"Nunca te presté atención, no es nada personal soy así con todos. Quería estar en paz y tranquilidad; en el fondo sabía que eras un misterio y por eso no me quería implicar. Ay, santo cielo".
Todo era muy tranquilo esa mañana, era el primer día de clases del último año de secundaria para los jóvenes del vecindario. (Actualmente Yamazaki tenía quince años y Saiki 16) por un lado estaba Saiki, quién esperaba fuera de su casa que cierta cabellera castaña saliera de la suya para poder irse. Se preguntarán ¿Por qué no sólo se fue? Para el de cabellos fucsia era una opción bastante atractiva, sin embargo, si dejaba a la chica y se iba por su cuenta estaba seguro de que su madre le reclamaría por ello. Así que su mejor opción, era esperar. Después de unos 15 minutos, aparece su vecina.
–S-Saiki, lo siento mucho, –hace una reverencia– ¡vámonos que se nos hace tarde!
–No me digas. –pensó con sarcasmo el muchacho y se fue caminando detrás de la ojimorena.
–¡Ay! ¡Estoy muy contenta porque es nuestro último año de secundaria Saiki! ¿Tú no?
–No.
–Oye, ¿Crees que habrán nuevos compañeros?
Su contrario se encogió de hombros.
–Me gusta eso que llevas en el pelo –dijo señalando sus antenas.
Saiki levantó una ceja e inconscientemente tocó una de sus antenas. A la muchacha le dio cierta ternura por la acción del joven, ambos se dirigieron a tomar el autobús para llegar a la escuela.
Ya en la escuela cada uno tomó su camino en la ceremonia de bienvenida.
–Buenos días jóvenes estudiantes, hoy iniciamos un nuevo año escolar en donde saldrán futuros universitarios...
–Oye Yamazaki, ¿crees que estaremos juntas en el mismo salón este año?
–Ojalá y sea así Mera –sonríe.
Después de esa leve conversación comenzaron a nombrar todos los estudiantes y sus salones correspondientes.
Yamazaki, Mera y otro grupo de estudiantes estaban en la sección B, mientras que Saiki le tocó la sección C.
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~En la sección C.
–Muy bien estudiantes, parense y hagan una breve presentación.
–Buenos días, soy Yumehara Chiyo, tengo 15 años. Es un gusto conocerlos –reverencia.
–Muy bien, siguiente.
–¡Hola a todos! Soy Teruhashi Kokomi, es un placer estar aquí con todos ustedes, espero que nos llevemos bien -hace una sonrisa dulce.
Casi todos estaban hipnotizados con la belleza de Teruhashi, incluso desprendía un aura brillante.
