"Nunca te presté atención, no es nada personal soy así con todos. Quería estar en paz y tranquilidad; en el fondo sabía que eras un misterio y por eso no me quería implicar. Ay, santo cielo".
Llegó uno de los días más esperados por todo el año para Anika, recordaba que su padre se vestía de Santa y a pesar de que ella siempre sabía que era él quien guardaba los regalos, nunca faltaba esa chispa de ilusión en sus ojos. Su madre esta vez decidió pasar las fiestas con ella, e ir a visitar a los Saiki para entregarle sus regalos.
Maite había hecho una torta de dos pisos con decoraciones navideñas muy bonitas para celebrar ese día tan especial, la mujer y su hija tomaron los regalos y se dirigieron a la casa vecina.
Anika se divirtió mucho viendo al padre de Saiki vestido de Santa, Nendo también se encontraba en la casa de ellos porque la madre de Kusuo se había encontrado con él en el supermercado, por suerte traían regalos suficientes.
Kuniharu, el padre de Saiki, decidió hacerle un numerito de Papá Noel a Nendo porque su padre había muerto y jamás se ha vestido de Santa Claus para darle un regalo.
Cuando llegó la hora de entregar los regalos todos estaban muy contentos, la muchacha fue y tomó todo su valor para entregarle el último regalo al de cabello fucsia.
–Saiki –lo llamó.
–Mmm –la miró.
–Ten, tu regalo de navidad –dijo entregándole una cajita de regalo decorada a mano.
–Oh, es la primera vez que alguien que no es de mi familia me regala algo. ¿Qué será?
El joven abrió la caja de regalo y se encontró con una suave y olorosa bufanda hecha a mano de color rojo.
–D-disculpa si no te gusta el color, es que no sé cuáles son tus colores favoritos. Aunque s-si no te gusta puedo hacerte otra de otro co-...
–Niko, despídete de todos que ya es un poco tarde –habló Maite con una voz calmada.
–Claro, ¡hasta luego Saiki K! –se despidió mientras movía su mano derecha–, adiós Nendo –lo abrazó y repitió la acción con los padres del psíquico.
Después que todos se fueron y la familia Saiki recogió todo, el adolescente se encontraba en la habitación viendo con detenimiento la bufanda roja. Tenía una textura muy suave y un olor muy familiar a crema de bebé, ciertamente el olor le daba satisfacción, como si calmara por un momento todos sus pensamientos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
~Primer día de año nuevo.
El de ojos púrpura había ido al templo a pedir un deseo junto con sus padres, ciertamente él no tenía la fe que tenían ellos en ese tipo de creencias. Sin embargo, asistió para acompañar a su familia y resulta que se encontró con todos sus compañeros de la escuela. Su madre emocionada los invitó a todos a cenar y estaban compartiendo felices en la casa de su compañero, que como siempre, tenía su rostro y actitud seria. Sus papás estaban emocionados por ver a una chica como Teruhashi siendo amiga de su hijo solitario, la señora Kurumi soltó las siguientes palabras.
