"Nunca te presté atención, no es nada personal soy así con todos. Quería estar en paz y tranquilidad; en el fondo sabía que eras un misterio y por eso no me quería implicar. Ay, santo cielo".
La ojimorena se quedó pensando en todo lo que había pasado, de todas formas su amiga Mikoto tenía razón. Acabó sintiendo cosas más que "amistosas" por su vecino de cabello fucsia.
Iba caminando tranquilamente por la orilla playa, sin saber o tener un rumbo fijo... Sólo caminando.
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~Saiki.
El joven había dormido alrededor de tres horas y media, ya estaba con la suficiente energía para comer y observar el lugar, pidió algo de cenar en el servicio de habitaciones y aprovechó que sus amigos habían vuelto para así poder dar una vuelta tranquilo.
Encontró un buen sitio para seguir descansando en las pequeñas camas de plástico que estaban cerca del mar, y se volvió a quedar dormido. Teruhashi quién "curiosamente" cruzaba por allí, se encontró con la imagen de Saiki durmiendo. Para ella él se veía tan tranquilo, tan sereno y tan bonito.
Ahí mismo comenzó a fantasear cómo sería que él se pusiera nervioso con su presencia, que no solamente pensara lo que todos piensan de ella (que es muy bonita), sino que también suspire por ella.
Se acercó con cautela invadiendo un poco su espacio personal, aprovechó que no había nadie alrededor para mirar, y sacó uno de las antenas que el psíquico llevaba en el pelo. Después de esto Toritsuka con mucho miedo y asombro despierta a su compañero para que solucione un pequeño problema... ¡El hotel en el que se alojaban ya no estaba!
Una vez que Saiki solucionó el problema del hotel, se percató de que faltaba una de sus antenas, supo que fue la chica de ojos azules porque antes de quedar completamente dormido, recuerda haberla visto teletransportarse, lo que no recordó fue a donde se fue.
La buscó con la clarividencia y obviamente la chica estaba en grave peligro, apunto de ser devorada por un oso para ser más exactos. El adolescente con mucha precaución de que algo le pasara, se teletransportó a el sitio y de un solo golpe apartó al mamífero peligroso que estaba apunto de comerse a su compañera.
–¿E-esto es un sueño? –pensó la chica de cabello azul.
–Santo cielo, tendré que seguirle el juego.
El muchacho tenía que ser cuidadoso, un pequeño despiste y su secreto podría descubrirse. Kokomi se antojó de abrazar el brazo de Kusuo y quedarse en esa posición, para el chico era algo incómodo, después sintió como ella apartó uno de los mechones de su cabello y pasó su mano delicadamente por su mejilla izquierda.
Un recuerdo vino a la cabeza del psíquico, todo estaba oscuro, había una chica acomodando el mechón que había caído en su cara y pasó su mano por la mejilla derecha de él... Todo estaba oscuro, pero, ¿cuando había Teruhashi entrado a su habitación?
Había algo en él que hacía que no le molestara el contacto, lo sentía de alguna manera familiar. Decidió seguir convenciendo a la chica de pelo azul que lo que había vivido por el momento era un sueño, incluso cuando la joven deseó que él suspirara por ella, intercambió su lugar con Toritsuka usando la hipnosis para que así ella creyera que el que había suspirado por su belleza era él.
