Vacaciones [EXTRA]

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   El amaneciente sol resplandecía vistiendo de color rosa aquel cielo a tempranas horas.

   El clima se encontraba templado y tranquilo, un coche viajando a setenta y cinco kilómetros por hora atravesaba la carretera hacia su rumbo.

   Fargan, quien tenía afirmada su cabeza en la ventana de uno de los asientos traseros, repentinamente despertó y se golpeó duramente la frente con ésta, maldiciendo a sus amigos que le habían causado aquello.

¡PARA BAILAR LA BAMBA!—Cantaban al unísono Alexby, Vegetta y Willy mientras el conductor le subía a la radio—¡Para bailar la bamba se necesita una poca de gracia!

—No dejáis ni dormir, sois unos gilipollas todos—se quejó el castaño entre dientes mientras se limpiaba la saliva que había caído en su cara al quedarse dormido con la boca abierta.

—Que va, bella durmiente, si es de día ya—le devolvió Alex señalándole el bello sol de afuera—¿O acaso esperabas el beso de tu príncipe azul para despertar?—se volteó a mirar a Fargan y a Willy en los asientos de atrás, con una mirada pícara y levantando las cejas provocativamente.

   Willy, avergonzado y ofendido totalmente por la broma, le lanzó lo primero que su mano logró encontrar, una gorra roja que pertenecía a Fargan. Aquel objeto esquivó totalmente al azabache menor, chocando contra el parabrisas y sacándole una risa burlona al causante del caos.

—¡CON EL CONDUCTOR NO SE METAN, PAR DE TONTITOS!—exclamó Vegetta, quien tuvo que mantener la calma cuando la gorra salió disparada y casi choca con el volante. Al menos era un buen conductor y podía reaccionar bien ante distracciones como esa.

—Perdón, Vegetta, no iba para ti—se disculpo Willy—Era para el estúpido de Alex, todo porque él no tiene a su princesa azul, está celoso—le devolvió la burla.

—Calla. Fargan, controla a tu novio—refunfuñó.

—¿Cuántos años tenéis?—suspiró el Vegetta—que os juro que estoy a punto de dejaros en la calle con un letrero de "se regalan, cuidadlos".

—Él comenzó—Willy se cruzó de brazos.

—No le hagas caso, definitivamente sí está celoso—se burlo Fargan balbuceando, apenas comprendía la escena, seguía intentando despegar sus párpados que le pedían a gritos que no abandonara el mundo de los sueños. Aquello terminó ocasionándole una sonrisa a Willy, y una mueca de desagrado por parte de Alex.

   Vegetta atinó a subirle a la radio nuevamente, para fundirse en la música y disfrutar el caótico viaje sin más interrupciones.

   Habían quedado para irse de camping al menos por una semana, sería un viaje reparador y refrescante de lo que era la vida cotidiana.

   Incluso habían invitado a dos amigos más, que vendrían por separado dentro de un día.

   Mientras tanto, el viaje en auto se les hacia eterno, y eso que aún les faltaban horas por viajar.

   Trataron de distraerse escuchando música, y hasta jugando en la consola portátil, de la cual se pelearon por decidir quien iba a jugar primero, como hermanos peleando frente a su madre que sólo intenta hacer que guarden silencio.

   Era una escena absurda de mirar contemplando a los adultos cegados por la impaciencia.

   A pesar de todo, al menos las risas no faltaban, aquellas vacaciones serían difíciles de olvidar.

   Al llegar al lugar acordado, Vegetta y Willy se recostaron en el suelo para observar como ambos policías intentaban armar la carpa. Era parte del trato, ya que entre ambos se habían turnado para manejar, por lo que a ellos les tocaba dicha tarea.

El Momento Exacto [Willgan AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora