No es el final, sino el inicio...

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*Sonido de alarma*

-Mew despierta, tu alarma ha estado sonando.

- Mmm- se quejó mientras hacía un pequeño puchero demasiado tierno para alguien de su edad.

- Vamos Mew, no quieres que se te haga tarde.

Después de pasar un buen rato tratando de despertar a mí bello durmiente, por fin logré hacer que se levantará y tomara un baño. Al cabo de unos minutos Mew ya estaba completamente impecable listo para romper el corazón de cualquier persona que se le pasará por enfrente.

- ¿Desayunaras?

- No, pasaré comprando algo de camino a la oficina. No te preocupes por mí ni por mi tía. El chófer ya pronto debe de venir para recogerla, así que solo prepara tu desayuno. No hagas nada peligroso ¿De acuerdo? Y cuida a mi tía por mi hasta que se vaya.

Asentí y Mew se despidió de mi dándome un beso casto en la frente.

A excepción de la señora Maryoree, no hay nadie más en la casa y es que después de la cena de ayer. Ordené a todos los que trabajan en la casa y en mi cuidado que llegarán hasta la tarde. Por lo que por primera vez después de mucho tiempo tengo un tiempo a solas sin que nadie me vigile.

Caminé hacia la cocina y preparé un desayuno delicioso y suficiente como para dos personas.

- Existen muchas personas a las que se les llega por el estómago.

Me dirigí hacia la habitación de la señora Maryoree para invitarla a desayunar conmigo.

Toc, toc

-...

Toc, toc.

Aunque toque repetidamente la puerta de la habitación no hubo respuesta del otro lado.

-¿Estará todavía dormida?

*Estruendo*

Del otro lado de la puerta se acaba de oír como si alguien se hubiera caído llevándose con sigo algo en el camino. Por lo que dejé mis modales de lado y entré sin el permiso de la señora Maryoree.

- ¡Tía!

La señora Maryoree se encontraba tirada en el suelo junto al tocador de la habitación, y a sus pies un bote de pastillas había sido esparcido por todo el lugar.

Me acerqué rápidamente hacia la señora Maryoree y al acercarme me di cuenta que ella tenía la respiración agitada, con el rostro pálido y lleno de sudor.

- ¿Señora Maryoree cómo se siente?

Los ojos perdidos de la señora buscaron la procedencia de mi voz pero fue inútil. La señora en ese momento perdió la conciencia.

Ante esto, me apresuré a aflojarle cualquier cosa que estuviera dándole la sensación de estarse asfixiando.

No sabía porque se había desmayado por lo que a gatas me dirigí hacia el bote de pastillas que había dejado tirando en el suelo.

"Nitroglicerina"

-¡Mierda!

Las señora Maryoree estaba sufriendo un ataque cardíaco, me dirigí rápidamente hacia la señora, y comencé a darle RCP* comprobando cada tres veces el latido y respiración de la señora Maryoree.

- Por favor reaccione.

Hice una última vez el RCP y luego comprobé, aunque su respiración y latidos eran débiles. Suspiré de alivio al saber que el RCP había funcionado.

Felizmente ¿embarazado?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora