Había llegado el día. Finalmente había arribado.
Fargan se había prometido a sí mismo que dejaría de esconderse, dejaría de fingir frente a todos que Willy no era nada más que un amigo para él. Daría a conocer que estaban saliendo, y no importaba que le dijesen, no iba a cambiar por nadie.
Hoy le contaría a sus padres.
Estuvo al menos diez minutos caminando de lado a lado, marcando el número en el teléfono y colgando cada vez que el pitido empezaba a sonar dando a entender que la llamada había empezado.
No podía hacerlo, se sentía demasiado nervioso, pero aún así rendirse no era una opción, se lo debía a Willy, y a él mismo.
El albino estaba preparando comida en ese momento, y después de ver a su novio tan indeciso con la llamada, tomó posesión de su teléfono y comenzó a llamar. No le entegró el móvil hasta que se aseguró de escuchar tres pitidos que pronto desaparecerían para dar a conocer la voz de la madre de Fargan.
—¿Mamá?—empezó el castaño—¡Hola! Sí, tanto tiempo que no te llamo...Estoy bien, estoy bien. ¿Y vosotros como estáis?
Willy lo miró de tal manera que el otro entendió que debía dejarlo escuchar también y puso su celular en altavoz.
—Qué alegría que llames, hijo, estaba pensando justamente en hacerlo pronto.
—Lo siento, es que el trabajo me tiene ocupado—respondía Fargan nerviosamente, se le notaba que hasta la conversación más simple le estaba costando.
—¿Y qué tal el trabajo? Espero que no te metas en cosas muy peligrosas que te quiero vivo para cuando vengas a cenar.
—Bien, bien, mamá, pero...te llamaba para hablar de algo—interrumpió bruscamente.
—¡¿Qué te ha pasado?! ¡¿Te han hecho algo?! ¡¿O tú has hecho algo?!—bombardeó con preguntas a su hijo, quien rodaba los ojos por su preocupación.
Willy escuchaba divertido esa escena, era primera vez que escuchaba a la madre de Fargan y le pareció gracioso lo preocupada que era, adelantándose a cualquier cosa. Aunque su sonrisa se desvaneció al ver a Fargan intentando sacar valor para contarle.
—¿Está papá ahí?—su madre le afirmó aquello—¿Puedes ponerlo en altavoz? Que no quiero tener que repetirlo...
—David—Willy sabía ya que ese era su nombre real, pero era muy extraño escucharlo, ya que siempre lo llamaban Fargan, hasta en la estación. Muy rara vez usaba su nombre real y no su apodo que utilizaba literalmente para presentarse frente a cualquier persona—me estás asustando. Nos estás asustando. Dime ya que sucede—le reprochó la mujer seriamente.
—No-no, que no es nada malo. Os lo prometo. Es que quería que lo oyeran de mí...—titubeaba un poco—y es algo muy importante para mí...por eso quería contarles.
Willy instintivamente tomó la mano de Fargan y apretó su agarre. No lo dejaría sólo, estaría con él el tiempo que fuese necesario para que pudiese hablarlo con sus padres.
—Que yo...y-yo estoy saliendo con alguien...—un pequeño silencio adornó esa llamada, la madre quería interrumpirle, decirle que no tenía por qué contarles eso si ya estaba grande y podía hacer lo que quisiese, pero entendió que su hijo quería decirle algo más.
—y... ese alguien es un amigo, un chico...—Fargan sólo se centraba en mirar el suelo, su voz le temblaba levemente, Willy podía sentir su mano sudando, pero no la soltó en ningún segundo—un amigo que conocí hace unos meses...Bueno, ahora es más que eso...Y lo sé, sé lo que estaréis pensando. Jamás les conté nada sobre...eso...pero sólo sucedió—le costaba demasiado decirlo en voz alta, pero pudo hacerlo a su manera.
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El Momento Exacto [Willgan AU]
FanfictionFargan; futuro policía de Karmaland; y Willy; fotógrafo profesional; eran dos desconocidos que mediante un accidental encuentro forman una relación amistosa. Conforme avanza el tiempo, se dan cuenta que esta relación es más complicada y profunda de...