Un sofá de tres.

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Samantha

-¿Me estás diciendo que le has contado que te casas?- María daba vueltas por el salón con su copa de vino en la mano mientras me miraba indignada, después de que le diera la noticia a flavio salió del estudio sin decir ni una palabra, me miro con los ojos muy abiertos y giro sobre sus talones. Salvador me dijo que se había encontrado muy mal y se había tenido que ir aunque era más que evidente que eso no era lo que pasaba.

-Sí- le dije mientras le daba un sorbo a mi copa.

-Pero tía- No la deje acabar, no estaba dispuesta a mantener otra vez esta conversación con ella.

-María no me repitas que no debería casarme y que tendría que escuchar a mi corazón, no ahora de verdad, otra vez no- le dije mirándola enfadada. Hacía un rato que la puse al día de todo, de la noche con flavio, de la sesión juntos, de la cena con Dara, de como le abrí mi corazón y le leí lo que sentía. El tiempo me demostró que aveces sentir no es suficiente, habían pasado seis años. Ya no estaba enamorada de flavio, tenía claro que era mi ojito derecho pero eso no convierte nada en amor. En seis años rehice mi vida, conocí a otras personas, me entregué a otros cuerpos, baile con otras almas y casi me enamoré de otra persona. Cuando estuve apunto de entregarme de verdad su recuerdo volvió a mi, y supe que no podría jamás llegar a amar a nadie más, él seguía vivo en mi. Pero eso no era suficiente. Deje todo por flavio. Volví de mi viaje de trabajo para no perderlo, conocí a su madre, le presenté a mis padres, por teléfono, si. Pero en muy pocos días pasaríamos la navidad con ellos, me rompió el corazón. Se fue. Me dejo. Se lo pedí porque estaba rota, pero no quería que se fuera, lo necesitaba, por eso salí del baño, por eso lo abracé, por eso lo besé. Él se fue. Siguió con su vida, así que yo seguí con la mía. Tengo todo el derecho del mundo de rehacer mi vida. Tengo el derecho de ser feliz, de enamorarme.

Con el tiempo acabe descubriendo que yo no brillaba con flavio, que yo brillaba sola y que él brillaba solo. Nuestras carreras triunfaron cuando nos separamos, siempre voy a pensar que juntos brillamos más, pero lo que más claro tengo es que por separado podemos deslumbrar, y eso es precioso. La gente siempre piensa que tienes que estar con X persona para deslumbrar, yo opino que no podrás ser feliz con nadie hasta que no te valores tú, hasta que no brilles tú y hasta que no seas feliz tú, solo o con alguien. Me costó estar sin él, aprender a vivir sin su café mañanero, sin los risottos, sin las copas de vino viendo cualquier película un domingo. Lo hice. Renací como el ave fénix. Volé. Brille. Sola. Y el hizo lo mismo. Se me llena el pecho de orgullo cada vez que pienso hasta donde ha llegado, todo lo que acabo alcanzo, flavio esta en cima, sigue teniendo un futuro prometedor y de eso soy muy consciente.
Antes quería que se arrepintiera de lo que hizo, ahora, después de haber conocido a Dara soy incapaz de pensar eso. Me tuvo que destruir para traer al mundo a semejante estrella, bendita la destrucción y bendito el por crear a Dara.

-Haz lo que quieras Samantha, pero nunca voy a estar de acuerdo con esto- dijo maría sentándose en el sofá.

-La única que tiene que estar de acuerdo soy yo, y lo estoy, así que no hay más que hablar, mañana daremos una entrevista como ya sabrás para anunciar el compromiso.

-Lo sé, fui ayer a por el vestido que llevarás.

-Genial- le dije ignorando su mala cara.

Me fui a casa bastante tarde, al final cené con maría y la hice entrar en razón, tenía que apoyarme, era mi decisión, lo que yo quería, y tenía que aceptarlo. Sentía que todo el mundo me cuestionaba y eso no me gustaba, nadie apoyaba el compromiso y necesitaba que lo hicieran. Estaba apunto de meterme en la ducha cuando unos toques bastante fuertes sonaron en la puerta.
Fui hacia la puerta descalza y en toalla y con unos pelos que poco se dice. La cara se me descompuso cuando abrí, como sabía donde vivía, quien le había dado mi dirección y que hacía aquí.

Todo de ti {Flamantha}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora