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Tenía frío, no la cubría nada más que una sábana. Quiso apretar el puño y sintió que tenía algo de plástico envolviendo su dedo índice, era el del oxígeno. Intentó moverse y sintió el yeso en su brazo izquierdo. Ya tenía varios recuerdos de sus múltiples batallas: el brazo derecho quemado justo arriba del codo por lo de New México, el izquierdo roto, una cicatriz poco bajo del cuello por la visita a Asgard; una maravilla ser vengadora. Salió de sus pensamientos al oír el pitido de la máquina. Quiso abrir los ojos pero no pudo. Un calor recorrió su ser y los abrió de golpe. Frente a ella estaba su hermano, tenía globos y peluches de sus seres queridos por todo el lugar.
​—Buenos días, bella durmiente.
​—¿Qué es esto?
​—La comida del hospital.
​—Falta mi bote de nieve, ¿no lo pediste acaso?
​—Acabas de despertar, espera un poco.
​—Exacto, desperté, merezco una recompensa por casi dar la vida en el helicarrier.
​—La diste.
​—¿Qué?
​—Moriste en la camilla.
​—¿Usaron el desfibrilador?
​—No lo permití.
​—¿Estuviste en el quirófano conmigo?
​—Suponiendo que tienes la empatía de tu madre, debías escuchar una voz conocida para volver.
​—¿Y funcionó?
​—No, te hicieron una transfusión, ambos padres son compatibles, así que inyectaron diez mililitros de cada uno.
​—¿Después de todo este tiempo?
​—Funcionó, porque tu latido volvió.
​—Gracias Arthur, gracias Valdemar, los amo— dijo ella viendo hacia el cielo.
​—Mañana te daré tu nieve.
​—No creo aguantar tanto.
​—Hazlo por mí.
​—Ni que fueras tan especial.
​—Pero soy yo: Tony Stark.
​—El filántropo, millonario, playboy, amor de mi vida, pero adivina qué: no me has dado el anillo.
​—¿Y los de dulce? Traje de tus colores favoritos.
​—Para tus millones, eso es darme migajas.
​—Entonces que tu armadura sea el anillo.
​—Entonces yo no te he contestado— fingió sorpresa.
​—¿Ya ves?— se burló.
​—Dame un beso y quedamos en tablas.
​—Tú ganas— se levantó del sillón y se inclinó a besar la frente de su hermanita, feliz de que estuviera entera. Obviamente haría bromas por el brazo roto, pero quedaba tiempo para ello—. Quería estar aquí cuando despertaras, ya puedo marchar tranquilo, hay gente que quiere verte.
​—Claro, nos vemos después— dijo al sonreírle con dulzura. Vio salir a su mejor amigo y a los diez minutos entró la rubia.
​—Hola, Malenalie.
​—Ni que fuera funeral.
​—Me diste un buen susto, temí por lo que le diría nuestra tía.
​—No te desharás de mí tan fácilmente.
​—Creí que sí.
​—¿Cuánto tiempo estuve inconsiente?
​—Cuatro días.
​—Poco comparado con lo que desearía dormir.
​—Ya habrá tiempo...
​—Visitaremos a Peggy en cuanto me den de alta, hay que informarle lo ocurrido con S.H.I.E.L.D.
​—No comas ansias, debes descansar.
​—¿Cómo está Steve?
​—Estuvo igual que tú, se pondrá bien.
​—¿Quién lo cuida?
​—Dijo Romanoff que Falcon.
​—Está en buenas manos. ¿Tú qué tal?
​—Entré en la CIA, no me mandaron de misión porque primero ocurrirán los arrestos.
​—¿Y los demás?
​—Nat fue llamada a audiencia.
​—¿Me llamarán a mí?
​—Tony te dio inmunidad, además de que Peggy, desde el hospital, hizo lo posible para que no te persiguieran, pues tus padres lo fundaron, sería estúpido arrestarte.

***

—Entonces ya pasaste por algo muy parecido— dijo Fury a Rogers, Falcon y Malie se mantenían al margen. Había pasado una semana desde que les dieron el alta.
​—Sí, algo así— dijo Steve, todos veían la tumba de Nicholas Fury. La pelinegra sonrió con burla.
​—Examinamos los expedientes de HYDRA, no todas las ratas se ahogaron en la nave. Volaré a Europa esta noche, ¿les interesa venir?
​—Debo hacer algo antes de eso— dijo Steve.
​—Hay un dios nórdico en casa, aguardando mi regreso— Fury la miró serio, pensando que no era momento para otra broma suya.
​—¿Qué opinas Wilson? Busco hombres con tus habilidades.
​—Soy más un soldado que un espía.
​—De acuerdo, Malenalie estará entretenida un buen tiempo. Si preguntan por mí, que vengan a buscarme justo aquí— dijo estrechando la mano de los hombres, ella lo abrazó con delicadeza, aún no se acostumbraba al yeso.
​—Es un honor, nunca estuvo más cerca de decir "gracias"— escucharon la voz de la rusa. Los tres se giraron a andar hacia ella.
​—¿No irás con él?— inquirió Rogers.
​—No.
​—Y no te quedarás.
​—No.
​—¿Me vas a llevar?— dudó Malie.
​—Tampoco— le sonrió su amiga—. Expuse mi identidad, tengo que buscar otra.
​—Tal vez tardes un rato.
​—Espero que sí. Tengo lo que pediste. Cobré algunos favores— dijo extendiendo un folder—. ¿Me harías un favor? Busca a la enfermera.
​—Te dije que no lo es.
​—Y tú no eres agente de S.H.I.E.L.D.
​—¿Y cuál es su nombre?
​—Sharon— dijeron ambas mujeres a la par. Rogers vio a Malie, varias ideas cruzaron por su mente.
​—Es linda— dijo Nat, le dio un beso en la mejilla, la pelinegra se acercó a despedirse—. Ten cuidado, Steve, tal vez no se bueno lo que encuentres.
​—Mira que guapo— dijo Malie abriendo el folder.
​—¿Irás tras él, no?— inquirió Falcon al pararse junto al súper soldado.
​—No tienen que acompañarme.
​—Lo sé— dijo Falcon.
​—¿Y perderme de nuevo la acción?— sonrió ella.
​—¿Iniciamos cuándo?— preguntó Falcon.

Hero's Sacrifice #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora