Capítulo 12.|Te perdono.

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No quería aceptar esto. Estaba rehusada a tener que admitirlo. Hace años perdí a mi abuelo, luego a mi madre después que se divorció de mi padre, a Jaxon, a Jessica, a Justin, y ahora me toca perder a mi papá.

No, la verdad yo no podría soportarlo.

Me subí al ascensor y marqué el piso rápidamente, quería irme de aquí. Me recargué en este soltando un suspiro, mis lágrimas no paraban. Mi padre es mi persona favorita en el mundo. Es quién me ha dado todo, desde la vida hasta el amor más infinito. Es a quién tengo en todos mis recuerdos, yo no podría soportar perderlo, sería desgarrador para mí. Salí del ascensor y corrí por la recepción a donde se encontraba mi auto, no sé a dónde iría, pero lo único que sé es que en mi departamento no me quedaré. Abrí la puerta del auto y me subí totalmente nerviosa, encendiendolo y acelerando por las calles de Nueva York a toda velocidad.

No dejaba de pensar en ellos como pareja, era frustrante. Existen miles de mujeres en Nueva York, en Arizona y en el mundo, donde mi padre puede buscar, pero no, tiene que venir y enamorarse de la madre de mi ex mejor amiga, es una tortura. No quiero que estén juntos, no me gusta esa idea de ellos siendo una pareja, no sé porqué, solo no quiero que suceda, pero por lo que veo el mundo está conspirando en mi contra. Me detuve frente al Hotel Hilton, donde mi madre y Bryan están, realmente no quiero molestarlos, pero es a la única persona que necesito en estos momentos. Salí del auto y caminé por la recepción sin detenerme, ya me sé el camino. Cuando llegué y estuve frente a la puerta, dudé bastante si tocar o no, la verdad no estaba segura, no quería interrumpirlos y menos preocupar a mi madre, pero antes de tener más tiempo para pensarlo, Bryan abrió la puerta sorprendiéndose de verme.

—Debby, que sorpresa. ¿Qué haces aquí?—Me sonrió y al momento de ver mi expresión triste me miró preocupado.—¿Ocurre algo?

Limpié mi rostro que estaba un poco nublado por las lágrimas.

—Hola Bryan. No pasa nada, solo no me siento bien.—Suspiré tomando aire de mis pulmones.—No quiero molestarlos a ti y a mi madre, pero necesito hablar con ella.

—No te preocupes, tú madre está dentro, yo voy a ir a recepción por algunas cosas, puedes pasar.—Me dijo con una leve sonrisa.

Sé que en el fondo Bryan está muy contento de que mi madre y yo hayamos recuperado nuestra comunicación, y yo también lo estoy, a pesar de todo.

—Gracias Bryan.—dije y lo vi desaparecer en el pasillo.

Abrí la puerta y entré cerrándola detrás de mí. Busqué a mi madre con la vista por la pequeña sala que tenía la habitación, pero no la veía por ningún lado.

—¿Mamá?—La llamé.—¿Mamá?

La vi aparecer en el marco de la puerta del baño sonriendo al verme, pero luego su sonrisa se esfumó al ver lágrimas caer de mis ojos.

—Debby. ¿Por qué lloras, mi vida?

Ella me sujetó con sus brazos para no caer al suelo y me apretó contra ella como si de eso dependiera su vida, necesitaba esto, necesitaba llorar y estar cerca de ella aunque sea un momento.

—Nena, preciosa mía.—Me susurró mientras aún me abrazaba.

—Mamá, te necesito mucho.—Me apreté a ella para sentir que de verdad estoy abrazándola y no es un sueño.

—Aquí estoy hermosa, aquí estoy.

Me separé de ella y estrujé mi rostro para limpiar mis lágrimas.

—¿Tienes un momento para escucharme?—Le pregunté tímidamente.

Sonrió de lado acariciando mi mejilla y limpiando algunas lágrimas traviesas.

Ámame Sin Importar Qué #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora