— Daos prisa en hablar que no tenemos todo el día, hoy es el último que pasamos en la capital, después solo vendrán conmigo los que han contado algo, el resto se quedaran aquí, porque si los encuentro siguiéndonos lo próximo que encontraran serán sus gargantas cortadas. Bueno, ¿quién de los tres quiere? ¿Serás tú, Karn, o tú Ploit? Incluso puede que lo cuente Atnar.
"Yo soy muy distinto a ti, Noctis, pero la vida me ha puesto en el mismo camino que te reservó a ti. Soy un asesino, nacido en una villa de los bosquejos, era todo normal hasta que decidí ir a la capital, según entré escuché a los guardias hablar de un asesino que estaba hecho de sombras que mataba a cualquier objetivo por el que se pagara. No sé por qué, pero me llamó la atención, al volver a mi pueblo disimulaba que no pasaba nada, pero todas las noches me escapaba para intentar sobrevivir a una noche en la intemperie con todas las criaturas rondando. Pasaron dos meses, mi comportamiento se volvió esquivo, temeroso y desconfiado, mis amigos y familia no me reconocían y aún no entendían en que me había convertido. Decidí marcharme, nadie me comprendía, me miraban asustados o con pena en el rostro, ninguna que pudiera soportar. Volví a la Ciudadela, llegué a uno de los bares de mala muerte para obtener mi primer contrato, y allí te vi, eras una sombra invisible a la vista de todos, sentado en la barra tomando una copa sin que nadie te molestara, cuando mi contacto vino a informarme de mi contrato y me vio mirándote fijamente me sugirió que dejara de hacerlo si no quería problemas, que no molestara a las Tinieblas, otro de tus nombres, por cierto. Mi primer contrato era para matar y saquear a una familia del quinto círculo, pero las condiciones no estaban de mi parte y me capturaron, lo distinto en mí es que conseguía escaparme todas las veces, hasta tal punto en el que consideraban un escapista. Pero un día se acabó mi suerte, vinieron con un mago mientras llevaba a cabo otro de mis trabajos y entonces no pude escapar, aunque conseguí terminar mi trabajo y matar a otros pocos guardias. Entonces me encerraron en una de las celdas, con otros dos compañeros." – Contó Karn
— ¿Tú eras el chico raro? Sabía que alguien me observaba y me extrañaba porque la mayoría o me evitaba o no se daba cuenta de que existía, menos el camarero, que me veía para ponerme las copas y para cobrarme. En fin, ¿quién quiere seguir?
"Yo era de otro de los pueblos de los bosquejos, pero yo era del norte, todos los aquí presentes, excepto la dama, sabemos cómo son los pueblos del norte, tozudos, cerrados y peor que la inquisición del año de la Purga, yo era distinto, tenía ansia de descubrir cosas nuevas, de ver algo más que lo poco que teníamos, y así crecí. Mi familia me escondía, el pueblo me repudiaba, cuando cumplí los dieciséis me echaron, y me mudé a uno de los pueblos medios, me trataban como a un alquimista. En parte lo era, pero no hasta tal punto, desarrollé teorías, diversos productos que podían alargar vidas o acabar con ellas al instante. Era capaz de utilizar todo lo que se me ofreciera para diversos fines, me consideraban como a un Dios todopoderoso. Y entonces llegó la poderosa y renovada Inquisición, al encontrarme me quisieron ejecutar, el líder de aquella guardia me consideraba importante y me mandaron a la capital, donde podría redimirme si cooperaba con el núcleo oscuro y corrupto de la nobleza. Por supuesto me negué, entonces me encerraron y me conservaban con la esperanza que tras un tiempo cambiara de opinión, y así ha pasado el tiempo, cada fin de semana de mi encierro venía un guardia preguntando si había cambiado de opinión, y la respuesta siempre era la misma, no." – Ahora era Ploit quién terminaba de relatar.
— Entonces somos dos asesinos, un druida, una maga, un alquimista y uno que aún no ha dicho nada, ¿me equivoco? De puta madre, podríamos terminar con la Ciudadela en un momento, lo único que necesitábamos era una distracción y unas cuantas manos. Estamos en una revuelta, podríamos coronarnos en dos días –dejé escapar –. Pero ese no es el plan, nuestro único objetivo ahora es conseguir salir de aquí de una puta vez y buscar algún dónde escondernos. Pero bueno, hemos hablado todos menos Atnar.
ESTÁS LEYENDO
Historias de un Origen: Las Crónicas del Caos - Noctis
FantasyExistimos en un mundo oscuro y corrupto cuyo veneno se ha ido esparciendo por las distintas poblaciones humanas dispersas por el mundo, haciendo de los más virtuosos seres crueles e impuros. Los dioses nos han abandonado, a los inmortales nunca les...