Siento una descarga eléctrica por todo mi cuerpo. La puerta de la azotea se abre sobresaltándonos, me despego de Alex de inmediato y desvío la mirada a los grandes edificios llenos de cristales. Entran un grupo de personas y se paralizan al vernos. Bajo mi mirada avergonzada y sonrojándome. Miro a Alex de reojo y se marcha dando un portazo, me estremezco por el ruido, todos en la azotea se quedan mudo y desvían la mirada hacia mí. Camino hasta la puerta en grandes zancadas y entro al ascensor.-¡Dios! ¿Que acaba de suceder?–suspiro agitada. Me recargo del gran cristal y trato de calmar mi corazón-ca-casi beso al vicepresidente.
El ascensor se detiene y me mareo un poco. Salgo del edificio a grandes zancadas, los guardias me llaman pero no les presto atención y corro sin rumbo alguno. Necesito despejar mi mente y ya se donde lo haré. Le hago seña a un taxi haciéndolo detenerse. El hombre me mira sorprendido y de baja rápidamente haciendo una reverencia.
-S-señorita Williams–jadea sorprendido.
Le regalo una sonrisa y me siento en la parte trasero del auto. Acomodo mi mochila y hago un movimiento de cabeza para que se siente y arranque el auto, el hombre lo hace con torpeza y lo pone en marcha.
-Hola–hablo ladeando mi cabeza-disculpa por no saludarte correctamente. Pero tenía prisa.
El taxista me miro por el retrovisor y pone sus ojos en órbita.
-¡Oh no su majestad! No tiene porque disculparse. Estoy para servirle–habla muy rápido.
Frunzo el ceño confundida ¿acaso me dijo su majestad? Me recuesto del asiento y saco la nutella con galletas.
-¿De donde es?–pregunto llevándome una galleta con nutella a la boca.
Agarro otro tarro más pequeño y se lo paso al hombre. Él niega pero se lo dejo en el copiloto.
-S-soy de in-Inglaterra su majestad–tartamudea.
-Bueno... ¿y como te llamas?
-Me llamo Wane.
-mucho gusto Wane–extiendo mi mano y el la acepta aún asombrado.
Después de un rato hablado con Wane llego a mi destino, le pago y dejo propina mientras me desmonto y me despido alzando las manos. Camino hasta la playa, quito mis zapatos y los guardo en mi mochila. Camino cerca del agua y mojo mis pies.
-Johny Jonhy ¿yes papá? Eating sugar?
No pa...–canto contando cada pisada.Siento que alguien me agarra por la espalda haciendo que tire mi mochila y salga corriendo. Corro pero la arena me dificulta. No se en cuál momento entré al mar, pero nado lo más que puedo, cuando no puedo respirar tomo un descanso y miro a mi alrededor ¿que acaba de suceder? Escucho gritos llamándome y personas yendo hacia mi. Siento como la sangre se me sube hasta las mejillas.
-¡Señorita Williams! ¿Está bien?–mis guardas espaldas se acercan a mi alzándome hasta llegar a tierra.
¿Por que me tiene que pasar esto a mi? ¡Qué vergüenza! Asiento con la cabeza agachada. Ellos me extienden unas toallas y me arropo enseguida. Hace mucho frío. Busco la mochila entre la arena y la sostengo entre mis manos avergonzada. Soy tan paranoica, tengo que dejar de ver mil maneras de morir.
-¿Que hacen aquí?–pregunto frunciendo el ceño.
-La vimos montarse en aquel taxi y la seguimos–me sujetan de los brazos y prácticamente me arrastran hasta la camioneta.
-¡Hey! SUÉLTENME!–me remuevo con fuerza y caigo de trasero en la arena.-AUCH, ESO DOLIÓ
Me pongo de pie enojada y subo hasta la camioneta poniéndome cómoda, busco mi celular y hay cientos de llamadas perdidas de mi padre, Poppy, Lucas, ¿Sebastián?, ¡joder! ¡Hay una de Alex! Tiro mi celular y pongo mis manos entre mi cara. Él me llamó, Alex Metaxas me llamó, ¡a mi! Espera... ¿cómo supo mi teléfono? Lo cojo de nuevo y pienso en devolverle la llamada, pero no lo hago. Entro a YouTube y busco todas las canciones de Ed Sheeran, me pongo los auriculares y cierro mis ojos dejándome llevar por la voz angelical de aquel pelirrojo.
Siento que alguien me toma entres sus brazos y me pego a su cuerpo buscando calor. Camina hasta no se donde pero se siente cómodo y caliente. Recuesto mi cabeza en su cuello y respiro su magnífico olor varonil ¿varonil? !Que rayos! Abro mis ojos espantada, pongo mis manos en su pecho y alzo mi mirada encontrándome con unos ojos azules brillosos. Pero no me están mirando a mi.
Búsquenme el anillo que me caso. Este hombre es perfecto. Bostezo por el sueño y cierro mis ojos recostando mi cabeza con la suya. Dejándome llevar por el exquisito olor de Alex Metaxas.
-¿Está bien?–escucho la voz de mi padre. Ahora sí estoy en grandes problemas.
-Si, solo creo que se resfriará–Alex murmura pegándome más a él.
-¡que vulgar! dásela a unos de los guardias para que la lleve a su aposento.–chilla mi "hermana".
-No te preocupes, yo la llevaré. ¿Donde queda su habitación?–¡Yes! Alex susurra cerca de mi cara. ¿Me está observando? Cierro más mis ojos e intento calmar este loco corazón ¿por qué se pone así cuando estoy cerca de él?
-Está en el tercer piso mano derecha en el segundo pasillo–escucho a Poppy hablar tratando de ocultar una carcajada ¿y está que hace aquí?
-Gracias–susurra y lo siento moverse con tranquilidad.
Esto es el paraíso. Dios perdóname por hacer que el pobre camine y más con lo pesada que soy, pero es que estoy muy cómoda. Él se detiene y se que llegamos al ascensor de la mansión. Suspira y se pega más a mi. Siento su respiración en mi labio, se acerca más dejando un pequeño beso en mi frente. Me muero.
-Eres hermosa, pequeña.–susurra con suavidad. Morí.
Quiero sonreír pero se que él me está observando. Para actriz de Hollywood búsquenme. El ascensor se detiene y comienza su rumbo hasta mi habitación. Siento que se detiene y suspira desesperado.
-Lo siento por no poder llevarla hasta su cama, pero tienes la tarjeta para abrir tu habitación–¿acaso esta hablando solo?-¿Sophia por cuando tiempo seguirás haciéndote la dormida?
¡QUE! Abro mis ojos en órbita y me separo de inmediato de su cuerpo golpeándome en la cabeza con la puerta de mi habitación.
!MAS IDIOTA NO PUEDO SER!
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La hija del presidente
RomanceTodos estos años tratando de pasar desapercibida bajo la sombra de mi hermana. Construyendo una pared entre la realidad y yo. Entonces llegó él, con su traje Gucci y reloj Rolex a derrumbar todos esos obstáculos que la vida me ponía y sobre todo...