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Mónaco

Del primer coche bajaron Tony y Pepper, Happy traía una valija. Tony saludó a los congregados para admirar su llegada. Luego bajó Malenalie del coche que venía atrás, Tony sugirió que fueran juntos en el mismo, pero ella declinó para ceder su lugar a la rubia. No le gustaba ser la tercera en discordia pero había un claro conflicto de intereses: Pepper quería estar a solas con Tony, él quería estar más tiempo con su amiga; para terminar de arruinar la fiesta, Malenalie intentó invitar a Rhodes, pero sería demasiado. Los primeros en bajar, no entraron hasta que se les unió la pelinegra.

            —Esto es Europa, pase lo que pase estos veinte minutos, no cuestiones— dijo Tony a la rubia—. ¿Nos sigues?

            —Obvio.

            —¿No cuestiono?

            —Señor Stark— llamó una voz conocida.

            —Oh, hola— dijo al quitarse los lentes.

            —Hola, ¿qué tal su vuelo?

            —Fue excelente, está el fotógrafo de la asociación de automóviles.

            —¿Cuándo pasó esto?— murmuró Pepper.

            —Tú me obligaste.

            —¿Cuándo te obligué?

            —No cuestiones— dijeron los mejores amigos. Pepper a la izquierda y Malenalie a la derecha, se veían forzadas sus sonrisas, la pelinegra no mostró los dientes.

            —No seas tan cuadrada, ¿podrás?

            —Eres tan predecible.

            —Es por aquí, señor.

            —¿Tú lo sabías?

            —Dijo que no cuestionaras.

            —Vamos.

            —Mira, es Elon— dijo la pelinegra con un brillo en los ojos.

            —Señor Musk— saludó Pepper.

            —Pepper, felicidades por el puesto— le estrechó la mano—. Señorita Madinaveitia— le besó la mano y ella entregó un papel cuando le dio la mano—. Estoy creando un jet eléctrico.

            —¿Ah sí?

            —Sí.

            —Trabajemos en eso. Oye, ¿quieres un masaje?

            —No quiero un masaje. No quiero que Natalie haga nada.

            —Me lo puede dar a mí— dijo Malenalie al seguirlos de cerca.

            —No seas celosa, no hagas bilis.

            —Anthony, Malenalie— llamó Hammer, la susodicha rodó los ojos—. ¿Son ustedes?

            —Mi persona menos favorita.

            —¿Cómo estás? No eres el único rico aquí que patrocina un auto.

            —Claro que no, cariño, pero nadie nos iguala— dijo Malenalie antes de darle un trago a su copa.

            —¿Conoces a Cristine Everhart de Vanity Fair?

Hero's Sacrifice #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora