30. Epilogo.

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Las mejillas de Lily estaban completamente rojas, su respiración era agitada, la visita de Scorpius había sido más que un simple momento, no estaba demasiado cómoda con el hecho de haber arruinado la mesa y la barra de la cocina teniendo sexo con él, lo bueno era que sus padres jamás se enterarían de ello y por lo tanto, podían seguir consumiendo sus alimentos y preparándolos sin que les afectara.

El Kredator se alejó un poco más de ella, rompiendo el contacto entre ellos y haciéndole sentir un frío extremo, uno que siempre había estado ahí, escondido dentro de su ser, ¿por qué el simple hecho de que él se alejara de ella era un dolor inimaginable?

Sintió la suave caricia de la nariz de Scorpius en la suya, como una muestra de cariño que siempre había tenido para con ella, entonces ¿por qué la hizo ahogarse en llanto? Como si toda gota de felicidad se evaporaba de su ser.

Rodeó el cuello del kredator con sus brazos, regresándolo hasta ella, sosteniéndolo con todas sus fuerzas, como si de lo contrario fuese a escaparse como el agua entre los dedos, incluso tenerlo cerca, pegado a su ser, no quitaba la sensación de vacío, de soledad y miedo que se comenzó a extender por todo su cuerpo.

¿Un ataque de pánico?

Su respiración se agitó, aquello ya no era por el éxtasis que le había provocado llegar al orgasmo durante el sexo, sus pulmones se estaban negando a recibir oxigeno ¿por qué?

Intentó sujetarlo pero al estar desnudo no tenía prenda alguna a la cuál aferrarse de su pecho, sus dedos resbalaban de la piel como porcelana del kredator, separó los labios intentando decir algo, suplicarle que por favor no la dejara de nuevo, pero no pudo, ni una sola palabra salió de ellos, ni una nota, nada.

Su mirada se levantó hasta la de él, que estaba tan impasible como siempre, recordándole que no había nada ahí, él estaba completamente vacío, sin embargo, ¿por qué tenía la habilidad de hacerla sentir amada cuando él no sentía nada?

Lily se llevó su mano al pecho, intentando controlarse, pero Scorpius parecía ajeno a lo que ella estaba sintiendo en ese momento, su mirada vagó por el resto de la cocina, buscando una forma de recuperar el aliento, y un par de ojos azules escondidos en la penumbra llamó un poco su atención, parecían disfrutarla ver sufriendo, todo a su alrededor perdió nitidez.

Él se convertirá en un Kredator, no tendrá sentimientos, ni emociones, será una vasija vacía que solo tendrá lo que quiera que contenga y para esto, te diré, van a encontrarse en cada vida y sufrirás amándolo y atada a alguien más, tu destino y el de él jamás van a cruzarse ni tocarse.

Sus ojos se abrieron de golpe y la bocanada de aire que dio la hizo toser como loca, una suave mano se colocó en su brazo, para que se tranquilizara, pero no podía después de recordar aquellas palabras, Scorpii se había vuelto un Kredator por su culpa, por nada más que su culpa, ella era la culpable de que él no sintiera nada, de que fuese una simple marioneta atada a un destino cruel.

—Despertaste, me alegra –murmuró Scorpius, en un tono tranquilo.

—Yo-Yo no recuerdo...

—Todo pasó demasiado rápido, un momento estabas bien, y al siguiente... es como si te apagaras de la nada, tu mirada perdió el brillo.

Lily no lo dejó terminar, negó moviendo la cabeza efusivamente, así que él frunció el ceño completamente desconcertado, ella quitó la mano del rubio que había abandonado su brazo y ahora reposaba tranquilamente sobre su pierna.

—Vete –soltó en un tono serio.

—Lily, ¿estás bien? –Elevó las cejas, confundido un poco de su extraña actitud.

Kredator || ScorilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora