____ se convierte en la nueva Hargreeves de la Academia, después de que Reginald haya decidido aceptarla por ser "diferente" a la gente de su alrededor. Es bien recibida por el resto de la Academia, pero hay un integrante que no acepta la constante...
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Me desperté por el sonido de mi alarma, y recordé que había olvidado apagarla el día de ayer. Los primeros rayos de sol comenzaban a entrar por mi ventana y los pajarillos comenzaban a cantar. Era un nuevo día, y me dispondría a conocer cada rincón de la Academia. Me puse mis pantuflas y baje a la cocina a prepararme un café, realmente desconocía los horarios de comida en este lugar, pero mi café no podía seguir esperando. Salí de mi habitación y al parecer, todos seguían durmiendo, ya que no escuchaba ningún ruido de fondo.
Al caminar por el pasillo, me di cuenta que la puerta de una de las habitaciones estaba abierta, pero no había nadie dentro de ella. Opté por ignorarlo y seguir mi camino a la cocina. A decir verdad, estaba un poco perdida, técnicamente era mi primer día aquí, y por ahora, solo conocía el comedor y mi habitación. Seguí caminando esperando encontrar dicho lugar, cuando, en plena distracción, casi choco con alguien.
- Ten más cuidado - dijo el chico en un tono molesto, sin voltear a mirarme
Me giré y vi a Número Cinco, con una taza de café en la mano. Yaas! Por fin la encontré. Atravesé la puerta y me encontré a un Klaus, sentado, comiendo pan francés con mantequilla.
- Buenos días! - dije al verle
- Buenos días pequeña, que tal tu primera noche aquí? - me preguntó y después me abrazó
- Super! Dormí muy cómoda, ningún problema, todo hubiera sido perfecto si hubiera apagado mi alarma el día de ayer... donde están las tazas? - pregunté
- En la puerta de arriba, la de la derecha - dijo Klaus para después dar un buen mordisco a su pan francés.
Llene la taza con café y di un buen sorbo... ELÍXIR DE LOS DIOSES!
- Mmm ya necesitaba una taza de café - dije sentándome a su lado
- Genial, ahora tendremos 2 adictos al café en esta Academia - dice bromeando
- Oye jaja no soy adicta, pero no imagino un mundo sin café - reímos - quién es el otro "adicto"? - pregunté esto, bajando mi dedo índice y medio 2 veces seguidas
- Cinco! Ese chico está demente, de hecho estaba aquí antes de que tu llegaras -
- Si, lo encontré en la entrada... Puedo preguntarte algo? -
- Claro, soy todo oídos - dice mirándome fijamente
- Qué pasa con él? Es decir... es un chico muy serio, muy apartado...puedo decir que es raro - me limité a preguntar
- Tu solo ten paciencia ____, desde que peleó con papá y se fue de la casa, es otra persona...es decir, es el mismo chico, pero su mentalidad no es la misma, suele pensar igual que alguien de mayor edad ...puede llegar a ser un poco insoportable, pero solamente es cuestión de que lo conozcas bien y sabrás como tratarlo, pero dale tiempo al tiempo, es buen chico después de todo - dice agitando mi cabello
Iba a responder con la misma acción hacía el cabello de Klaus, hasta que vi a Grace entrar a la cocina
- Buenos días querida, quieres que te prepare el desayuno? - me preguntó, mirándome, con una sonrisa en el rostro.
- Mmm quiero lo mismo que Klaus! - dije mirando los restos de comida de mi hermano
- Oye! Consíguete un desayuno mas original niña -
Ambos reímos.
Con el paso de los minutos, los chicos fueron llegando y mamá les preparaba el desayuno a cada uno, todos fueron diferentes, por lo que había entendido que la hora del desayuno era libre. Era genial poder hablar con todos, esto me agradaba cada vez más y más.
Minutos después, fui directo a mi habitación a tomar un baño y cambiarme de ropa... es cómodo estar en pijama, pero no era adecuado.
Al salir, decidí mantenerme cómoda y me puse un pants gris, una camiseta blanca, y tenis del mismo color, y comencé a investigar los rincones que esta Academia podía esconder. Caminé por la sala, donde había una barra, cerca había un aparador, donde estaban unas figuras de cada uno de los chicos, ya saben, como un juguete. Vi la "biblioteca", un pequeño ático (muy agradable por cierto)...
Finalmente abrí la última puerta que me quedaba por explorar: El cuarto de entrenamiento: Realmente era muy grande! Había muchos espejos, algunas cosas que nos servirían para dicho entrenamiento, ya quiero que llegue mi momento de entrenar.
De camino a mi habitación, aquella puerta que ví abierta esta mañana, lo seguía estando, y pude ver a Número 5, sentado frente a su escritorio. Su cabello un poco despeinado, y vestía el uniforme de la Academia, ¿Acaso tendremos alguna misión?. Recordaba que él era la única persona con la que no había tenido una presentación formal hasta el momento, así que decidí acercarme.
- Hola! Estás muy ocupado? - pregunté al mismo tiempo que tocaba su puerta
Ninguna respuesta
- Hola? Tierra llamando a Número 5! - repetí
Nada...
- Uh...pasaba por aquí y recordé que no nos hemos presentado anteriormente, soy ____ - dije esperando alguna respuesta
Esto empezaba a molestarme un poco, este chico realmente me está ignorando
- Uh... Si, está bien, creo que no es buen momento, volveré en otra ocasión - dije finalmente
- Cierra la puerta - las palabras salieron fríamente de la boca de Número 5
No dije nadamás, cerré la puerta de su habitación y me fui.
