Felizmente ¿embarazado?

El corazón de mi bebé 7

Cuando por fin llegamos a mi apartamento, me fui directamente a mi recámara. Mild, Sammy y yo vivíamos en el mismo apartamento. Desde la preparatoria siempre fuimos muy unidos, por lo que al graduarnos de preparatoria decidimos vivir juntos.

Desde entonces hemos estado juntos, desde el mismo apartamento hasta el mismo trabajo en el mismo hospital. Aunque esto último solo fue suerte. 

Por eso sé que cuando Sammy sepa lo que sucedió, correrá de regreso a casa para consolarme.

El domingo llegó y aunque me desperté temprano en la mañana, ya son las 11 a.m y no me he levantado. Ni siquiera tengo fuerzas para levantarme por las náuseas matutinas. Creo que hasta el bebé no se siente con energía.

Toc, toc!

- Gulf debes comer algo, recuerda que ahora son dos bocas.- Ordenó Mild con un tono ligeramente preocupado.

- ¡¿Estúpido Mild crees que puedo olvidar que estoy embarazado?! -Espeté, mientras me cubría con la manta de pies a cabeza. Mild no habló. Supongo que notó su error. Y es que aún si quisiera olvidarlo e ignorar que estoy embarazado, en unos meses tendré la panza que me hará recordar que cometí él error de meterme con alguien comprometido.

12:30 p.m

Toc, toc!

- Gulf, sal a comer. Ya Mild me dijo que no desayunaste.

- No tengo hambre- la voz suave detrás de la puerta me advertía que Sammy ya había llegado a la casa, no quiero ni verla a la cara. Ya debe de saber todo.

- Gulf, no seas egoísta. No solo eres tú quién esta en ese cuerpo.

- ¿Crees que no lo sé?

- ¡Pues parece que no!-gritó molesta- ¿Cómo siendo un enfermero vas y bebes alcohol estando embarazado? Y para colmo te saltas la comida.

-...- sabía que Mild no obviaría nada. Le contó a detalle mis estupideces.

- Mira no me importa si te quieres quedar y deprimirte todo el día en tu habitación- habló en un tono más calmado- pero mínimo se un deprimido que come y se toma sus vitaminas. No sé tú pero yo si quiero tener a ese bebé entre mis brazos.

Salí de entre la manta para luego tocar con cariño mi vientre, vi hacia el y una pequeña lagrima bajo rodando por mi mejía. Sammy tiene razón, no puedo ser tan egoísta. Ya no es solo mi cuerpo, sino también es el lugar donde se está formando mi hijo.

Aunque las circunstancias en las que lo concebí no fueron las idóneas, no significa que deba ver este embarazo como un martirio.

Suspiro. 

Decidido me levanté de mi cama y abrí la puerta.
El rostro de Sammy reflejaba enojo pero sobretodo preocupación. Pero todo esto se tornó en una sonrisa cálida, con unas  pequeñas lágrimas brotando de sus ojos. Mientras avanzaba y me daba un gran abrazo que desbordaba todo el cariño que ella tiene hacia mi. A este abrazo también se unió Mild y nos quedamos así por un buen tiempo, hasta que los tres nos sentimos satisfechos.

Luego de nuestro fraternal abrazo Sammy preparó comida para todos.

- Sammy deberías irte a descansar acabas de salir de tu turno.

- Gulf, ¿cómo crees que voy a irme a dormir cuando uno de mis amigos está así de devastado? - colocó los platos en la mesa y luego se sentó.

- Agradezco su preocupación, pero ya estoy bien. En el hotel tomé la decisión de criar a este bebé yo solo y eso haré.

- ¡Por supuesto que no lo criaras solo! ¡Mild y yo estaremos aquí para ti! ¿cierto Mild?- dijo con entusiasmo mientras le daba una palmada en el hombro a Mild.