Todo de ti {Flamantha}

¿Cuatro?

Flavio

Hacia una semana que Samantha se enteró que estaba embarazada, una maldita semana sin verla, sin saber nada de ella, una semana sintiéndome vacío, perdido, sin saber que hacer, como ayudarla, lo único que sé es que hace dos días me mando un mensaje, en el mensaje me dijo que íbamos a tenerlo, pero que necesitaba tiempo, y yo me siento vacío, necesito tenerla cerca y ahora más sabiendo que vamos a ser padres juntos, que vamos a ser cuatro. Estoy dando vueltas por el salón, limpiando todo el desastre que formó ayer Dara cuando mi móvil suena. Es ella, una foto por WhatsApp, el corazón me va a mil y sin pensarlo mucho la abro.

Hacia mucho que no era tan feliz, no se ve nada, es una ecografía con nuestra semilla, el corazón se me paro, luego me dio un vuelco y al final acabe llorando. Samantha es la mujer de mi vida y eso lo sé, y la mujer de mi vida me va a dar un hijo, Dara va a tener un hermanito y yo no puedo estar más feliz.
Sin pensarlo mucho cojo la chaqueta y salgo disparado hacia el coche. Conduzco feliz, emocionado, es la primera ecografía del bebé y aunque estoy un poco enfadado por no haber ido con ella estoy que no quepo de felicidad. El porteero que ya me conoce directamente me abre y subo como un vendaval por la escalera, casi me caigo de lo rápido que iba pero todo merece la pena.
Llamo a la puerta cuatro veces y Samantha no abre, joder quizás aún no está aquí y estoy haciendo el ridículo, pero de pronto la puerta se abre y ahí está ella, más guapa que nunca y yo sin pensarlo mucho la abrazo y la beso tanto como puedo, tiene que ver lo mucho que le eche de menos, lo mucho que la necesité estos días y por su reacción sé que ella a mi también, se aferra a mi cuello y hunde su cara en el hueco del hombro.

-Como te echaba de menos samanthi- le digo dándole un beso y pegando nuestras frentes para respirar un poco más de ella.

-¿Qué haces aquí fla?- me dijo separándose de mi y llevándome de la mano al sofá.

-Me has mandando la ecografía y no e podido evitar venir q comerte q besos bebé, cuéntame que te han dicho.

-Esta todo bien, quería llamarte para que vinieras conmigo pero es que se me olvidó, me despertó maría súper tarde para decirme que tenía la cita hoy que no se me pasará, así que en veinte minutos tuve que vestirme e ir, no sé qué haría sin ellas aveces estoy perdida.

-No pasa nada, la próxima será- le dije dándole un beso en la cabeza.

-Fla es bastante tarde ¿vamos a comprar algo para comer y vamos por Dara juntos?- la cara se me iluminó, eso significa que no quería estar más distanciada de nosotros y yo no podía ser más feliz. Salimos de la mano y nos montamos en el coche contándonos todos lo que no nos contamos en estos dias, como echaba de menos su presencia, que ponga la música, que cante a pleno pulmón.

Fuiste lo más parecido a la vida que tuve
Ahora prefiero la muerte a seguirte negando

Gritaba a pleno pulmón, y es que Andrés Suárez ya es un clásico en esta historia. La miraba de reojo, tan loca como siempre, pero más guapa que nunca. Más brillante, más deslumbrante, y es que sus ojos que siempre son dos luciérnagas hoy son días diamantes y yo solo quiero perderme en ese mar interno que tiene. La eché tanto de menos en estos años que el mínimo tiempo sin ella hace que me asfixie, Samantha es un modo de vida, te da lo que necesitas, sin pensarlo mucho, se entrega a ti, sin miedo. Lo apuesta todo si de verdad te quiere, porque esta niña no conoce la maldad, es todo bondad, todo amor, pasión, humildad. Y yo estoy eternamente agradecido por ser su compañero de vida.