06. Un Simple Sí.

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Lily vio a su madre guiar a ese hombre dentro de su casa, iba interrogándolo de forma tan normal y natural, tan despreocupadamente, aquello no le agradó a la pelirroja, que entró con el ceño fruncido.

Se quedó en la puerta, cuando vio al chico observando la imagen colgada a la entrada, era ella de pequeña con sus dos hermanos, Scorpius parecía inspeccionar detalladamente aquello, lo vio sonreír después de un instante.

—Nunca hija única –comentó –después de todo, necesitas de alguien que continúe el linaje, ya que no puedes ser tú ¿cierto? –sonrió divertido, casi cruel.

—No sé de qué me hablas –frunció el ceño.

—Dime ¿qué es lo que he te dicho él? –Se acercó a ella –normalmente, tenemos que encontrarnos, para que él lo recuerde ¿ya recuperó sus recuerdos?

—Creo que lo mejor es que te marches de mi casa –informó enfadada.

—Tu madre me ha invitado a pasar –comentó –y... si mal no tengo las cuentas, soy el primer chico que traes a casa ¿no?

—Yo no te traje, tú llegaste solo y...

—Dime ¿desde hace cuánto están saliendo?

—Bueno, Ginny, es una respuesta complicada, yo podría decir que desde el inicio del tiempo, ella te responderá, que no salimos, todavía.

—Yo estoy saliendo con otra persona, mamá –comentó frunciendo el cejo, y empujando a Scorpius para pasar a la sala.

—Compórtate –la regañó su madre –a todo esto ¿cuál es tu nombre?

—Hyperion Greengrass –comentó.

—Scorpius Malfoy –corrigió Lily.

—No mentí –comentó –a veces uso mi segundo nombre y el apellido de soltera de mi madre.

—Scorpius Malfoy ¿eres de esos Malfoy?

—Los pretenciosos millonarios –hizo una cara de decepción –sí, soy el único heredero de la familia ¿no crees que soy mejor opción para tu hija que ese simple profesor de universidad?

La mirada chocolate de Ginny se posó en su hija, con una mueca de sorpresa, la joven sonrió, incómoda porque su madre se entrara así de su relación con Ted, que si bien no era formal, bueno, ya había dado un gran paso en eso.

—Iré a poner agua para el té –comentó la mujer, enfadada –con permiso.

—Ella me agrada –admitió –no siempre tus madres me agradan, me recuerda a alguien, aun no sé a quién –murmuró.

—Vete de aquí, no sé lo que intentas...

—Aparte de que seas mía, tanto como yo soy tuyo, no mucho.

—Eso jamás ocurrirá ¿lo escuchas?

—Ciertamente, hace ocho vidas que no pasa –admitió, decepcionado.

—Nunca va a pasar, sácalo de tu cabeza ¿te queda claro?

—Tenerte junto a mí, ciertamente es algo que nunca saco de mi cabeza, aunque en este momento pudiese romper el ciclo que te une a él –admitió –en cada vida, me enfrento a esta difícil decisión, dime ¿tú qué harías en mi posición? ¿Destruirías algo perfecto para hacerlo hermoso?

Lily lo observó, sus ojos realmente mostraban esa duda, no confiaba en absoluto en él, pero cada que lo veía, podía sentir que había una gran indecisión en su persona.

—Sólo dímelo, pídelo y lo haré, no hay nada que no haría por ti, absolutamente nada, he sacrificado todo por ti, absolutamente todo.

—Yo nunca te he pedido nada –murmuró enfadada –puedes hacer lo que quieras de tu vida, Scorpius, a mí no me interesa.

Kredator || ScorilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora