20) Desayuno

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   Había pasado un tiempo desde aquel día en el lago. Los chicos se encontraban más a gusto con el otro y ya habían dado el primer paso para empezar una relación. Fue un poco difícil para ambos, pero aún así se atrevieron a intentarlo, ya que se querían demasiado como para desperdiciar la oportunidad.

   En una mañana un tanto fría decidieron salir a tomar desayuno a un restaurante de Karmaland. Era un día bastante tranquilo, los dos se encontraban con el día libre y se sentían felices de poder pasarlo juntos, ya que muchas veces sus trabajos se interponían en sus planes.

   Estuvieron conversando un breve momento cuando la camarera les trajo el menú para que pudiesen ordenar. Los dos asintieron y aceptaron, analizando los platillos disponibles. Al decidirse, llamaron nuevamente a la camarera y pidieron su orden sin problemas.

—Y bueno, Willy, ¿Qué tal el trabajo? ¿No se cansan esos lindos ojitos de tomar fotos todo el día?—A Fargan le encantaba coquetear con Willy.

—No, ya están acostumbrados al flash. Y todo va bien, uno que otro cliente exigente esperando salir bien en todas las fotos y culpando al fotógrafo si no les gusta la cara con la que nacieron—se burló—digo, la cámara puede mostrar buenos ángulos de una persona, pero la persona sigue viéndose igual que siempre, no sé por qué tanto empeño en buscar la perfección, lo hermoso de la naturaleza está en lo imperfecta que es—le gustaba poder expresar su amor al arte y naturaleza—¿Y la estación qué tal?

   A Fargan le encantaba esa faceta de Willy, aunque no se lo dijera. A veces hablaba sobre su fotografía de una manera tan técnica y detallada que éste no entendía nada, pero podía escucharlo por horas. Esa pasión por el arte lo enamoraba cada vez más.

—Normal, unos cuantos casos de intento de homicidio, robos, gente vendiendo droga, etcétera, etcétera—respondió desinteresadamente y Willy asintió en respuesta, puesto que no había mucho que opinar al respecto.

—Fargan, volviendo al tema de la fotografía—se le ocurrió de repente—¿Todavía tienes las fotos que te saqué hace algún tiempo?—preguntó curioso.

—Claro, ¿Cómo no iba a guardar tales obras de arte? De hecho, tengo tu foto en un altar con velas y le rezo todos los días—bromeó entretenido y Willy soltó una carcajada que contagió a Fargan. Los dos se rieron por unos minutos mientras observaban como la gente a su alrededor los miraban por el ruido que hacían, pero no les importó.

—Si serás bobo—Fargan sólo sonrió victorioso por su exitosa broma—Pero ya en serio, quería peguntarte algo—el castaño asintió y Willy volvió a hablar—en ese tiempo recuerdo que me pediste que te diera tus fotos, lo que considero normal, pero también me pediste que te diera la foto que tú me sacaste...y en ese momento no le presté atención, pero viéndonos ahora...¿Era por qué te gustaba en aquel entonces?—preguntó verdaderamente curioso, desde que empezaron su relación, a veces se ponía a pensar en todas las señales que se habían hecho sin saberlo. Le interesaba mucho saber la respuesta.

—Mira, hasta donde yo sé, no, en ese tiempo sólo te veía como un amigo nada más. Pero a la vez no comprendo el por qué quise tener la foto en primer lugar. ¿Quizás mi subconsciente lo sabía antes que yo?—dijo siendo completamente honesto.

—¿Y cuándo te diste cuenta, entonces?

—Tú me quieres dejar en vergüenza, ¿no?—Willy sonrió divertido—vale, vale, supongo que ya me gustabas desde un poco antes que eso, pero el día que sentí algo diferente fue aquel día en el bowling—Willy frunció el ceño y Fargan rio.

—No me recuerdes ese día macho, todo menos eso—le suplicaba en broma.

—¿Pero por qué no? Si te veías tan tierno cada que no atinabas a los pinos—sonrió pero Willy lo miró con recelo—Y cuando por fin derribaste algunos, fue aún mejor, se te veía feliz por algo tan insignificante pero que por alguna razón te importaba tanto, ya que no querías quedar en ridículo.

—Muy fácil para ti decirlo si tu tienes la mejor suerte del mundo, nosotros los humanos no la pasamos tan bien... ¡Es que fallaba tan seguido que parecía una broma!—recordaba incrédulo— Sigo creyendo que el juego estaba arreglado—Fargan sólo se entretenía nuevamente por verlo pelear por un juego.

—La cosa es que ese día me dejó bastante confundido—continuó—Ahora lo veo con más aceptación que antes, pero recuerdo que no podía dormir de lo angustiado que me sentía, no me creía que de verdad me pudieses gustar—admitió— incluso me convencí de que era un mal rollo que me estaba pasando por la cabeza y que se iría pronto, pero para tu suerte, no fue así—Willy sonrió—...¿y tú?, ¿Cuál fue tu momento de realización?

—La verdad no lo tengo muy claro...no fue un solo momento en el que me di cuenta, sino varios, pequeñas cosas se iban acumulando cada vez más—se puso a pensar nuevamente, intentando buscar un recuerdo más notorio—¿Te acuerdas aquel día en el bar el día de mi cumpleaños?

—Sí—Recordaba lo nervioso que estaba ese día.

—Pues creo que ahí me di el tiempo de pensarlo mejor, es que tus regalos me gustaron demasiado y me la pasé todo el día feliz, y no era sólo porque era mi cumpleaños o por los obsequios...—sonrió y Fargan se sonrojó—bueno, también recuerdo estar admirándote desde la distancia esa noche...

—Lo más gracioso es que ese día creo que intenté evitar todo contacto visual contigo, estaba demasiado nervioso, no sé si lo notaste—admitió y se encogió de hombros.

—¿En serio? O sea, ya notaba un pequeño distanciamiento entre nosotros, pero no te veía tan nervioso, supongo que tenía otras cosas en mente...—sólo miro a Fargan esperando que entendiese a lo que se refería—o quizás el alcohol me afectó demasiado—se rio—en fin, ese fue un bonito día, me la pasé de puta madre.

—Sí, a pesar de todo, igual me divertí. Es que cuando estoy contigo siempre me la paso bien—le sonrió dulcemente.

—Venga Fargan, ya empezaste con tus cursilerías—se burlaba del otro.

—Es que tú me pones así, ¿qué quieres que haga al respecto?, además, estoy seguro de que también lo piensas, la diferencia es que yo lo digo—le reprochó.

—Sí-si-si, cómo tú digas—fue lo único que respondió Willy. No podía negar que Fargan estaba en lo cierto, pero prefería mostrar su cariño con gestos antes que con palabras la mayoría de las veces. Igualmente el castaño estaba al tanto de esto, sólo que le gustaba molestarlo porque le causaba ternura cómo le incomodaba tanto cariño verbal.

   En ese momento, la camarera interrumpió su charla al llegar con sus platos en bandeja. Empezó a servirlos cuidadosamente, mientras Willy los recibía. A su vez, Fargan notó por el rabillo del ojo que Alexby estaba entrando en el restaurante con su uniforme. Seguramente pediría un café para llevar. Esto le puso demasiado ansioso, pues había algo que no le había dicho a Willy, que Alex aún no sabía de su relación y le había hecho entender que sí se lo había contado. No tuvo otra opción que excusarse para ir al tocador y básicamente esconderse de su mejor amigo. No sabía cómo se había zafado de tantas situaciones para evitar contarle y aún no se armaba de valor para hacerlo, lo que por dentro le carcomía.

   Mientras tanto, Alexby entró tranquilamente a pedir su café. Divisó a Willy a lo lejos y le saludó sin más, ni siquiera se acercó a hablarle ya que tenía que volver a la estación, por lo que le hizo una seña indicándole de aquello a Willy, quién entendió y asintió.

   Luego de unos minutos, Fargan supuso que Alexby se había marchado, así que salió de su escondite, algo decepcionado de sí mismo, pero una vez más supo esconderlo bien y continuar con la mañana amena que tenía con su novio. 

El Momento Exacto [Willgan AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora