No Eres El Único. {Saiki K Ψ}

☕ {13} ☕

|Él... Sabe mi secreto|

~Anika ☕.

La chica se estaba alistando para ir a la escuela, se vio en el espejo y no pudo evitar soltar una sonrisa de felicidad, se sentía bien y no tenía una razón en específico. Sólo sabía que estaba de un humor por las nubes.

Se puso a buscar una de las cintas rojas que le gustaba llevar en el pelo, hasta que encontró algo que le conmovió el alma. Una cajita de música con una bailarina que le había regalado su padre como recompensa del entrenamiento de sus poderes.

La chica agarró la cajita y la sacó con mucha delicadeza de la caja donde la tenía guardada. La miró por unos instantes y muchos recuerdos llegaron a su mente.

–¡Anika, tengo un regalo para ti! –dijo casi saltando de la emoción.

–¿De verdad? ¡Déjame ver, déjame ver!

–Antes, muéstrame que tan bien has dominado tus poderes. Quiero que saques ese árbol de raíz con la telequinesis, ¿crees poder hacerlo?

–¿Ese árbol? Pero es enorme.

–Ya has hecho esto antes pero con árboles más pequeños, es hora de que subas de nivel ¿no crees?

–T-tengo miedo de no poder controlarlos –bajó su cabeza.

–¡Anika!

–¡¿Sí?! –respondió un poco asustada.

–Nunca bajes la cabeza ante las dificultades. Por muy grandes o feroces que sean siempre debes de tener la espalda erguida y la cabeza con la frente en alto. –sujetó sus hombros– Ahora vuelvo a preguntarte, ¿crees estar lista?

–Bueno...

–¡Más alto!

–¡Estoy lista!

–Comienza –ordenó.

Respira hondo... Concéntrate Anika puedes hacerlo. ¡Puedes hacerlo! –pensó la ojimorena para sí misma.

La niña abrió sus ojos y comenzó a usar el método que le enseñó su padre para controlar el nivel de sus poderes, puso su mano delante del árbol y canalizó en su mente lo que quería hacer.

Alrededor del árbol apareció una fina capa de luz celeste y sacó el árbol de raíz de un sólo tirón. Ella se sorprendió, pero no perdió la concentración.

–Muy bien, ahora déjalo como estaba.

La muchacha bajó el enorme árbol con delicadeza y lo plantó de nuevo con sus poderes dejando todo como estaba.

–Lo logré... ¡Lo logré!

–¡Te lo dijeeee! –la carga en el aire.

La castaña estaba muy contenta celebrando con su padre el nuevo avance.

–Bien, toma. –le da una cajita envuelta en papel de regalo.

Anika lo abrió y vio una hermosa caja musical con una bailarina.

–¡Es hermosa! ¡Muchísimas gracias! –le da un cálido abrazo a su padre.

–Cuando estés triste o sientas que no puedes lograr algo, dale cuerda a la caja de música y recuerda que pudiste sacar el árbol más grande y volverlo a plantar. ¿De acuerdo?