|10| DAMIÁN WAYNE

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Gotham es la ciudad de ensueño de Hades y Nico, Percy llego a esa conclusión después de caminar varias cuadras en ese lugar, todo era fúnebre y oscuro, incluso las personas, parecía una réplica moderna (Con edificios, personas y animales) del inframundo.

En definitiva, si le dijeran quien fundo Gotham Percy no dudaría en responder que fue Hades y posiblemente Perséfone no dijo nada sobre la ciudad que su esposo construyo porque no había plantas, por ningún lado, si, si Nico hubiera ido con ella, Gotham sería el lugar que el escogería como permanente, ¡Incluso había niebla! Lo que lo hacía aún más fúnebre.

Cuando llego a un Parque casi salta de alegría, no sabía cuánto camino, porque otra cosa de esa maldita ciudad era un laberinto, no solo habían construido la ciudad para parecer en cada esquina como una escena de una mala película de terror, sino que se dijeron a ellos mismos ¿Cómo hacerla más aterradora? ¡Ah! Si, buen plan, hagamos un laberinto, y ahí estaba ella, en una ciudad construida por Dédalo y Hades.

Suspirando Percy soltó la correa de la señorita O'Leary para que pudiera disfrutar un poco del parque, ya se imagina a Grover quejándose de la contaminación y como era un insulto que solo hubiera un parque en una ciudad tan grande.

Regreso al presente al escuchar los ladridos de un perro, parpadeo unos segundos antes de sonreír, un perro del mismo tipo de "Raza" que la señorita O'Leary estaba corriendo junto a ella, parecía que ambos se habían conocido en algún punto cuando Percy estaba en su mente y habían decidido jugar.

Percy se alegraba por ella que encontrara a un compañero de juego, aunque la señorita O'Leary era muy amigable con todos en general, usualmente los animales se alejaban de la señorita O'Leary como si fuera un animal super peligroso (Aunque lo era), pero Percy quería pensar que posiblemente lo hacían por el aura de muerte que vota (Al igual que Nico), le alegraba que un perro decidiera jugar con ella.

(...)

Damián estaba orgulloso de decir que no sucumbía fácilmente a la desesperación en situaciones estresantes, en definitivamente sabia trabajar bajo presión, tomando decisiones con la cabeza fría y con menores riesgos dependiendo lo que sucediera.

Pero en esos momentos, se encontraba en un estado histérico, porque hacia no menos de unos segundos su perro, su adorado perro estaba al lado de él, se distrajo no menos de unos segundos y el desapareció, ahora, Damián sabía que sus sentidos eran los mejores, después de todo fue criado para ser un asesino, por ende, tenía inteligencia superior, era astuto, ágil y con unos sentidos admirables, por lo que descarto que su perro fuera secuestrado.

Ahora bien, se culpaba por distraerse y soltar la correa de Titus para comprar comida para su hermosa mascota, pero, era la primera vez que sucedía, Titus nunca se había alejado de él, estaba entrenado incluso para asesinar si él decía la palabra, por lo que Damián no sabía que había pasado exactamente.

Por eso en esos buscaba donde fuera a su perro, llamando su nombre, incluso yendo por los tejados para tener mejor vista, era la primera vez que lo perdía, la primera vez que sentía la desesperación por no encontrar algo, por ende, no actuaba de forma tan fría y calculadora como le gustaría a Damián.

— ¡Titus! —grito Damián observando a todos lados— Sal amigo, te comprare un regalo, te daré toda la carne que quieras... no te regañare si destrozas alguna de mis zapatos.

Cuando los minutos se convirtieron en horas, el miedo de Damián se enfrió dejando paso a la ira calculadora por la cual era conocido, la irritación que sentía no era poca, por el contrario, estaba enojado con todos, estaba enojado con él mismo por distraerse, con su padre porque si no lo hubiera dejado atrás, sino hubiera llamado a la mujer maravilla, no hubiera destrozado el gimnasio haciendo que Alfred lo sacara de la mansión y no estaría en un parque sucio buscando a su perro.

𝗟𝝠 𝗖𝝝𝗥𝝝𝗡𝝠 𝗗𝗘𝗟 𝗠𝝠𝗥 【𝐂𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐚】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora