lo que no espere que llegara tanta gente.
Elena llegó junto con Damon, Stefan y Caroline llegaron juntos, Bonnie hizo lo mismo con Jeremy, Rebekah y Lexie llegaron juntas, Kol y Enzo llegaron unos minutos después.
—Creo que solo hago falta yo—
Giré la cabeza inmediatamente solo para reafirmar lo que pensaba.
—Elijah, viniste— me levante de la silla para abrazarlo.
—No podía perderme esta maravillosa noticia—
Sus ojos se notaban tristes, como si no estuviera feliz por nosotros. Creo que Klaus tenía sus razones para sentirse mejor lejos de su hermano.
—Ven por favor, siéntate—
Niklaus lo saludo más a fuerzas que de ganas, se le veía disgustado pero hizo su mayor esfuerzo para disimular la cara de enfado. Se tenso de inmediato, sus latidos se aceleraron y tenso más la mandíbula que de costumbre.
Sostuve su mano mientras la acariciaba, subía las caricias con la llena de mis dedos por su antebrazo y después por sus nudillos. Fue de lo más satisfactorio ver cómo se tranquilizaba ante mi tacto.
