Capítulo 21

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Habían pasado solo unos minutos desde que habían comenzado a disfrutar de las caricias del otro mientras estaban tumbados en el frío pasto, entre besos pausados llenos de dulzura y algunos cuantos desenfrenados de anhelo, esta vez todo se sentía diferente, se sentía único, suavemente Kakashi posó sus manos sobre las prendas de Sakura dispuesto a quitarlas sin dejar de besarla, provocando que su compañera se estremeciera ante la sensación del frío bajo su piel desnuda, misma que la hizo curvar su espalda apegándose más al cuerpo del peliplata.

Esta reacción y la suave sensación de la piel que rozaba con sus dedos, le hizo desear apresurarse, quería estar lo más pronto posible unido con la mujer que se había convertido por completo en su razón de vivir, así que se quitó con gran agilidad la camiseta que llevaba puesta separándose por un momento de la pelirosa.

Si la vista de la noche anterior había avergonzado a Sakura, en esta ocasión al ver su amado bajo la luz de la luna la tenía embelesada, la sombra y luz se mezclaban con divina perfección en sus torneados pectorales además de que la platinada cabellera parecía brillar como si de un ángel se tratará, pero al ver esos ojos llenos de deseo y lujuria, dispuestos a devorar al más ligero movimiento estaba muy lejos de parecer angelical, más bien parecía un lobo hambriento y sin dudas ella deseaba ser la cena.

Sin esperar un segundo más la joven se lanzó hacia el peliplata quedando sentada sobre de él con sus piernas a cada costado, besándolo con mayor pasión, si bien Kakashi se sorprendió al principio, le gusto mucho la decisión de la joven así que la tomo por las caderas acercándola a su cuerpo para disfrutar de cada roce de la joven, ante esta sensación la joven no pudo evitar soltar un gemido entre los labios del ninja copy, quien aprovechó el estremecimiento para separar su labios y comenzar a descender por el cuello de Sakura depositando suaves besos erizándole la piel.

Sakura estaba extasiada con los cuidados de su pareja quien sin darle oportunidad volvió a tumbarla en el suelo y rápidamente percatándose de que en algún punto sus prendas inferiores habían desaparecido al igual que las de su compañero y sin aviso alguno se vio atravesada por un gran placer acompañado de una mordida en su hombro, algo que más allá de provocar dolor solo la incito más a mover sus caderas al mismo compás de su compañero. Entre embestidas y besos los amantes recorrían cada parte del otro y guardaban en su memoria las exquisitas reacciones que tenía su pareja.

Después de mucho tiempo ambos cayeron rendidos y jadeantes, Sakura se recostó sobre el pecho de su amado disfrutando del sonido de su corazón.

-Te amo- Kakashi fue el primero en romper el silencio depositando un dulce beso en la coronilla de su compañera -de saber que esto sería así, me habría confesado hace tiempo- se rio el peliplata después de un pequeño pellizco por parte de su compañera.

-Eres un idiota- sonrió la joven recargando su barbilla en su esposo para poder mirarlo - pero eres mi idiota- se rio, Kakashi le dio un pequeño beso y después quedaron recostados un poco más.

-Sabes- comenzó a hablar el peliplata - después de que te vi irte esta mañana, fue como si mi vida se hubiera oscurecido por completo, fue como aquella vez en la cueva, la sola idea de perderte es algo que no puedo soportar y el hecho de que fuera por causa mía provocó que me arrepintiera aún más- confesó el peliplata. -Toda mi vida me he enfrentado a pérdidas, supuse que al alejarme de todos y nunca formar lazos estrechos me liberaría de aquel dolor, pero ahora veo que sin importar cuanto huyas no puedes decirle a tu corazón que simplemente deje de amar, es imposible- suspiró con pesar -lamento haberte lastimado por mi absurdo miedo- terminó de hablar Kakashi.

-No hay nada que perdonar, ahora estás aquí, además no creo que sea un miedo absurdo, después de todo somos ninjas, aunque ahora hay paz, no es algo que podamos decidir, cada que alguno de ustedes sale de misión solo puedo esperar sin dormir, deseando que vuelvan con vida, esta bien tener miedo, pero no dejemos que ese miedo nos impida ser felices, aun si dura poco atesoremos cada momento- respondió la pelirosa dedicándole una dulce sonrisa a su esposo para quitar todo el pesar de su alma, pero después se quedo pensativa unos segundos antes de comenzar a hablar nuevamente. -Aunque hay algo que quiero pedirte- dijo la joven.

CLAVE DE MISIÓN: MATRIMONIO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora