Cierro mis ojos y y sonrío respirando aire fresco, el sol está a su máximo esplendor dándole un aspecto celeste al mar. Me deshago de mis vans y el vestido antes de saltar del muelle, gimo al sentir el agua fría tocar mi piel, es la mejor sensación junto al calor que me regala el sol.
-No pierdes el tiempo–la voz de Alex me saca de mis pensamientos.
-El agua está deliciosa, deberías entrar.–propongo señalando a mí alrededor.
-¿Que me darás a cambio?–pregunta quitándose los zapatos.
-Hmm... quizás una cena, tú y yo... solos–ladeo mi cabeza y sonrío coqueta.
-Y luego me bailaras como solo tú sabes hacerlo ¿trato?–se termina de quitar los pantalones, muerdo mi labio inferior al ver su trabajado abdomen.
-Me suena bien– cierro los ojos al sentir como el agua salpica por el por Alex. Siento unas manos en mi cintura y algo roza mi trasero.–Pervertido.
Suelta una carcajada limpia y besa mi cuello, cierro los ojos y ladeo mi cabeza a un lado dándole más acceso. Su mano se dirige a mi centro y abro la boca soltando un gemido. No me resisto y busco con mi mano su miembro, lo acaricio de arriba hasta abajo.
-Y el pervertido soy yo–jadea.
-Si, si lo eres– gimo al sentir como adentro dos dedos.–no podemos hacerlo aquí.
-¿Acaso ves un letrero decir "no tener sexo en esta área"? Todo esto es mio y nadie nos verá –me gira y veo sus ojos lleno de deseo. Con su mano libre me jala por el cuello y choca su labios con los míos. El beso es feroz y hambriento.
-Alex... más–suplico mordiendo su labio. Aumenta el ritmo en mi centro y cuando siento que voy a llegar al climax se detiene. Oh oh.
-No podemos hacerlo aquí.–sonríe travieso y se aleja de mi. Observo cómo sale del agua de una manera elegante.
Abro mis labios incredula y siento ira crecer dentro de mi. Oh señor Metaxas, no sabe lo que acaba de hacer. A lo lejos veo como se acuesta en la camilla de playa y se pone unos lentes de sol. Retiro mi ropa interior y salgo del agua moviendo sensualmente mis caderas mirando directamente a Alex, paso mis manos desde mi cuello hasta rozar mis senos, tomo asiento delante de él y abro mis piernas, se retira los lentes y su mirada se dirige inmediatamente a mí centro. Sé que me desea, lo sé por su respiración alterada y su mirada llena de deseo.
Sonrío con malicia y paso una mano por mis senos y otra por mi centro. Gimo al sentir el tacto, relamo mis labios y los entreabro. No sé que mierda estoy haciendo pero me gusta ver cómo Alex me observa, se acerca mi peligrosamente a mi pero detengo mis movimientos, cierro mis piernas, me pongo de pie y rápidamente me pongo mi vestido y mis vans.
-¿Ya podemos irnos? Tengo muchas cosas que hacer–digo con inocencia mirando mi telefono.
–¿Disculpa?–su voz suena ronca. Está enojado. Sonrío a mis adentro.
-Que si podemos irn...
Sus labios toman los míos con posesión, pasó mis manos por su pecho hasta su cabeza, jalo su pelo y gime de placer. Masoquista. Lo empujo a la camilla y me subo encima de él, meneo mis caderas y siento directamente su erección gracias a que no tengo ropa interior. Baja su bóxer, me alzo un poco y bajo lentamente sintiéndolo dentro de mi.
-Hmmm...–gime mordiéndose el labio.
Doy pequeño saltos y jadeo. Sus manos aprietan mi trasero con fuerza, eso dejará un hematoma. Busca desesperadamente mi boca, araño su espalda y adentro mi lengua a su boca.
-¡Alex.... si!–gimo cuando el ritmo va aumentando. Muevo en círculo mis caderas y sus ojos no se despegan de los míos. ¡Santo Dios! este hombre está bueno, muy bueno.
Echo mi cabeza hacia atrás aumentada cada vez más el ritmo, se vuelve torpe y descontrolado, sus manos manosean todo mi cuerpo, su boca chupa con fuerza mi pezón y se dirige al otro. Siento que me correré en cualquier momento y sé que él también lo hará, con desesperación muerdo su hombro y gimo al sentir como llegamos al orgasmo juntos.
-I Feel Like I'm Drowning–susurra besándome el hombro. Levanto mi cabeza confundida.
-¿Que dijiste?–frunzo el ceño.
-Quiero que me bailes esa canción–sonríe de lado.
-¿En serio? ¿mientras teníamos sexo estabas pensando en cuál canción podría bailarte?– jadeo al salir de él, me pongo de pie y trato de acomodar el vestido.
-Te estaba imaginando bailar. Eres una diosa–toma mi culo en sus manos y lo estruja.
-Quien iba a imaginar que el vicepresidente de América iba a ser un pervertido controlador.–bromeo caminando al deportivo que nos espera.
-Quién iba a imaginar que la dulce Sophia Williams me iba a salir toda una fierecilla.–dice abriéndome la puerta del copiloto.
Tomo siento mandándole una mirada, unos segundos después está encendiendo el auto. Cierro los ojos unos segundos, un apretón en mí muslo me hace abrirlos. Frunzo el ceño al ver que estamos frente a mí casa. Oh carajo, mi padre está frente a nosotros y nos asesina con la mirada, observo a Alex de reojo y salgo corriendo del auto. Me acerco a mi padre y antes de decir una palabra me abofetea, caigo al suelo por el impacto, mis manos arden y empiezan a sangrar por las pequeñas piedras que se han clavo en estas. Mi ojos se empañan de lagrimas, suelto un jadeo de sorpresa al ver cómo mi padre cae al piso golpeado.
Su labio inferior sangra, levanto mi cabeza para ver a un Alex con los ojos inyectados en sangre y sus nudillos rojos por apretar tan fuerte sus manos. Los guardias de mi padre lo sujetan y lo alejan del presiente, me pongo de pie y veo a mi alrededor, mi madre está a un lado ayudando a mi padre junto a los otros guardias, mi hermana me sonríe malévola. ¿Qué demonios pasó?
Alex le dice algo a los guardias y lo sueltan, se dirige a mí en grandes zancadas, me toca de la mano y me quedo por el ardor, este se da cuenta y maldice en susurros, me dejo llevar hasta adentrarme al coche. Estoy en shock, observo a través del cristal como mi padre pasa unas palabras con Alex antes de que este le propine otro golpe está vez en el estómago y camine de nuevo al coche, sollozo al ver cómo se estruja del dolor, mi hermana y mi madre lo miran sorprendidas y no entiendo porque los guardias no hacen nada.
Trato de salir del coche pero tiene seguro de niño, maldigo al ver cómo toma asiento a mi lado, me mira de reojo y arranca el auto. Tomo una bocanada de aire y trato de que mis lágrimas se detengan. Escucho los latidos de mi corazón y como mi respiración está demasiado agitada, necesito mi inhalador, no puedo respirar correctamente. Demonios.
-A... Alex–mi voz apenas sale. Esto es una pesadilla.
–¿Que pasa? ¡Mierda Sophia! ¿que te pasa?–detiene el auto alarmado.
-Inh... inhalador, ne... necesito–mis ojos se cierran por la falta de aire. Siento unas tomar mi cara con desespero.
-No no no, Despierta, por favor Sophia–es lo ultimo que escucho al caer en un profundo sueño.
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La hija del presidente
RomansaTodos estos años tratando de pasar desapercibida bajo la sombra de mi hermana. Construyendo una pared entre la realidad y yo. Entonces llegó él, con su traje Gucci y reloj Rolex a derrumbar todos esos obstáculos que la vida me ponía y sobre todo...