No Eres El Único. {Saiki K Ψ}

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     |Primer día de clases|

    Finalmente llegó el primer día de clases de la chica, ya se había vestido y estaba desayunando para irse a su nueva escuela.

–¿Segura que quieres ir sola?

–Por supuesto.

–¿Por qué no vas con el chico de pelo rosa?

–¡Cierto! La señora Saiki me dijo que podía irme con él.

–Toma, dale una manzana.

–De acuerdo –tomó sus cosas y se despidió de su madre.

Fue a la casa de en frente, respiró hondo y tocó el timbre; como siempre salió la entusiasmada mujer con la que tanto le gustaba hablar.

–¡Hola Yamazaki! ¿Cómo estás?

–Muy bien señora, ¿y usted?

–Oh, ¡de maravilla! Kusuo no tardará en bajar.

–Santo cielo –se hizo presente en la sala el chico de pelo fucsia, esta vez con unas peculiares gafas verdes.

–¡Hola Kusuo! ¡Buenas noticias! Desde hoy en adelante ya no tendrás que irte solo, Yamazaki te acompañará.

–¿Esa es la gran noticia? –el chico sólo se dispuso a tomar sus cosas para salir.

Su contraria imitó su acción, se despidió de la mayor y ambos se dirigieron a tomar el autobús.

–Ah, casi se me olvida. Saiki esto para ti –le extendió la manzana.

Él tomó la manzana e hizo una reverencia, había un silencio un tanto incómodo entre ambos, así que la chica decidió optar por un tema de conversación para romper el hielo, pero, su compañero se estaba acomodando en su asiento para hechar una siesta.

Cuando llegaron ella seguía a Saiki, porque según el papel que le habían dado, estaba en el mismo salón que él. Y como era al único que conocía se sentó a su lado.

–Buenos días estudiantes, hoy tenemos a una alumna nueva. Ven aquí y preséntate –habló la maestra.

La castaña se paró con timidez de su silla y se presentó con sus compañeros.

–Hola a todos, soy Yamazaki Anika. Nací en Japón y me crié en Venezuela, espero llevarme bien con ustedes –sonríe.

Anika podía escuchar el pensamiento de los alumnos, unos eran positivos y otros negativos. No les prestó mucha atención y volvió a su lugar.

–Oye Saiki, ¿cuál es tu clase preferida?

Saiki señaló la pizarra indicando su respuesta.

–¿Biologia? –él asintió.

Y así pasaron la clase, la chica le hacía varias preguntas al psíquico pero éste la mayoría del tiempo contestaba con su lenguaje corporal. Él no tenía nada en contra de ella, sólo quería estar en paz.

En el recreo una chica llamada Mera Chisato se dispuso a entablar una conversación con Anika, incluso terminaron llevándose muy bien.

–Esta puede ser una buena oportunidad –pensó Saiki mientras miraba la escena.

Cuando se acabó el recreo y volvieron a sus clases, Saiki utilizó la hipnósis para que Mera hiciera que cambiaran de sitio. Sí, un golpe muy bajo de su parte; pero su tranquilidad valía la pena. Además, la chica hacía muchas preguntas. Aparte de que es la nueva, es decir, carne fresca. Lo que significa que de algún modo recibiría lo que más detestaba, atención. Aunque estuviera tranquilo durante las clases al pequeño Saiki se le pasó el detalle de que al igual como vino con ella tendría que irse. Supuso que la situación era diferente.

Cuando terminaron las clases ambos se fueron juntos a sus casas, Saiki conocía a su madre y si ya le había dicho algo lo mejor era no refutar o sería peor. La castaña iba hablando sobre como le fue en su primer día mientras que el chico tenía su cara apoyada en su mano izquierda, mirando el camino a casa a través de la ventana. Ya el transcurso había pasado, y ambos estaban prácticamente en sus casas.

–Adiós, Saiki –sonríe mientras se despide.

El muchacho se limita esta vez a mover su mano derecha en señal de despedida.

Anika le había contado todo a su madre por teléfono, estaba muy emocionada pero la mayor tenía que trabajar. Lo entendía perfectamente, así que se dispuso a contactar a Mikoto.

Marca el antiguo número de su amiga y al tercer pitido contesta.

–Hola, ¿eres un acosador?

–Estás buena pero no eres mi tipo –ríe.

–¡Oh por Dios! ¡Anika! ¡Cuánto tiempo! ¿Cómo has estado?

–Bástante bien, y por tu tono parece que tú también.

–¿Cómo no voy a estar feliz de ver a una rata como tú?

A la joven se le escapó una carcajada, esa era una de las razones por la que le encantaba estar con Mikoto, la hacía reír de cualquier cosa.

–Esta rata te tiene un regalo, ¿sigues viviendo dónde lo recuerdo?

–No, me mude a un área subterránea para tener un mejor bronceado.

–Te mandaré un regalo, lo recibirás como a eso de las 3:00 PM, ¿te parece bien?

–Tu pregunta sobra, Rata.

–¿Será mi nuevo apodo?

–¿Tú que crees? –contestó de una manera juguetona.

–Hablamos mañana, tengo que organizar un par de cosas. Te quiero amiga.

–Yo no, espero que tengas pesadillas.

–Qué sutil.

–Mi trabajo me cuesta.

–Ríe– Sí, claro.

Allí había terminado la conversación, pero el día siguiente habría un gran encuentro entre ambas amigas.

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~Saiki Kusuo ☕