Miedo a los cambios

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Samantha

Quizás había sido el peor día que había tenido en el trabajo, había discutido con mi jefe de una manera sobrenatural y estuve a punto de renunciar, siento que me echa a la espalda responsabilidades que no me tocan, que le tocan a él, quiere que vuelva a ir a Italia pero esta vez quince días. No quiero ir. No quiero ir porque no me toca ir a mi. Porque el tendría que hacerse responsable de esas cosas, yo no. El. Pero al final tuve que ceder, eso si, con mis condiciones, como que podré llevar a quien quiera conmigo, y que no tendré que pagar ni un duro. Sinceramente pensaba que me diría que no y firmaríamos el despido, pero me a concedido las condiciones y en cuando acabe este mes tendré que ir. Llegue a casa con la cabeza a mil por hora, y para mi suerte estaba vacía, podía relajarme sin tener que fingir felicidad, paz y armonía. Porque ahora mismo estaba más que perdida, me sentía inútil. Sentía que mi trabajo no me hacía feliz, que estaba perdiendo el tiempo. Abrí una botella de vino y me senté en el sofá. La cabeza me explotaría si no lo hacía y con más miedo que ganas envié el poemario que tenía escrito por correo a todas las editoriales que encontré. No esperaba una respuesta, no esperaba que nadie se interesara por mis escritos, pero quién sabe, quizás si, quizás consigo lo que siempre he querido, dedicarme a crear arte, arte con mis manos, arte con un ordenador, arte a boli, a la lápiz, a pluma, arte en un cuaderno, en un folio, en un trozo de papel sin utilidad o hasta en un tiket. Arte con las palabras. Eso quería hacer. Siempre había sido mi sueño, dedicarme a escribir dedicarle mi 100% a la escritura. Cerré el ordenador pensando la gilipollez que acababa de hacer y justo la puerta se abrió y una sonrisa enorme entraba por ella, ahí estaba el iluminándome el alma y convirtiendo un día de mierda en pura felicidad, y eso solo lo hacía regalándome una sonrisa, en definitiva, el amor es una locura. Lola iba detrás de él riéndose también y por un momento sentí que sobraba. Estando en mi casa, en mi sofá, sentí que sobraba. Hasta que esa mujer con el corazón más puro que pude conocer se acercó a mi y me abrazo, calentándome el pecho, el abrazo que mi madre no puede darme pensé. Y es que solo tenía ganas de ir a valencia, de estar con los míos unos días y desconectar del mundo . Estaba pensando que quizás debería alejarme, tirar la toalla, quizás perdiéndome encuentro la calma, pero se acercó a mi, me abrazo como solo él sabe hacerlo, y me di cuenta que no pasa nada, que si el mundo se acaba y sus brazos me sostenían no pasaría nada, no tenía miedo en sus brazos, y quizás ese era el único miedo que podía sentir, la desprotección fuera de ellos, siempre he sido una persona muy solitaria, muy independiente, pero ahora no me veía sin el, y con esto no quiero decir que tenga una dependencia emocional hacia Flavio, no. No es nada de eso. Ahora soy más mía que nunca porque me miro con sus ojos, porque me respeto como él lo hace, porque me cuido como flavio me cuida y eso me hace ser más feliz de lo que jamás llegue a imaginar.

-¿Que pasa?- me dice flavio acariciando la mejilla

-Nada, he tenido un día malo, pero ya estás aquí, y yo ya estoy mejor.- le dije volviendo a acurrucarme en su pecho. Lola a ido a darse una ducha y flavio en cuanto su madre desapareció del salón aprovechó para preguntar, me conoce tanto que es imposible ocultarle algo.- Vente conmigo a Italia en dos semanas- le dije sin pensarlo, de una manera atropellada y sin saber si hacia bien.

-¿Como que Italia?- me dijo confuso con una ceja levantada.

-Tengo que ir como la cara de la empresa, puedo llevara a alguien y no se me ocurre nadie mejor que tu- le dije mirándolo a los ojos.

-Vale.

- ¿vale que fla?

-Me voy contigo el tiempo que sea, a donde sea, contigo me iría al fin del mundo Samantha- me dijo flavio antes de darme un beso, calma, eso siento ahora, todo está en calma, siempre he pensado que yo con yo mismo estoy mejor, pero ahora que tengo su calma no me imagino nada más, sin más. Sencillo. Ya no quiero nada más, con él lo tengo todo, tengo Tanto que no necesito Nada más. La vida pasa, y yo siento que es Ahora o Nunca, que el amor a llamado a mi puerta, cuando se va de casa, cuando no estamos juntos yo solo Quiero Que Vuelva, me e dado cuenta que yo quiero Todo De Ti, todo de flavio, ¿Quien Dijo Miedo? Si el me agarra la mano cuando el miedo me invade. Yo solo quiero que esto dure Un Poquito o toda la vida mejor dicho, no quiero que nunca se vaya, pero si el destino hace de las suyas, si alguna vez aleja al hombre de mi vida de mi, yo solo Espere Que Tornes.

Todo de ti {Flamantha}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora