Capítulo 8

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La mañana llegó con un exasperante golpeteo a su puerta, sacando a la joven pareja del mundo de los sueños, Kakashi se estiró para ver el reloj que tenía a su lado, eran las 4:00 a.m., a quién se le ocurría llegar sin invitación a esa hora, sin darle más importancia ambos se abrigaron y bajaron las escaleras, aunque claro no se esperaban lo que estaba al otro lado de la puerta.

-Suishou, ¿Qué hacen aquí?- preguntó Sakura mientras observaba como en la puerta se encontraba su querida maestra junto a todo su equipo y sus padres quienes, a su vez, cargaban un sin fin de objetos.

-Acaso no es obvio, venimos a terminar las remodelaciones, para la fiesta de mañana- respondió la Hokage entrando a la casa con toda su comitiva, quienes quedaban embelesados por la estancia.

-¿Cuál fiesta, de qué habla? - volvió a preguntar totalmente confundida la joven pelirosa

-Hemos escuchado algunos comentarios por las calles por lo que pensamos que tal vez una fiesta en su casa, con algunos de sus compañeros, familiares y amigos sería una buena idea para callar las malas lenguas y dudas sobre su matrimonio- respondió la madre de Sakura dejando en el suelo algunas cajas.

-Tu madre sin duda tiene buenas ideas, además ya arregle todo, no deben preocuparse por comida, ni invitaciones, sólo asegúrense de ser la pareja más dulce y empalagosa de la historia- terminó la Hokage para comenzar a dar órdenes al resto, quienes comenzaron a movilizarse.

-Suishou esperen un minuto, entiendo la parte de la fiesta pero ¿Qué es todo esto?- dijo Sakura señalando las cajas que traían todos.

-Regalos, sabemos que Kakashi sensei es un tacaño y no queremos que Sakura chan tenga una casa vacía - respondió Naruto mientras se cruzaba de brazos dándole una una mirada de reproche a su sensei.

-A caso no recuerdas que fui tu maestro, esposa defiéndeme de este niño ingrato- respondió Kakashi pellizcando como un niño la bata de la pelirosa y recargando la cabeza en su hombro.

-Ya, ya, agradece que es gratis y no te quejes- dijo Sakura dándole unas palmadas a la cabellera de su esposo, resignada a todo lo que ocurría.

-PERVERTIDO NO TE PEGUES TANTO A SAKURA CHAN NI CREAS QUE TE HE PERDONADO POR AQUEL BESO- gritó Naruto y tratando de jalar a Sakura

-¿QUÉ DICES?, ¿QUIÉN BESÓ A MI BEBE?- le secundo el padre de su compañera corriendo desde la cocina

-Idiota, se supone que ellos están casados, acaso no recuerdas cuando éramos recién casados, no te metas, tú sigue cariño me alegra que seas tan dulce con mi Sakura- Respondió su madre en defensa de su adorado yerno.

-Bien bien suficiente de charla debemos irnos antes de que salga el sol, Yamato ve a los cuartos y crea algunas camas y muebles para acompañar, Sai te encargas de la decoración, Sasuke el estudio y Naruto tú - comenzó a ordenar la Hokage pero hizo una pausa al pensar en Naruto, después de todo no confiaba en un trabajo delicado por su parte- tú los baños y no toques nada que puedas romper.

Cada uno comenzó con su respectiva comisión dejando a la joven pareja un poco desorientados, pero extrañamente felices de no tener que hacer toda esa ardua labor ellos solos.

-Tortolos aquí están las fotos de la boda y las que me pidieron revelar, tengan- dijo Tsunade entregando las fotos a Sakura en un sobre grande- En la caja junto al sofá hay portarretratos para cada fotografía busquen donde colocarlas- Terminó de hablar la rubia para dirigirse a revisar el trabajo del resto.

La pelirosa solo pudo soltar un suspiro mientras su esposo iba por la caja indicada así que ella decidió abrir el sobre sacando primero la fotografía más grande, al tomarla entre sus dedos, no pudo evitar recordar ese momento, después de la Ceremonia Hinata había insistido en que seguramente las fotos tomadas por Naruto saldrían un poco fuera de foco por lo que sería buena idea tomar una más frente al árbol, había sido una idea muy acertada de su querida amiga, esa fotografía que tenia entre sus manos era maravillosa, ella mirando hacia la cámara mientras Kakashi se encontraba de perfil recargando su cara cubierta en la cabellera rosa mirándola con dulzura, por alguna razón no podía apartar su vista de él, era tan embriagante y la hizo sentirse feliz de alguna manera.

CLAVE DE MISIÓN: MATRIMONIO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora