Llego a la universidad apurada, siento como corren pequeñas gotas de sudor sobre mi cuello. Apuro mi paso hacia el salón. Respiro y alzo mi mano para tocar la puerta. Él maestro Marshall me matará, he llegado diez minutos tarde. La puerta se abre causando un respingo en mi.
-Señorita Williams, ha llegado tarde.–regaña alzando una de sus depiladas cejas.
–Lo se señor Marshall, me ha surgido un problema. Lo siento–susurro bajando la cabeza.
-Que sea la última y primera vez, señorita Williams.–se hace a un lado para dejarme pasar.
Entro al aula sintiendo vergüenza al ver como mis compañeros me observan. Tomo asiento al lado de Poppy la cual está muy sorprendida. La clase de matemática empieza de una manera tan aburrida, como siempre.
***
-No puedo creer que Sophia Williams ha llegado tarde por primera vez en toda su vida a clases–masculla Poppy comiendo chocolates.
Pongo mis ojos en blancos mientras camino por el pasillo. Se que estoy algo obsesionada con el estudio pero no es para tanto. Miro de reojo como Poppy casi se atraganta con el Hershey blanco. ¿Acaso no piensa darme? Detengo mi lado en seco y me acerco a ella frunciendo el ceño.
-Dame–arrebato su chocolate sin previo aviso causando un gruñido de parte de mi mejor amiga.
Poppy me mira incrédula e intenta quitarme el odioso chocolate, arrugo mi cara y se lo devuelvo.
-Por cierto, ¿por qué llegaste tarde?–se gira hacia mi enarcando una ceja.
Siento mis mejillas sonrojándose al recordar cómo Alex y yo casi nos besamos.
-Por na-nada–sonrío inocente y apresuro el paso. Siento la mano de Poppy en mi antebrazo impidiendo que de un paso más.
-¡Oh no señorita, cuéntame qué sucedió... ¡mierda! Estabas con el señor Metaxas ¿cierto?–grita abriendo sus ojos de par en par.
Me arrojo hacia ella callándole la boca con mi mano mientras la arrastro al salón más cercano.
-¡Cállate!–susurro evitando su mirada–bueno... si, si estuve con Alex. Fuimos a desayunar juntos.
Se hace un silencio muy amortiguador, Poppy tiene la sonrisa más grande que he visto. Me sorprende dando pequeños saltos alrededor de mi. Enarco una ceja viéndola confundida ¿y esta de que se alegra?
-¡Si! ¡Sabía que había algo entre ustedes dos!–chilla emocionada.
Pongo mis ojos en blanco y niego con la cabeza.
-Poppy te estás equivocando, solo fuimos a comer-trato de explicar.
-¡Que equivale a una cita! Sophi ese hombre está buenísimo. Admítelo.
Sonrío abriendo la puerta y saliendo del salón apurada. Solo me quedan dos materias y mi día por fin termina. Se que en algún momento tendré que contarle todo lo sucedido con Alex.
***
-Entonces lo tire a la piscina y...¿Sophia me estás escuchando?–escuchó un bufido a mi lado.
ESTÁS LEYENDO
La hija del presidente
RomanceTodos estos años tratando de pasar desapercibida bajo la sombra de mi hermana. Construyendo una pared entre la realidad y yo. Entonces llegó él, con su traje Gucci y reloj Rolex a derrumbar todos esos obstáculos que la vida me ponía y sobre todo...