La hija del presidente

Extra final

-¡Alex Metaxas!–mi grito se escucha por toda la casa.

Escucho pasos corriendo por el pasillo, me dirijo a nuestra habitación en busca de ese embustero, abro la puerta encontrándolo con una sonrisa inocente y detrás de él los trillizos.

-¿Que pasó mi hada?–su voz sale nerviosa.

-Te dije que ese pastel era para el cumpleaños de los pequeños y lo dejaste caer–digo cruzándome de brazos.

-Mami, no todo fue culpa de papi–la pequeña Gea sale detrás de su padre.

-Si mami, solo teníamos curiosidad–Selene y Eros la siguen haciendo un puchero.

-Exacto mi amor. Solo teníamos curiosidad. Además, podemos ordenar uno igual–Alex se encoge de hombros.

-Ese pastel lo hice yo ¿es que acaso no vale mi esfuerzo?–mis ojos se cristalizan y ahogo un sollozo.

Los trillizos se miran confundidos y Alex frunce el ceño. Pongo mis ojos en blanco de la rabia y me encamino al baño.

-Niños, vayan a jugar al jardín–escucho que ordena a los pequeños. Segundo después la puerta se abre.–Lo siento, solo quería ver feliz a nuestros hijos.

Asiento con lágrimas en mi rostro, levanto mi cabeza perdiéndome en sus ojos, sonrío cuando veo su cara de culpabilidad. Ya han pasado seis años desde nuestra boda y cuando le confesé que estaba embarazada, lo que no me esperaba es que no había uno, sino tres bebes. Se desmayó al escuchar la noticia y a mi casi me da un infarto.

-Amor...

-¿Si?–me mira con ternura y besa mi mano.

-Habrá que ir decorando otra habitación–me dirijo a lavar mi cara.

-¿A que te ref...?–abre su boca sorprendido.

-¿Crees que será niño o niña?–pongo mis manos en su mejilla. Aún está en shock y temo a que se desmaye–¿amor?

Asiente con una sonrisa en su rostro, me toma en brazos y da vuelta provocando que ría, beso sus labios con cariño y acaricio su pelo.

-¡Si!–grita carcajeándose.

-¿¡Que pasó?!-el grito de los mellizos nos hace detenernos.

Miro a Alex esperando que de la notica y asiente con emoción, tomamos a nuestros hijos de las manos y nos dirigimos al salón de estar, observo cómo cada uno toma asiento alrededor de su padre y no puedo evitar mirarlos con adoración. Son idénticos a Alex, excepto que sacaron mi color de pelo y mis ojos.

-¿Quisieran tener un hermanito o hermanita?–pregunta mirándolos con ternura.

-No gracias, ya es suficiente con nosotros–Eros contesta dejándonos boquiabiertos.

-Yo si quiero una hermanita–las niñas dicen al unísono.

-¡No! Ya no soportaría otra criatura como ustedes–protesta nuestro hijo.

-Eros, así no se habla ¡eh!–lo regaño–¡bien! Estoy esperando un bebé.

Las niñas se levantar gritando con emoción y el pequeño Eros abre sus ojos sorprendido. A pesar de solo tener cinco años es un genio y entiende todo a la perfección. Alex me mira con un brillo especial en los ojos y murmura un te amo. Me acerco a ellos y los abrazo.

-Solo espero que sea chico–río por la travesura de mi hijo.

Días después.

Camino hasta el grupo de personas que están en el jardín, hoy es el cumpleaños número seis de los trillizos y unas ganas de llorar se apoderan de mi. Las aguanto y abrazo a mis pequeños que vienen corriendo a mi.

-Te amamos mami–me llenan de beso toda la cara.

-Los amo mucho más–beso las mejillas de cada uno.

-¿Para mi no hay?–Alex se nos une. Los pequeños lo abrazan con fuerza ocasionando que ría.

Toda la atención de las personas de centran en ellos, mis ojos conectan con los de mi madre. Sonríe orgullosa, desde la muerte de mi padre la he notado más tranquila, encontró el amor un año después y se casó con un gran hombre. Me enteré que Scarlett era mi medio hermana por parte de mi padre, lamentablemente ahora está en un psiquiatra por su comportamiento suicida.

Poppy y Lucas se casaron y ahora tienen una hermosa niña de tres años, es una ternurita. Veo como se acercan  a los pequeños haciéndoles cosquillas mientras Alex me toma por la cintura.

-Gracias por hacerme el hombre más feliz del mundo–besa mi frente.

-Es un honor, Señor Metaxas.–beso sus labios-te amo.

-Te amo, mi hada.