Ser la redención de Klaus no era lo que esperaba, la verdad era que me llenaba de dudas, no dejaba de pensar en que tal vez Niklaus me quería solo porque yo era su única oportunidad para llevar una mejor vida.La profecía tenía razón, Niklaus había cambiado mucho estos últimos meses que habíamos estado juntos, el cambio era pequeño pero notable, el simple hecho de que pusiera la vida de otra persona (yo en este caso) primero que la suya significaba un enorme cambio.
—Pensé en matarte tantas veces... fuiste un completo dolor de cabeza, pero mi tolerancia siempre fue por Klaus—
Ahora no sabía cómo diablos le explicaría a Niklaus todo lo que había pasado. Debía contarle que no podíamos hacerle daño a Marcel después de preocuparse tanto por su redención, pero no había forma de decirle eso sin contarle que nuestra relación había sido parte de una profecía de una bruja.
—Debo irme... y debo decirle esto a Niklaus—
No deje que Marcel me detuviera y él no podía pedirme que le ocultara esto a Niklaus, él tenía derecho de saber cuál era la verdad.
De regreso al hotel me invadió el miedo, tenía tanto miedo de que Klaus dejara de quererme por el significado que yo tenía según la profecía. Tantas veces que Elijah y Rebekah habían intentado ayudar a Klaus a redimirse y él los había rechazado miles de veces.
—Amor, te tardaste mas de lo que pensé, ya es hora de nuestra cena— dijo besando mi mejilla.
Al separar sus labios de mi mejilla una lágrima cayó, no pude ni siquiera mirarlo a los ojos, sentía pánico de solo pensar que Niklaus ya no me quisiera.
Me senté a su lado y lo tomé de la mano, suspire y comencé a contarle todo lo que Marcel me había dicho, comencé nerviosa, pero conforme hablaba el rostro de Klaus se relajaba. No se veía molesto, tampoco se veía confundido, solo asentía a todo lo que le decía.
—¿Por eso estas llorando amor?— dijo con una voz suave y relajada.
—Si, supongo que pensé que eso cambiaría algo...—
Niklaus me tomo del rostro y me beso la mejilla, apoyo mi cabeza en su pecho y me abrazó con fuerza.
—Aun sin saber sobre la profecía, yo ya sabia que tu eras mi oportunidad para mejorar, si no hacía algo te hubiera perdido y haberte perdido habría sido el peor error que podría cometer—
Y así fue como Niklaus Mikaelson una vez más logró hacer que sintiera como si mi inerte corazón volviera a latir.
Ahora que lo pienso, no debí dudar de los sentimientos de Klaus hacia mi, él había dado lo mejor de él siempre y no cambiaría nada el que yo fuera su redención.
[...]
Stefan llegó con Lexie a mi habitación del hotel, eran casi las 5:30 y yo estaba teniendo una crisis porque no podía encontrar mi ramo de flores. Stefan era el encargado de calmarme, mientras que Lexie me arreglaba el cabello y el maquillaje.
—Rebekah está con Klaus, Damon nos está esperando en el auto y Jeremy dijo que quería hablar contigo, supongo que no tarda en subir— dijo Stefan.
Respire ondo y me relaje. Era el día de mi boda y jamás había sentido tantas emociones a la vez, quería llorar, gritar de la emoción, huir de los nervios y saltar de la ventana... bueno, tal vez saltar de la venta ahora sería una buena idea.
—¿Dijiste que Damon ya está abajo?— le pregunté a mi hermano.
—Lleva 10 minutos esperándonos—
—Ya no esperara más— dije antes de saltar por la ventana.
Un poco de adrenalina no iba a hacerme daño, hasta me sentía mas relajada después de mi pequeño salto del octavo piso.
Subí al auto de Damon y me abroché el cinturón. Ya me sentía lista para ir al altar y hacer esto, comenzar mi nueva vida al lado del amor de mi vida
—Ni el día de tu boda pierdes el glamour— dijo Damon con una sonrisa.
La puerta del auto se abrió y entraron Stefan, Lexie y Jeremy, ellos junto con Lexie y Rebekah iban a ser algo así como mis damas de honor, mejores acompañantes no pude haber pedido.
Damon arrancó y comencé a darles las gracias a todos por haberme apoyado. Todos nos pusimos bastantes sentimentales a decir verdad, aunque yo viviera aquí y ellos en Mystic Falls había una persona que no podría ver tan seguido, Jeremy.
Ese niño rebelde me había enseñado lo valiosa que es la amistad, lo veía casi como un hermano menor y pensar que era mortal y un día moriría me entristecía, pero hoy no era un día triste, era el día de mi boda y estaba con mis mejores amigos. No podía pedir nada más.
Damon y Stefan me acompañaron hasta el altar, al caminar por el pasillo y ver a las personas que se habían reunido para nuestra boda me hizo sentir muy feliz. Pero cuando levanté la mirada y lo vi a él, volvió ese sentimiento, como si mi corazón volviera a latir.
—Niklaus Mikaelson, ¿aceptas a Catalina Antonella Salvatore como tu esposa, para amarla y respetarla hasta que la muerte los separe?—
Ambos soltamos una pequeña risa ahogada después de que el pastor dijera eso. No había forma natural de que la muerte nos separara, así que ese juramento sería eterno.
—Acepto— las comisuras de sus labios formaron una sonrisa.
—Catalina Antonella Salvatore, ¿Aceptas a Niklaus Mikaelson como tu esposo para amarlo y respetarlo hasta que la muerte los separe?—
—Acepto— dije emocionada.
—Por el poder que se me ha concedido yo los declaro marido y mujer, puede besar a la novia— el pastor levantó las manos.
Niklaus me tomó de la nuca y me acercó delicadamente a su rostro hasta unir nuestros labios en un tierno y delicado beso. La gente se levantó y aplaudió al unísono, nos lanzaban arroz y los niños afuera de la iglesia soplaban burbujas.
Tome la mano de mi ahora esposo y caminamos juntos por el pasillo hasta afuera de la iglesia. Nos despedimos de todos nuestros invitados y subimos al convertible blanco que nos estaba esperando afuera de la iglesia.
Ese día culminó una etapa de mi vida, una que siempre recordaré con amor y alegría por todo lo que me dejó de enseñanza. Conocí gente maravillosa gracias a mis hermanos y gracias a Mystic Falls. Pero ese mismo día comenzó otra aventura, una aventura que compartiría con mi nuevo compañero de aventuras.
Niklaus y yo nos habíamos encontrado sin buscarnos, nos amamos sin esperar nada a cambio y aunque yo hubiera aparecido en su vida gracias a una profecía, la verdad era que el amor que él despertó en mí y el amor que yo desperté en él no tenía nombre. Esa sensación que sentía al verlo no tenía precio y sin duda haber conocido a Klaus Mikaelson había sido lo mejor que pudo pasarme en la vida.
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Cᴀᴛᴀʟɪɴᴀ | Klaus Mikaelson
Vampire-¿Qué pensarán Stefan y Damon si se enteran que me enamoré de su hermanita?-