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—Era él. Miró directo a mis ojos y no pudo reconocerme.
​—Eso no es posible, tiene más de setenta años— dijo Sam.
​—¿Estás seguro? Digo, lo vieron caer de un tren a máxima velocidad, es poco probable que alguien sobreviva a esa caída— se apresuró Malie.
​—Zola. Capturaron la unidad de Bucky en el 43 y experimentaron con él. Lo que le hayan hecho, evitó que muriera ese día. Debieron hallarlo ahí.
​—Nada de eso es tu culpa, Steve.
​—Cuando no tenía a nada, tenía a Bucky.
​—No hagas esto, vi a mi padre llorar por no poder tomarlo a tiempo. No lo revivas tú.
​—Necesitamos un doctor— dijo Sam tras ver el hombro de la rusa, se veía mucho peor que la pelinegra—. Necesitamos hacer presión en la herida o se va a desangrar en el camino.
​Uno de los agentes mostró la vara eléctrica al volador, en lugar de acribillarlo, la usó en el agente a su izquierda—. Siento mi cabeza apretada ahí.
​— ¿Contabas con que nos capturaran?— se burló la pelinegra a modo de saludo.
​— ¿Y él quién es?— dudó Hill.

***

Hill aparcó la camioneta y les abrió la puerta para que bajaran. Malie terminaba de apretar el nudo en el hombro de la rusa con su blusa, ya se había puesto la sudadera. Primero bajó Steve, ayudó a la pelinegra a bajar, Sam se apresuró a tomar el brazo de Malie, aun salía sangre, poca comparada con la que perdía su amiga. Hill iba a la cabeza, abriendo las puertas y dirigiéndolos hacia el área segura cuando un hombre trajeado corría hacia ellos a toda prisa.
​—Herida de bala, perdió casi medio litro; unas vendas, ella solo fue rozada.
​—Tal vez uno— dijo Steve.
​—Yo me encargo— dijo el médico. Malie ya tomaba a su amiga para ellas irse a parte.
​—Antes hay que verlo— dijo Hill.
​—Al fin se dignan en venir, ¿no estabas de misión?
​—No se imagina cuánto lo extrañé. Amo que interrumpan mis vacaciones.
​—Laceración en la columna vertebral, fractura de esternón— mencionaba Fury mientras curaban a la rusa, Malie terminaba de acomodar las vendas—. Clavícula destrozada, hígado perforado y una horrible jaqueca.
​—Olvida el daño en el pulmón.
​— ¿Algo en tu cuerpo que aún funcione?
​—Fuera de eso, estoy bien.
​—Yo los vi operarte, tu corazón se detuvo.
​—Tetrodo toxina. Reduce el pulso a un latido por minuto. Banner lo desarrolló para el estrés.
​—Fingiste tu muerte y tampoco me contaron...
​—No es momento— le cortó Sam.
​—Solo digo que la lista crece— dijo al ponerse la sudadera de nuevo.
​—No le fue de gran ayuda, pero hallamos mejor uso.
​— ¿Por qué tanto secreto? ¿Por qué no nos dijiste?
​—Todo intento de asesinarlo, debía parecer exitoso— acotó Hill.
​—Si ya estás muerto, no pueden matarte. Eso y no sabía en quién confiar.
​—Por eso no me llamó.
​—Supuse que al solucionar lo de las anomalías, retomarías tus vacaciones.
​—Perdí un aliado en batalla, las vacaciones terminaron.
​—Estás aquí.
​—Ellos me llamaron, no pueden vivir sin mí.
​—Sí, cómo no— dijo Sam.

***

—Este hombre rechazó el premio Nobel de la paz, dijo que la paz no era un logro, era una responsabilidad— dijo Fury viendo una fotografía de Pierce.
​—Porque lo es, yo no lo aceptaría tampoco.
​—No podemos esperar mucho de la persona que se hizo rica vendiendo armas— acotó Sam.
—¿Saben? Cosas como esta son las que me hacen desconfiado.
​—Hay que impedir el lanzamiento— dijo Nat.
​—¿Cómo?— inquirió Malie.
​—Dudo que el consejo me responda todavía— dijo Fury al abrir un maletín y mostrar tres tarjetas.
​—¿Qué es eso?— se alarmó Sam.
​—Cuando los helicarrier alcancen los 900 metros, triangularán con los satélites de Inside y quedarán cien por ciento armados— dijo Hill.
​—Bien, ¿qué sigue?— dudó la pelinegra fastidiada por no tener un bote de nieve a la mano.
​—Hay que infiltrar los helicarriers y reemplazar sus tarjetas de programación con las nuestras— dijo Fury.
​—Uno o dos no bastan, tenemos que enlazar los tres helicarriers para que funcione— dijo Hill—. Porque, si una sola de esas naves continúa en funcionamiento, cientos de personas morirán.
​—Daremos por hecho que todos a bordo de los helicarriers son de HYDRA, hay que incapacitarlos, insertar las tarjetas y tal vez, solo tal vez, salvemos lo que queda de...
​—¡No salvaremos nada!— exclamó el Capitán—. No solo caerán los helicarriers, Nick, caerá todo S.H.I.E.L.D.
​— S.H.I.E.L.D. no tuvo que ver en esto.
​—Pero es la agencia de inteligencia más grande del mundo y dejaron que el parásito creciera dentro de ella. Rogers tiene razón— dijo Malie en tono serio.
​—Usted me dio esta misión, así es como termina— dijo Steve—. S.H.I.E.L.D. se vio infiltrada, lo dijo usted mismo. HYDRA creció frente a sus narices y jamás lo notaron.
​—¿Por qué creen que estamos en esta cueva?— alternó la vista entre la hija de dos fundadores y el súper soldado—. Yo lo noté.
​—¿Cuántos pagaron el precio por esa tardanza?
​—Mejor aún— intervino la pelinegra—. ¿Cuánto tardó en notarlo?
​—No tenía idea respecto a Barnes.
​—Si lo hubiera sabido, ¿me lo habría dicho? ¿O a ella? Porque nos concierne a ambos.
​—S.H.I.E.L.D., HYDRA, todos deben caer— sentenció la pelinegra, a pesar de que fuera en contra del legado que deseaban darle sus padres, pues jamás lo mencionaron pero esperaban que ella fuera una agente activa, más de lo que ya era.
​—Tienen razón— dijo María viendo a Fury. Todos veían a Nick con determinación.
​—A mí ni me vea, yo hago lo que él diga, solo más lento— dijo Sam.
​—Bueno, parece que ahora eres tú quien da las órdenes, Capitán— dijo Fury al acomodarse en la silla.

Hero's Sacrifice #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora