CLAVE DE MISIÓN: MATRIMONIO.

"Tan brillante como el sol" Parte 3

Sakura abrió los ojos debido a la cantidad de gritos que se escuchaban, triste por no poder seguir descansando, decidió caminar hasta el lugar de donde procedía aquel molesto escándalo, una vez llego al origen del ruido se sorprendió al ver a Kakashi rodeado de personas mayores y algunos jóvenes, entre el caos de voces pudo distinguir palabras como "asesino", "lárgate","deberías morir", " te odiamos", la pelirosa no podía creer lo que estaba pasando ante sus ojos y lo peor es que el peliplata solo estaba quieto aceptando todos esos insultos, como si eso en verdad fuera algo que se merecía.

Iba a avanzar para sacar a su amigo de aquel lugar, pero antes de estar cerca algunos idiotas tuvieron la osadía de comenzar a lanzarle piedras a Kakashi Sin pensarlo dos veces corrió interponiendo su cuerpo entre el peliplata y el gentío, algunos al reconocerla como la doctora detuvieron sus movimientos, otros sin preocupación alguna continuaron insultado al peliplata y a ella por defenderlo, al ver que la mayoría no parecía querer cerrar la boca y razonar apretó un puño y sin aviso alguno trituro con solo su mano un enorme árbol que se encontraba a su lado, el ruido del impacto y impresión de que una pequeña y delicada joven fuera dueña de esa fuerza monstruosa hizo callar a todos los presentes, ya fuera por sorpresa o por el miedo que infundía la pelirosa.

-Entiendo su coraje y dolor, todos perdimos a seres amados durante una guerra que nunca pedimos, hubo ninjas de todas las aldeas que no se detuvieron a pensar en quien era amigo o enemigo, pero la mayoría solo trataba de sobrevivir, al igual que ustedes muchos tuvieron miedo y eso los llevó a cometer errores de los que puedo asegurarles se arrepienten cada día- hablo la joven enfrentando con la mirada a todos los presentes, ella misma tenia noches en las que luchaba contra sus propios monstruos y varios de sus conocidos cargaban con muchas muertes que jamás desearon -pero la guerra ya terminó, no podemos seguir resguardando todo ese odio y en definitiva no podemos culpar a una sola persona por las acciones que otros cometieron, ustedes ni siquiera saben quién está detrás de esta máscara, no saben si tiene familia, no saben si es joven o es mayor y tampoco saben si ha dañado a alguien o sacrificado todo por salvar a otros.- la pelirosa hizo una pausa pero sin dejar de retar con la mirada a las personas frente a ella, es verdad que los ninjas tenían mucha sangre en sus manos pero también habían salvado muchas más - si algo aprendimos de esta guerra es que la ira y el odio solo nos destruye, la única forma de cambiar al mundo es olvidar viejos resentimientos, mirar hacia adelante y luchar por ser mejores personas. Si alguien está dispuesto a arrepentirse y corregir sus errores, ¿Quiénes son ustedes para juzgarlo?, ¿acaso son santos?, nadie tiene las manos completamente limpias y eso no nos hace menos humanos o menos dignos de una vida mejor y si alguno no esta de acuerdo conmigo, entonces adelante, yo recibiré los golpes en lugar de mi amigo.- habló la joven con volumen fuerte y más enojada de lo que debería -Vamos ¿Quién lanzará la primera piedra?- los aldeanos ahí reunidos estaban desconcertados por el giro que había dado la discusión, algunos concordaron con la joven y se fueron arrepentidos de su actuar, otros tantos aun con coraje pero conscientes de que no lograrían nada se alejaron, poco a poco hasta que solo quedaron la joven pelirrosa y el hombre enmascarado.

Al no ver a nadie más cerca la joven tomó la mano del mayor con fuerza y sin explicación alguna lo arrastró hasta su consultorio improvisado, Kakashi no pudo decir nada debido a la impresión y simplemente se dejó llevar, una vez estuvieron a puerta cerrada la pelirosa literalmente lo aventó hacia la camilla y sin demora atrajo algunos insumos para tratar los rasguños que habían logrado hacer en el peliplata, ocultando su rostro bajo el flequillo, el mayor consideraba que no era necesario así que trato de detenerla.

-Sakura chan estoy bie...- comenzó a decir pero no pudo continuar.

-¿Por qué no hiciste nada?- susurro la joven casi imperceptible.