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El sonido de cientos de cristales cayendo al suelo llegó a mis oídos a través de la calma de la noche y los cuatro lobos que había enfrente se prepararon para atacar. Entrecerré los ojos ante su reacción desproporcionada, pero todo quedó reducido a un segundo plano cuando escuché los sollozos de Zoe que provenían del interior de la cabaña.
Me apresuré para llegar a ella cuanto antes y la encontré sentada en el suelo del baño, rodeada por los restos del espejo que había roto y con fragmentos de cristal clavados en un puño ensangrentado.
—Lo siento, Afri...
—No te preocupes, es solo un espejo —dije mientras la ayudaba a sentarse en el borde de la bañera.
Zoe me observó con los ojos llenos de lágrimas y le dediqué una sonrisa tranquilizadora antes de examinar su puño. La joven gimió cuando le quité uno de los cristales que tenía clavados en la piel y dejé que mis uñas se convirtiesen en garras para poder extraerlos mejor, lo que provocó que la joven me mirase desconcertada.
—Ser una mujer lobo tiene muchas ventajas —dije mientras sacaba el último trozo de cristal de sus nudillos—. He aquí una de ellas —añadí antes de limpiar la sangre que bañaba su piel.
La joven gimió en cuanto vio que los cortes y arañazos habían desaparecido y me observó con un estupor que no tenía precio.
—Vamos, he preparado la cena.
Zoe emitió un gruñido hambriento cuando percibió el olor a comida y tuve que morderme un labio para no reírme. La joven llenó dos tazas de café mientras yo cogía los platos, y nos sentamos a la mesa sintiéndonos mejor tras lo ocurrido.
—¿Cuánto tiempo te costó aprender a controlar tus impulsos? —me preguntó antes de engullir una salchicha.
—Para mí fue diferente. Yo soy un lobo de sangre porque mis padres eran hombres lobo y nací siendo mitad humana y mitad animal.
—¿Y yo que soy?
—Un lobo de colmillo. Las personas que reciben el gen a través de un mordisco tienen que aprender a controlarlo poco a poco. Al principio es más difícil porque recibes demasiados estímulos a los que no estás acostumbrada, pero en un par de días te sentirás mucho mejor.
—Mis ojos... —dijo después de un rato—. Mis ojos se ponen rojos cuando pierdo el control. ¿Eso significa que soy igual al monstruo que me mordió?
—Claro que no, Zoe.
—Pero los vuestros no son como los míos.
—Depende del rango de cada lobo. Nuestra especie se organiza en manadas y el líder de cada una de ellas es el alfa. Su poder se muestra en sus ojos dorados. Su segundo, el beta, tiene los ojos anaranjados. Los gammas los tienen del color de la tierra y los deltas del de la arena. Los lobos nómadas, que pertenecen a una manada pero prefieren vivir en soledad, tienen los ojos azules.
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La maldición del sol +18 (Completa)
Werewolf-Hombres lobo, romance, aventura- Tras pasar años recorriendo los países del mundo, África decide tomarse un descanso y pasar una temporada en el valle. El pueblo es precioso, sus habitantes encantadores y la naturaleza brilla con luz propia, pero l...