Hero's Sacrifice #PGP2022

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Tony y Malie dejaron expedientes, cajas y cajas por todo el laboratorio. Reunieron al equipo y Steve les comunicó la noticia de que mataron a Stricker, además de la broma en turno de Stark. Malie y Nat trataron de investigar en la base de datos toda información sobre el hombre, pero fue borrada. Así que se pusieron manos a la obra. Llevaban alrededor de una hora cuando Tony le quitó un expediente a Banner, lo mostró a su hermana, ambos lo conocían muy bien.

—Fue hace años— murmuró ella.

—Opera en África, en las costas, vendiendo armas— dijo Tony y Rogers los vio mal—. Hay convenciones, hablas con gente.

—No le vendió nada— aseguró ella.

—Dijo que buscaba algo nuevo, algo importante, estaba obsesionado.

—Esto— dijo Thor al señalar un tatuaje.

—No lo tenía.

—Esos son tatuajes, esto es una marca— reiteró Thor al señalar mejor.

—Ah, sí, en dialecto africano significa "ladrón", de un modo no muy amistoso— dijo Banner.

—¿Qué?

—Wakanda— aseguró, las alarmas de los hermanos se encendieron.

—Si logró salir de Wakanda con sus mercancías...

—Según tu padre, él tenía lo último— murmuró Rogers.

—No comprendo, ¿qué se obtiene en Wakanda?— inquirió Banner.

—El metal más fuerte de la Tierra— dijo Malie apuntando al escudo de su mentor.

—¿En dónde está él ahora?

***

—...Nunca quieras compararme con Stark, eso me molesta mucho. Stark es una enfermedad— espetó Ultrón molesto.

—Ay, junior— dijo la pelinegra.

—Vas a romper el corazón de tu padre— dijo Tony al descender y soltar a su hermanita. Thor y Steve ya estaban en el lugar.

—Si tengo que hacerlo— dijo Ultrón.

—Nadie tiene que romper nada— dijo Thor.

—Es que nunca has preparado un omelet— dijo Ultrón.

—Me robaste las palabras— dijo Tony al ver al dios.

—Don Quijote, Sancho Panza, concéntrense— dijo Malie, quien no bajaba la guardia, fue a pararse junto a su mejor amigo.

—Uh, que gracioso, señor Stark— murmuró Pietro—. ¿Se siente cómodo?

—¿A quién más le quitaste el dulce?

—¿Le trae recuerdos?— reiteró.

—Esta nunca fue nuestra vida— dijo Stark.

—Si quieren irse, aún están a tiempo— dijo Steve.

—No lo vamos a hacer— dijo Wanda.

—Ya sé que han sufrido— dijo Steve.

—Capitán América, como siempre, tan recto— dijo Ultrón—. Fingiendo que puedes vivir sin una guerra.

—Tiene razón— murmuró la pelinegra.

—Madinaveitia, la versión femenina de Tony Stark, el espejo del millonario, su padre tampoco podía vivir sin una guerra, menos después de la silla de ruedas— dijo Ultrón, el rubio volteó a ver a su amiga, luego de la caída S.H.I.E.L.D. muchos secretos salieron a la luz, incluidas las misiones secretas de Arthur y Valdemar, pero Malenalie no fue capaz de hablarlas en voz alta con su familia—. No puedo vomitar físicamente, pero me...

—Si estás buscando la paz, entonces no la quebrantes— dijo Thor.

—Creo que confundes paz con quietud— dijo Ultrón al avanzar dos pasos.

—Ajá, ¿y el vibranium para qué?— inquirió Malie.

—Qué bueno que te interese, porque aprovecharé que están aquí para explicar mi terrible plan— dijo Ultrón y derribó a Tony con un rayo.

Aparecieron tres robots, Steve, Thor y Malie comenzaron a combatir con ellos, pero el gemelo los derribó a los tres con solo pasar. Malie se puso de pie e intentó aproximarse a la niña, quien la empujó con sus poderes, a diferencia de los suyos, los de la mutada tenían un color escarlata. La pelinegra titubeó, pues los suyos eran azules, como los de su madre, no había visto a nadie más con poderes. Comenzó la lluvia de disparos. Levitó para tener mejor vista del panorama y atacar a tantos como fuera posible, mas debía evitar los rayos que se lanzaban Ultrón y Tony. Le rompió el cuello a uno, cayó en la barandilla y se lanzó sobre otro. Lanzaba campos de fuerza a todo lo que se moviera, si no iban con trajes llamativos, no eran de su equipo.

—La mujer trató de afectar mi mente, tengan precaución, dudo que un humano la pueda repeler, por suerte yo soy poderoso— dijo Thor por el comunicador.

—¿Qué dijiste?— inquirió ella, no escuchó bien, siguió avanzando por el pasillo y levantó la vista—. Mierda, ¿cómo llegué aquí?

Ante los ojos de Malenalie, yacía Asgard, el mundo dorado, aquel donde habitan los dioses. Se desconcertó un momento, estaba en África, no pudo haber llegado tan pronto, ni siquiera sintió el tirón del Bifrost al ser absorbida. Siguió caminando en busca de Sif, seguro que su amiga tendría las respuestas de lo ocurrido. Conforme se adentraba en la ciudadela, era envuelta por la fiesta, el baile y la celebración en general de los asgardianos; conocía las historias, eran buenos en ello. De los cuales destacaban dos figuras bastante conocidas. Sus ojos se inundaron de alegría. La rubia y el castaño avanzaban a paso lento, con ropa asgardiana, parecía que habían salido de la celebración solo para recibirla.

Malie apresuró el paso, antes de poder estar cerca de sus padres, vio dos navajas atravesar el cuello de ambos. Estos intentaron detener la hemorragia. Malie corrió para tratar de ayudarlos, las lágrimas bajaban por sus mejillas quemándolas en el acto. A unos pasos de salvarlos, el fuego los consumió vivos. No podían gritar por la herida en la garganta. Malenalie cayó de rodillas ante la horrible visión de la muerte de sus padres, no podía estar pasando, no de nuevo. Sus ojos se abrieron como plato cuando vio salir al dios del engaño de entre las llamas, no le afectaba en nada, eso solo significaba que manipulaba el cuello.

—Loki— dijo incrédula.

—¿Qué haces aquí? Tenías prohibido volver— escupió con odio.

—Yo...— no pudo seguir porque el dios aprisionó su garganta y la levantó del suelo—. Me lastimas— dijo muy apenas, tratando de zafarse del agarre.

—¿Acaso creíste que pondría mis ojos en una sucia mortal como tú? ¿En una deshonra para la familia? ¡Ese fue el mejor regalo que le pudiste dar a tus padres! Que no estén aquí para ver cómo fracasas una y otra vez. ¡¿De qué sirven los poderes si no sabes usarlos!? Matarte es un alivio para tu miserable vida, mortal.

—Por favor— suplicó ella sintiendo su cuello romperse y todo volverse negro.