3) Nombres

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   No fue hasta varios días después que los dos chicos se volvieron a encontrar, esta vez cada uno haciendo su labor.

   Ruido, conversaciones, música, y bailes por todas partes era lo que adornaba la cálida tarde. El albino se encontraba en medio de la celebración de una boda cuando dos sujetos un poco pasados de copas se pusieron a discutir, y posteriormente a forcejear débilmente. Willy, quien era el fotógrafo encargado, no perdió esta oportunidad y sacó su cámara para dejar este recuerdo grabado en algo sólido, pues pensó que a los recién casados les causaría gracia aquel momento.

   No hubieron actos violentos, pero antes de que escalara la situación, uno de los invitados llamó a la policía por mera precaución. Esto les molestó a varios ya que no querían que la fiesta fuese interrumpida de esa manera, pero Willy no podía haber estado más emocionado por aquello, puesto que se encontró con el dueño de la camisa elegante que llevaba puesta justamente hoy.

   Willy; quien estaba de espaldas en esos momentos; se sorprendió al escuchar la voz de aquel sujeto que recientemente conoció en una cafetería, por lo que se dio media vuelta y lo observó desde la distancia. Después de varios minutos de que los agentes de policía hablaran con los causantes del pequeño disturbio en la boda, éstos últimos estaban de camino a la salida, ya que no habría ningún arresto y se trataba de un malentendido. Sin embargo, en un momento a Fargan se le cayó la libreta al suelo y al recogerla, cuando levantó la vista, se encontró con la mirada de unos ojos verdes a la distancia, observando con curiosidad toda la escena.

   El castaño se acercó al sujeto con sorpresa en su rostro y aunque le costara admitirlo, con una felicidad que se manifestaba con una agradable sensación en su pecho. Le saludó con la mano y empezó a hablar.

—¡Hombre! Pero si no es ni nada menos que el fotógrafo a quien le derramé todo mi café el otro día—dijo entusiasmado.

—Señor oficial—respondió el contrario asintiendo con la cabeza levemente—veo que aprobaste tu examen, mis más sinceras felicitaciones.

—Qué "señor oficial" ni que nada, mi nombre es Fargan—dijo mientras le extendía su mano derecha para darle el apretón de manos—creo que no nos hemos presentado aún como se debe—acto seguido Willy también extendió su mano, aceptando la del contrario.

—Me llamo Willy—respondió el albino sin problemas—un gusto conocerle-digo, conocerte—rió entre dientes.

—El gusto es mío, Willy...—Se pensó unos segundos en lo que estaba a punto de decir—...Eh... Dime, ¿Qué te parece si...un día de estos vamos a tomarnos unas cervezas al bar?—preguntó el castaño finalmente un poco dudoso.

   Willy, completamente sorprendido por aquella propuesta se tardó en responder, a lo que el momento se estaba poniendo un poco incómodo.

—...Supongo que mala idea entonces... entendido—dijo Fargan un poco decepcionado.

—El viernes a las 8, ¿Te parece?—atinó a responder el contrario, notando la anterior desilusión del policía.

—Me parece perfecto. ¿Me prestas tu móvil un momento para darte mi número?—el albino hizo lo pedido—Me envías un mensaje para poder guardar el tuyo y nos coordinamos con el bar el viernes, ¿vale?—A pesar de lo calmado que sonaba, por dentro estaba emocionado, aquel fotógrafo le había agradado y le apetecía conocerle, ya que solía ser una persona bastante sociable.

—Vale, ahora vete rápido que tu compañero te debe estar esperando, y no queremos que en la cuidad reine el caos , ¿no?—sonrió.

   Fargan soló atinó a sonreír ladinamente y a asentir mientras se tomaba la gorra de policía y bajaba la cabeza. A continuación se retiró para así seguir con su trabajo, al igual que Willy, quien continuó sacando fotos del evento, esta vez un poco más satisfecho por el pequeño encuentro de hoy, ya que no paraba de sonreír, y por más que evitaba poner una cara seria o neutral, no podía. Willy no entendía muy bien el por qué de esto, pero no le importó.

   Hace unos días eran dos extraños que se toparon por casualidad, pero ahora que habían intercambiado nombres, una pequeña conexión iba surgiendo entre los dos chicos, aunque ellos aún no lo supiesen.

El Momento Exacto [Willgan AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora