8) Día Tranquilo

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   Era temprano, y Fargan y su supervisor deambulaban por las calles de la ciudad en el coche de policía esperando a que algún crimen se cometa para ponerse a trabajar.

—Vaya día tranquilo—comentó indiferente el castaño.

   En cuanto escuchó esto, el contrario le golpeó de manera brusca en el brazo.

—¡Ssshh! ¡Ni se te ocurra decir eso que atraes la tragedia a nosotros! ¿Qué acaso no te lo enseñaron en la academia?—exclamó el policía mayor sin quitar los ojos del volante—escucha; JAMÁS, PERO JAMÁS DEBES USAR ESA FRASE CUANDO ESTEMOS DE TURNO, ¡¿me oíste?!

—Si señor, pero, ¿Puedo preguntar por qué?—Fargan estaba confuso, no sabía que los policías fueran tan supersticiosos.

—No sabes la que acabas de liar, Fargan—fue lo único que le respondió.

   Y ahí es cuando la llamada entró por los walkie-talkie de los dos agentes.

Robo al banco central a mano armada. Los dos sospechosos se encuentran dentro del banco. Se solicitan refuerzos inmediatamente.

—En camino—respondió el mayor por la radio y dio la vuelta con el coche para dirigirse al banco.

   Todo era un caos, la patrulla de Fargan y su supervisor fue la primera en llegar, y sin pensarlo dos veces, entraron al banco para ver qué tal estaba la situación. Por suerte los atracadores no tenían mucha experiencia y no habían cerrado las puertas principales, por lo que dejaron entrar a los dos policías.

   En cuanto se dio cuenta de su error al ver a los policías entrar, el atracador más bajo apuntó su pistola hacia la primera persona que vio y jaló el gatillo con desesperada confusión.

   Fargan empezó a ver todo borroso, sintió como la bala le penetraba cerca del pecho, su corazón latía a más no poder, pero de un momento a otro se ralentizó y el castaño dejó de sentir sus piernas, cayendo bruscamente al suelo mientras dejaba de sentir todo a su alrededor. Ya no escuchaba los gritos de la gente, ya no veía con claridad a su compañero que disparó a los criminales al momento en que uno de ellos disparó. Sin embargo, todo esto parecía ser en vano ya que la bala le había dado al policía novato que ahora se encontraba desplomado en el duro y frío suelo mientras la sangre se derramaba rápidamente.

   Ahí fue donde Fargan usó las últimas fuerzas que tenía para levantar la cabeza y ver su pecho lleno de sangre, que luego tocó con una de sus manos para confirmar que era verdad lo que estaba sucediendo.

   En este punto ya no respondía su cuerpo, no sentía dolor, no sentía como su cuerpo entraba en un estado de shock debido a la perdida de líquido que estaba sufriendo en ese momento.

   Lo último que alcanzó a escuchar entre momentos lúcidos que tenía, eran los desesperados gritos de los demás policías solicitando ayuda. Lo que en ese entonces Fargan no sabía, era que ya habían arrestado a los dos sujetos que entraron a robar el banco y que Alexby fue uno de los policías que llegó de refuerzos a la escena, y que en cuanto vio a su amigo siendo llevado en camilla hacia la ambulancia, no pudo aguantar las lágrimas y corrió a la salida para dirigirse al hospital.

   Todo se veía borroso y luego se tornó negro. 

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F de Fargan

El Momento Exacto [Willgan AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora