14. Incompleta

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El sonido incesante de las manecillas del reloj, extrañamente la tenían harta, hacía días que no podía dormir, desde aquel recuerdo, donde suponía que estaba con su novio, y terminó siendo otra cosa asquerosa y horrible, tenía miedo, sumando que en cuanto cerraba los ojos, era como si pudiese ver a alguien de pie junto a ella, observándola mientras dormía o intentaba hacerlo.

Quizás esa era la razón por la cual había cambiado su cama de lugar, pegándola a la barda y acostándose dando la espalda a la pared, para sentirse un poco segura, pero aquello no funcionaba, nunca había sido de persona a que acosaran de ese modo, como en las películas de terror, siempre había pensado que aquello era una exageración, pues ahora estaba bastante segura de que no era así; recordaba las palabras de Scorpius a cada momento "Si los ves, te ven". No sabía cómo funcionaba aquello, pero sin duda era así.

El primer sábado de un nuevo mes llegó con ella sin poder dormir, así que sin ocupaciones de la escuela, fue hasta el apartamento de su novio, se recostó contra él, y cerró los ojos dispuesta a descansar, tenía a alguien que siempre la protegería pero...

¿Y qué si él no podía ver aquello tampoco?

Todo el entusiasmo que juntó a lo largo de los días se esfumaron, así que se levantó, con el cabello alborotado y unas enormes bolsas moradas debajo de los ojos, estaba más irritable que nunca, y cuando quiso jugar con ella un poco para animarla, simplemente explotó.

Ni los besos, ni las caricias parecían funcionar en ella, quería evaporarse, morir y así poder dormir un poco más.

Avanzó hasta su ropa y se vistió, salió del apartamento de Teddy sin dirigirle una palabra más, ni darle una explicación sobre su actitud extraña.

Todo el camino hasta su casa fue monótono, como si estuviese dentro de un sueño, ojalá estuviese dormida, pensó, pero no era así, subió las escaleras y observó el calendario pegado en la pared, habían pasado casi seis meses desde la última vez que había visto a Scorpius Malfoy y no había vuelto a buscarla, o quizás se había quedado en el lugar al que fue, no sabía, pero aquello le inquietó.

¿En qué momento había pasado tanto tiempo? ¿Cómo es que no se había dado cuenta de aquello? Ni siquiera recordaba haber pasado mucho tiempo con sus padres, o sus hermanos ¿aquello era normal o se estaba volviendo completamente loca?

Al final de sus cavilaciones, decidió rendirse, cerró los ojos y en un instante, toda su realidad se esfumó, todo se volvió obscuro y sintió como si fuese engullida por la oscuridad.

Pero necesitaba dormir, o realmente se volvería más loca de lo que ya estaba en ese momento.

Un destello de luz la dejó ciega, un rostro apareció frente al de ella, sus ojos grises estaban completamente tranquilos, pero no eran los de Scorpius, eran los de alguien más, si no se equivocaba, eran los de Draco Malfoy, pero, ella jamás lo había conocido.

—Siempre eres un dolor de trasero ¿lo sabes?

—Yo... lo siento, no era mi intención.

—De acuerdo, no me expliqué, tu sola existencia es un dolor en el trasero ¿por qué siempre lo haces?

Lily sintió una sonrisa formarse en sus labios. —Sé lo que quieres, pero no será así, jamás ¿sabes por qué? -Sonrió más ante su seriedad –porque él es mío, no importa cuanto lo intentes, él siempre va a ser mío.

—Vamos, Meredith ¿o debería llamarte Shoshanná? –La cuestionó –he sido bastante benevolente con él y contigo, pero no me hagas cobrar la promesa que me hizo, porque sabes qué pasará.

Kredator || ScorilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora