4. Contraste

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Mi espalda chocó contra la pared al ser empujada contra ella y unas fuertes y cálidas manos se deslizaron por el interior de mi camiseta. La sonrisa reapareció en mi rostro al percibir el olor del nómada y sus ojos azules brillaron con deseo en la oscuridad de la noche, iluminando su rostro antes de que se abalanzase sobre mí para besarme con una pasión abrumadora.

Su lengua se abrió paso en mi boca con autoridad, provocando que me estremeciese de placer al sentir que sus manos desabrochaban mi sujetador y acariciaban mis pechos. El nómada empujó su cuerpo contra el mío antes de apretar uno de mis pezones, consiguiendo que gimiese de placer en su boca.

Mis manos desabrocharon los botones de su camisa con habilidad antes de recorrer su tonificado abdomen, pudiendo apreciar el calor que emitía su cuerpo bajo mis dedos. El viajero liberó mi boca para deslizar su lengua por mi cuello, provocando que se me erizase la piel ante la sensualidad de su contacto, y aproveché la posición en la que me encontraba para clavar los dientes en su hombro.

El sonido gutural que brotó de su pecho dibujo una sonrisa de satisfacción en mi boca antes de que un jadeo escapase de mis labios al sentir que deslizaba sus manos bajo mis pantalones. Su mirada volvió a brillar en la oscuridad de la noche, haciendo más evidente su deseo y dificultando mi respiración. El gemido que brotó de mi garganta al sentir sus dedos en mi interior se apagó en su boca y mi excitación aumentó al notar su dureza contra mi cuerpo.

El nómada gimió cuando mis dedos lo rozaron antes de desabrochar su cinturón y su pecho emitió un salvaje sonido al notar que mi mano se abría paso entre sus boxers. Mi respiración se dificultó todavía más al sentir que sus dedos aumentaban el ritmo con el que se deslizaban en mi interior y le pagué imitando su comportamiento, lo que provocó que gimiese en mi boca con una sensualidad que envió puro fuego por mis venas.

Un profundo gruñido llegó a mí desde alguna calle cercana y fruncí el ceño con confusión antes de escuchar un grito que resonó en la tranquilidad de la noche, helándome la sangre. El nómada se petrificó bajo mis dedos y nos separamos al instante, ambos olisqueando el ambiente para tratar de averiguar qué estaba ocurriendo.

La violencia y la sed de venganza que percibí en el aire provocaron que me estremeciese ante el brusco cambio de sensaciones que estaba percibiendo mi cuerpo. Otro gruñido llegó a nosotros, aquella vez más fuerte, y el nómada y yo nos observamos desconcertados.

Mi cuerpo se movió inconscientemente hacia el lugar del que provenían aquellos sonidos, pero la fuerte mano del viajero me detuvo antes de que pudiese seguir avanzando.

—¿Qué haces? —preguntó con confusión—. Tenemos que irnos.

Sus ojos se encontraron con los míos, y aunque una parte de mí quería argumentar en su contra, sabía que tenía razón. Aquel no era el territorio de ninguna de nuestras manadas y lo mejor que podíamos hacer era mantenernos al margen, pero cuando el grito de una aterrorizada mujer llegó a mí a través del asfalto, mi mente dejó de prestarle atención a toda lógica.

Negué con la cabeza para indicarle que no podía quedarme de brazos cruzados y me zafé de su agarre antes de echar a correr callejón abajo. El latido de mi corazón se aceleró al instante y mis pies se detuvieron cuando descubrí que, a escasos metros de distancia, había un gran lobo marrón acorralando a una mujer contra la pared.

La joven estaba petrificada y se había llevado una mano a la boca para tratar de contener los sollozos que escapaban de sus labios. Las lágrimas se deslizaban por sus mejillas con una desesperación que me abrumó y pegué un ligero brinco al escuchar un aullido en la distancia.

El lobo que tenía enfrente se volvió hacia mí, tan sorprendido como yo al escuchar aquel sonido, y cuando lo hizo pude ver sus ojos, bañados por un rojo tan intenso como la sangre que brotaba del brazo de la aterrorizada joven.

El sonido de unos pasos acercándose a toda prisa inundó el callejón, deteniéndolo todo durante unos segundos, y al otro lado del lobo apareció Zoe, cuyo rostro se torció por el miedo y la incredulidad al ver la escena que se desarrollaba ante sus ojos.

El cuerpo del aberrante se movió al percibir la presencia de la joven y sus patas se flexionaron preparándose para atacar.

—¡Corre, Zoe! —grité antes de abalanzarme sobre el lobo en forma humana, sabiendo que no tendría tiempo para transformarme antes de que el aberrante atacase a mi amiga.

Ella echó a correr en dirección al local y al ver que su figura desaparecía, sentí que el alivio inundaba mi cuerpo automáticamente, dedicándole toda mi atención al lobo que se preparaba para morderme el brazo y deshacerse de mi presencia.

Averiguando cuáles eran sus intenciones, me moví con una rapidez que lo sorprendió para alejarme de él y posicionarme entre su cuerpo y el de la conmocionada joven. El aberrante se distrajo al escuchar que otro aullido inundaba las calles del valle, aquella vez mucho más cerca de nosotros, y aproveché la oportunidad para saltar y transformarme en el aire.

Un profundo dolor se apoderó de mí al sentir que se me rompían los huesos para permitir que mi esqueleto se convirtiese en el de un lobo adulto. Los ojos del aberrante brillaron cuando percibió mi vulnerabilidad al encontrarme en pleno proceso de transformación, y el animal se incorporó para atacarme mostrándome sus afilados colmillos.

Una sonrisa de satisfacción brilló en mi interior al saber que cuando llegase a mí ya me habría transformado por completo, siendo aquella la oportunidad perfecta para clavar mis dientes en su cuello, pero justo cuando me disponía a hacerlo, algo cambió en la expresión del aberrante y sentí una fuerte presión en el costado que me lanzó contra el muro y que provocó que me diese un fuerte golpe contra las piedras.

Un latigazo de dolor recorrió mi cuerpo al instante y percibí el olor de mi sangre en el ambiente antes de que la oscuridad me envolviese en su peligroso abrazo.

Un latigazo de dolor recorrió mi cuerpo al instante y percibí el olor de mi sangre en el ambiente antes de que la oscuridad me envolviese en su peligroso abrazo

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¡Y hasta aquí el primer acercamiento a África y sus aventuras!

¿Qué os ha parecido? ¿Queréis que suba más capítulos?

¡Mil gracias por pasaros!

Un biquiñooo 💛

La maldición del sol +18 (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora