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|Una visita inesperada|

Por esos días ya los jóvenes amigos se habían graduado de la escuela, aprovechando la ocasión la psíquica y el psíquico se reunieron con Kusuke para terminar de formular el plan.

Bien, la cosa es esta: la erupción será el día nueve de abril, por lo tanto, tienen exactamente una semana para alistarse.

Lo que harán es que cada uno hará diez clones, un clon de cada uno bajará todo lo que pueda la temperatura de la lava, mientras que los otros nueve extraerán el magma de la tierra en pequeñas cantidades, por último, esas pequeñas cantidades se teletransportarán al espacio.

Una vez ya se habían puesto de acuerdo con el rubio, Yamazaki se dirigió a practicar con sus poderes. Lo cierto era que el de cabello fucsia no quería que su castaña amiga se fuera, le había quedado en la cabeza lo que Toritsuka le había dicho hace unas noches atras. Así que le tocó el hombro derecho de forma rápida con la punta de sus dedos para llamar su atención.

–¿Sí? –contestó la castaña.

Yare yare, ¿por dónde empiezo?... ¿Dónde vas a practicar?

En un lugar que sea seguro –comentó simple.

–¿Por qué no fuiste ayer a la reunión en casa de Teruhashi?

Sinceramente... No tenía ganas.

Tenemos un problema, quieren ir a Oshimai de vacaciones.

Excelente –comentó con sarcasmo–, lo único que podemos hacer es distraerlos para que no se acerquen al volcán.

Yare yare –suspiró con tranquilidad–, justamente esa es la atracción a la que quieren ir... Le he pedido ayuda a Toritsuka y Aiura.

La muchacha sonrió, parecía que por fin Saiki estaba aprendiendo a pedir ayuda.

Bien –su contraria dada por terminada la conversación, da media vuelta para irse.

Por cierto, Aiura es la única que no sabe lo que eres.

Su contraria se detuvo, pero se mantuvo de espaldas.

Eso es porque tengo miedo, le he ocultado la verdad todos estos años y ella me confió su secreto a mí. Es posible que se enoje conmigo y que, ya no confíe en mí...

Kusuo parecía entender la situación en la que estaba su compañera, y por un momento, se olvidó de la tensión que había entre ambos y parecía que todo estaba volviendo a la normalidad, como antes.

Practica conmigo –propuso él.

–¿Mmm?

La fecha cada día está más cerca, trabajemos en equipo. Conozco un lugar en el que no pueden detectarnos.

El de ojos magenta le indicó dónde estaba el lugar y ambos se teletransportaron, aunque él ya sabía que ella era así, se sentía extraño al tener una amiga con unos poderes tan parecidos a los suyos, se sentía... Sumamente bien, como estar completamente acompañado.

Ambos practicaban sus técnicas y el muchacho parecía estar cada vez más sorprendido que hace unos minutos atrás por lo poderosa que era la ojimorena.

Estaban llenos de tierra, sudados y cansados. Llevaban unas tres horas en ese mismo ritmo.

A este ritmo, nos pasaremos el volcán como papel higiénico por el trasero.

No Eres El Único. {Saiki K Ψ}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora