|17| Atlantianos

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La vida con Diana y todo lo que significaba tener un mundo sin monstruos era aburrido, y muy sofocante, si no fuera por Damián y las veces que iba al parque posiblemente hubiera regresado a la isla.

Percy nunca enfrento tener a alguien que le preguntara de forma constante lo que hacía, lo que haría, o lo que hizo, su madre cuando ella cumplió 12 y comenzó a ir al campamento entendió muchas cosas, por ende, solo preguntaba cuando veía a Percy preocupada, su madre entendía que ella necesitaba su espacio.

Diana no.

Era un constante acoso hacia lo que hacía, ¿por qué lo hacía? incluso muchas veces preguntaba o sacaba cosas que hacían que Percy se sintiera incomoda, se sentía como estar hablando constantemente don Artemisa, se sentía como en el colegio cuando los profesores la mantenían en constante observación nada más por ser una "Chica problema"

Por eso estaba ahí, se sentía miserable, ¿Cuantas veces había soñado en regresar? ¿Cuántas veces no lloro o tenía ataques de depresión por no sentir el mar? Y ahora una vez más era una cobarde, primero escapa de la guerra contra Ares, después escapa de la Isla, ahora escapaba de Diana, y quiere escapar del mar.

Tenia miedo, miedo de volver a ser encerrada, miedo de no poder reaccionar al ver que definitivamente no quedaba nadie más que ella, que ya no estaba Nico, que no estaba su padre, que no iba a sentir la familiaridad en el mar, tenía miedo.

Era una cobarde, no una heroína.

¿Seguirían los Tritones ahí? ¿Aun creerían en su padre? ¿Tritón tendría una tumba? Solo sabia que ellos aun existían por lo que Diana le había contado, porque existía Aquaman, aunque según Diana se llaman atlantianos porque vivián en la Atlántida.

Mirando el basto mar, como las olas chocaban, como estaba a escasos centímetros del borde en el muelle, solo debía caminar a lo largo del camino y estaría bien, solo debía dar un paso y estaría más cerca de la verdad.

Con un nudo en el estómago, Percy respiro profundo antes de comenzar a dar pasos lentos y cortos por el muelle deseando que el camino no terminará, suspirando freno en todo el borde del muelle.

Con adrenalina en su sistema Percy se lanzo al mar, cuando su piel toco el agua salda del océano fue liberador, una presión que no sabia que cargaba se libero de forma rápida, sintió como un impulso salía de ella y el mar se ponía en paz unos minutos, era como se colocaba el mar antes de un tsunami, incluso ella sintió la calma y el caos que se había formado en esos segundos, por primera vez en muchos años, se sintió ligera simplemente flotando en el mar, comenzando a nadar con la ayuda del mar, se dejó llevar por las corrientes, algo dentro de ella decía era lo correcto.

Percy estaba melancólica, el mar se sentía grandioso como siempre, era hermoso y le daba paz, pero, no era el mar, no era su hogar, no era a lo que estaba acostumbrada, no era lo que recordaba, el más había cambiado.

Es como una memoria, cuando recuerdas un helado, recuerdas exactamente el sabor, pero al pasar el tiempo y vuelves a probar el helado, misma marca, mismo modelo este no es como recordabas, aun así, es lo mismo, solo que, diferente a tú recuerdo.

O incluso cuando ingresas a tu habitación y sientes que algo no esta bien y resulta que faltaba una cosa, ese era el sentimiento que tenía Percy, ella pensaba que posiblemente era por la falta de dioses, o porque tenía siglos sin tocar el mar.

Lo único que estaba segura era que el Mar era más caótico que lo que recordaba, siempre considero la frase "Al mar no le gusta que lo contengan" eso era un hecho y sin los dioses, posiblemente Océano y varios dioses más que luchaban constantemente por el control, ahora era libre, al ella regresar estaba volviendo a lo que era dándole aún más control.

Cuando fue consiente a donde se estaba acercando, Percy se detiene de forma abrupta antes de llegar completamente a Atlantis, no quería simplemente aparecer, debía averiguar antes de ingresar a ese lugar, no quería arruinar su vida tranquila y la de los atlantianos, decidió llamar a varios peses cerca de los corales en los que se ocultaban.

— Oh mis aletas, mi señora es un placer... Sentí su presencia, pero nunca pensé que lograría verla— Hablo un pez que Percy recordaba del personaje de Dory de la película buscando a Nemo.

— Hola señor Pez, por favor no le diga a nadie que me vio por aquí— El pez comenzó a moverse por todos lados emocionado mientras susurraba algunas cosas, cuando escucho lo que dijo Percy se quedó quieto.

— De mí no lo sabrán mi señora— Dice haciendo que Percy sonría.

— Gracias— El pez parecía ansioso y Percy también, no sabía cómo comenzar a preguntar— Podrías... Podrías contarme sobre Atlántida— dice algo apenada.

— POR SUPUESTO... ¡LE PUEDO DAR UN RECORRIDO SERÍA EL PEZ MAS FELIZ! Sera todo un honor— Percy lo detiene al pez abrazándolo antes que salga de entre los corales.

— No, espera, no, no quiero dar a conocer que estoy aquí, quiero saber cómo es, ¿Quién esta reinando? —El pez parecía menos alegre pero aun así le comenzó a explicar.

— Bien, antes era el rey Orm él era muy malo, decía que era su derecho de sangre, pero llego Arthur el nuevo rey él verdadero, es un hijo de la reina anterior con un humano, aunque el rey Arthur es mucho mejor que el rey Orm, pero es malo porque obliga a algunas criaturas a hacer cosas, las pobres comentan que es horrible estar bajo su control, pero nos trata mejor— Percy siente algo de ira.

¿Cómo se atreve a controlar a los peces? ¿Acaso no sabía que ellos también sentían? pero, aun así, si el pez dice que es mejor que el anterior, le creía, si veía que el pueblo de su hermano era maltratado lucharía por la corona, aunque no fuera lo de ella, protegería el legado de su familia protegería a todos por la memoria de su familia.

— Esta bien, muchas gracias, mi pequeño amigo— Dice dándole un beso arriba de la cabeza, el pez se va nadando feliz mientras Percy sigue en su tarea de revisar su había algunos Tritones cerca.

Nadando cerca de la ciudad, se dio cuenta que todos usaban ropa extraña o bueno, ella era la que usaba ropa extraña, intentando rebuscar en el mar rastro de Hécate, convocó un poco de niebla para poder pasar desapercibida, rápidamente su ropa cambió a unas parecidas a escamas en la camisa y unos muy pegados pantalones, parecían hechos del mismo material que los trajes de baño, comenzando a nadar viendo todo, estaba algo asombrada por el gran avance tecnológico que había, también por la arquitectura, Annabeth estaría tan feliz.

Percy se paseó un poco más por la ciudad antes de seguir su instinto, continuando con su camino siguió nadando y llego a unas ruinas, cuando se dio cuenta de que era soltó varios sollozos al ver los huesos.

¿Por qué las Moiras seguían lastimando su vida? intentando no mirar, siguió su instinto, debía seguir y ser fuerte, llego a donde su instinto la guiaba jadeo, era el trono de su padre, pero algo le decía que no era su padre, acercándose reconoció las dos colas, aunque no hubieran convivido mucho seguía siendo su hermano, Percy comenzó a llorar en los pies del trono donde yacen los huesos de su medio hermano Tritón.

(...)

Arthur estaba en una reunión con sus consejeros, a su lado estaba su reina y con ella su pequeño hijo, pero él pequeño estaba dormido, cuando de repente siente un impulso, se sentía más vivo, el agua más fresca, vio como las luces brillaron más, los peces comenzaron a nadar felices, por la ventana vio como todo se encendía.

— ¿Que está pasando? —Pregunto a sus consejeros, pero ellos parecían tan relajados en la magia que se sentía en el mar, tanto que no podían hablar, su hijo se veía más cómodo y parecía brillar, su reina parecía más joven.

¿Qué está pasando? Pregunto Arthur en su mente algo preocupado por el impulso.

𝗟𝝠 𝗖𝝝𝗥𝝝𝗡𝝠 𝗗𝗘𝗟 𝗠𝝠𝗥 【𝐂𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐚】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora