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Pepper quiso esperar para decirle que Tony estaba en el espacio. Quería verla repuesta, que recuperara color, pero sus ojeras se pronunciaban poco a poco. Terminó por confesarlo luego de llamarlo tras una pesadilla. No la dejaban volver a la base, Pepper y Thor se mantenían a su lado en todo momento. Tampoco quería probar bocado. Solo se levantó y salió de la casa con el coche. Volvió con una pequeña planta y una pala. Fue al patio trasero a cavar un agujero, metió una caja verde y con sus propias manos echó la tierra antes de poner la plantita.

El dios y su cuñada se turnaban para cocinar comida que la pelinegra no probaba. Cuando al dios le tocaba velar su sueño, se permitía abrazar una foto donde aparecían los tres. Veces Thor la abrazaba, fueron derrotados y lo perdieron todo el mismo día. Pepper la obligaba a comer nieve para que no perdiera la costumbre y ni eso daba resultado. A la pelinegra le dolió sentarse la primera semana. En su mente solo se mantenía la promesa a su hija, la cual rompió por irse de misión, luego la que le hizo Loki sobre casarse.

Ahora las promesas se las llevaba el viento, porque no quedaba nadie que pudiera cumplirlas. Se lamentaba no haber volado para estar al lado de su pequeña, discutieron en el último momento. Con Loki era distinto, se amaban, una prueba de ello eran sus dos hijos, el dios estaba dispuesto a dejar el trono y su vida por crear una nueva a lado de ella. Veía el relicario cada que pensaba en el dios del engaño y las travesuras. Era como su anillo de compromiso, el recuerdo de su padrino y el de sus padres.

De haber ido a inflar globos como le prometió a Velma, en esos momentos disfrutaría de su vientre crecer, tal vez quedaría la incertidumbre de cuándo volvería su amado, pero tendría a su bebé con ella. No servía de nada lamentarse, no le traería a su familia de vuelta. Poco a poco se aferraba a su mejor amigo y su cuñada, ambos estaban devastados de diferentes formas, así que el ambiente pesado se mantenía en la mansión en todo momento.

La pelinegra recibió la visita de Nat y Steve, invitándola a volver a la base por un hallazgo que requería su supervisión, poco se comentaba pero ella y Tony eran los líderes originales. Pepper objetó en vano, tanto el dios como Madinaveitia partieron. Ella se quedó a preparar la comida. Los llevaron hasta la base en el jet. La pelinegra iba en ropa deportiva negra, al verla entrar, el resto del equipo creyó que activaría su traje de batalla, mas no fue así, avanzó a paso lento.

—¿Qué hay?

—Rastreamos a Fury hasta su última ubicación, solo encontramos el auto y esto, nada importante fuera de ello.

—¿Y Hill no iba con él?

—Parece que tampoco yacía en la zona.

—Informe de la situación.

—Tenemos el conteo de desaparecidos a nivel global.

—No creo que sea suficiente, no podemos ayudarlos a todos.

—Esto es una pesadilla— dijo Steve.

—He tenido mejores pesadillas— dijo Nat.

—Oigan— llamó Rhodes—. Esa cosa ya terminó de hacer lo que fuera que estuviera haciendo.

—¿Qué pasó?— inquirió Romanoff.

—La señal que estaba enviado al fin se apagó— dijo Banner.

—¿No modificamos la batería?— preguntó Rogers.

—Así es, cada día está conectado, no hay nada— dijo Rhodes.

—No mandó una señal a la nada, debe haber algo más— espetó Malie con frustración.

—Envía la señal otra vez— dijo Steve.

—No sabemos ni siquiera qué es— dijo Banner.

—Es importante— dijo Malie.

—Fury sí— dijo Nat—. Por favor hazlo. Avísame cuando encuentres una señal, quiero saber quién está del otro lado.

—¿Dónde está Fury?— inquirió una rubia de cara dura con traje azul, dorado y rojo, tomó por sorpresa al equipo.

—¿Quién eres y quién te dejó entrar?

—No han contestado mi pregunta.

—¿De dónde conoces a Fury?

—Malie, yo me encargo— dijo Steve al tomarla del hombro.

—No, gracias, estoy bien— dijo quitándolo.

—Mi nombre es Carol Danvers, le di ese comunicador a Fury en el 95 para que me llamara si necesitaba ayuda con una amenaza mayor.

—¿Por qué no llegaste antes?

—Estaba en el espacio...

—No, me refiero a por qué no te llamó antes: ya hubo dos invasiones alienígenas, el parásito creció en la agencia de inteligencia más importante del mundo; no sé, hay mucho qué pensar.

—No fue mi culpa.

—Te pudo reclutar antes. Lo siento, niña, no sabemos dónde está, se esfumó, literalmente.

—El chasquido se lo llevó.

—¡Malie!— gritaba Pepper conforme corría en su dirección.

—¿Qué tienes? ¿Qué haces aquí?— bajó la guardia y sostuvo a su cuñada.

—Me mandó un mensaje.

—Ya que vienes del espacio— giróMalie a la recién llegada—. Sirve de algo y busca a mi hermano, este es el mensajepara que rastrees las coordenadas.

Hero's Sacrifice #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora