2) Un Encuentro Casual

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   Eran las 8 de la mañana y Fargan se preparaba para el día que definiría su futuro laboral. Hoy tenía que dar su último examen de la academia de policías de Karmaland y estaba nervioso hasta los pies. A penas pudo dormir, sabía que era apto para el trabajo, pero temía que su mente le jugara en contra y terminase olvidando todo en cuanto le dieran la hoja para comenzar el examen.

   Por ello, decidió no cocinar su desayuno ya que hasta las manos le temblaban de la ansiedad que sentía. Quería ser policía desde pequeño y por fin podía darse el lujo de pagarse la academia a sus 26 años. No podía dejarse fallar, todo tenía que salir perfecto, con puntaje perfecto, o al menos eso es lo que él creía.

   Se vistió con su uniforme de policía, ya que el día del examen hacían que los estudiantes lo usaran en caso de pasar la prueba para pasar directamente al trabajo supervisado como novatos. Cogió las llaves de su coche y rápidamente salió de su casa camino a la cafetería más popular de la ciudad, estaba hambriento y algo somnoliento por lo que necesitaba un café.

   Al llegar, ordenó unas rosquillas, «como típico policía Norteamericano de las pelis», rio ante aquel pensamiento, y acto seguido ordenó un Cappuccino pero con hielo porque no disfrutaba de los líquidos muy calientes. Al cabo de unos minutos ya estaba listo y Fargan cogió el vaso desechable mientras se daba media vuelta para sentarse en una mesa. Al estar en parte distraído por lo estresado que se encontraba, no notó que otro chico iba en dirección al cajero para pedir su orden, cuando chocó bruscamente con él, derramando parte de su Cappuccino en toda la camisa del contrario.

—¡JODER TÍO, MI CAMISA!—exclamó el albino con sorpresa sin percatarse que la persona que le derramó la bebida era un policía.

—¡Hostia, cómo lo siento! no era mi intención, ¿Se encuentra bien?—Dijo el castaño con preocupación y decepción en su voz. Era el día en que todo tenía que salir perfecto y pasaba esto.

—Disculpe oficial, no me he dado cuenta de quién era, no era mi intención faltarle el respeto de esa manera—dijo Willy titubeando y un poco nervioso, no quería que le sacasen una multa por hablarle así a un policía, aún cuando era una paranoia que se acababa de inventar.

—Tranquilo, ha sido mi error, yo también diría lo mismo si un tío va y me ensucia toda la ropa—sonrió— claro, cuando no estoy trabajando—dijo Fargan tratando de aliviar la atmósfera.

   Mientras su pequeña escena se desarrollaba, la gente de la fila los miraba con impaciencia, ya que ellos también querían un café pero como había un policía delante no iban a quejarse. De igual manera, los dos chicos se dieron cuenta de eso y se miraron en señal de aprobación.

—Venga, vamos a la mesa de allá para resolver esto—el castaño fue el primero en hablar mientras señalaba la mesa más cercana.

El albino soló asintió y caminó detrás del otro.

—¿No estaba caliente cierto? ¿O te estás aguantando un dolor de puta madre para evitar problemas?—Preguntó Fargan un poco más calmado, a pesar de la situación, aquél chico le daba confianza y se expresó de manera libre.

   Willy, sorprendido de que un policía le hable así repentinamente, se cohibió y respondió respetuosamente.

—No-no-no, estaba un poco tibio pero no caliente, usted no se preocupe oficial.

—Venga chaval, que no soy uno de esos polis estrictos, puedes tutearme sin problemas, ni si quiera soy un policía verdadero...Aún—respondió amablemente—Y de verdad me alivia saber que no te causé ningún daño, tuviste suerte porque no me gustan los Cappuccinos calientes, sino no lo estarías contando—bromeó y se rio de su propia broma.

   Willy le sonrió, un poco extrañado de la naturalidad con la que hablaba aquel policía.

   Después de aquellos minutos un poco incómodos y confusos para los dos chicos, Fargan le ofreció a Willy una camisa que tenía guardada de repuesto en su coche. Willy se resistió tratando de ser modesto, pero el castaño insistió tanto para remediar lo que había pasado que terminó aceptando. Se le hizo raro de un principio aceptar la ropa de un extraño, pero como debía atender al evento de fotografía en menos de media hora; como le explicaba a Fargan; se vio obligado a hacerlo. Por su parte, el albino no aguantó su curiosidad y aprovechó el momento para preguntarle sobre lo que se refería el castaño cuando admitía que no era un "policía verdadero", a lo que Fargan resumió que debía tomar un examen que dictaría su futuro como policía de Karmaland. Willy asintió en forma de entendimiento y se retiró al lavabo para cambiarse de ropa.

Momentos después de cambiarse la camisa y limpiarse bien, Willy salió del baño y se percató de que el policía lo estaba esperando en la misma mesa, con un vaso extra.

—Ten, es para ti—le entregó el vaso—espero que te gusten los Cappuccinos, y que esto compense mi torpeza, mil disculpas nuevamente—dijo en un tono completamente sincero y amable.

—Gracias, y sí, justamente me apetecía un cappuccino hoy—respondió tomando aquel vaso y le sonrió.

  Fargan miró la hora y recordó que tenía un examen que tomar y un nerviosismo que sentir.

—Me tengo que ir, una vez más, disculpa por todo esto, te puedes quedar la camisa si quieres, tengo muchas de todas maneras—continuó—suerte en tu evento.

—Muchas gracias señor casi oficial, suerte con tu examen, estoy seguro de que aprobarás—dijo Willy agradecido.

   Se despidieron y cada uno tomó su rumbo.

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Primer encuentro de los chicos! Ya pronto se conocerán mejor 👀...

Fun fact: Lo del Cappuccino es una referencia a una de mis historias favoritas, espero que no se tome como "copia", simplemente decidí usar esta bebida porque me recordó a la historia "Por Favor" de Willgan_Supremacy. Si estás leyendo esto, espero que no te moleste.

El Momento Exacto [Willgan AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora