Capítulo 68. Es la mejor parte

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El silencio nos tomó de rehenes, yo quiero enmendar mi error, pero la mirada de odio de Iracema cada que intento hablar me rompe en mil pedazos, pero me trae más loco.

-¡Quiero salir de aquí de una vez!-se queja y yo no digo nada por que no quiero otra piedra volando hacia mi cabeza-¿Si probamos lo que hicimos la vez pasada?

-No creo que Anastasia...

Iracema me observa atentamente cruzándose se brazos y mirandome con resentimiento, así que levanto ambas manos y me dispongo a obedecer a la chica.

-Bien, probemos...-Suelto mientras me coloco en mi puesto en ella en el suyo-Canaliza de nuevo todo tu poder es un hilo, haré lo mismo.

-¡Se lo que debo hacer!-Grita desde su posición.

Ambos corremos en las direcciones que debemos para intentar romper el domo, un sonido horrible comenzó a salir de el choque de eso, pero no logramos obtener nada más que el ruido horrible.

Iracema y yo terminamos uno frente a otro, ella colorada por estar tan cerca mio, y yo con el corazón acelerado por tener su perfume en mis narices. ¡Qué ganas de plantarle un beso!

-¡No funciona!- dice mientras se aleja de mi.

Estoy por agarrarla del brazo pero gira abruptamente para verme y tengo que simular que solo me desperezo pa evitar más lios.

-Te dije que Anastasia no iba a ser tan obvia.

-Pero había que intentarlo, muero de hambre, ya me quiero ir, no quiero seguir encerrada contigo.

Pongo los ojos en blanco y me cruzo los brazos, la verdad es que me molesta un poco que haya acotado eso.

-¡Dios! Solo dije que me gustas y que estoy celoso...

-Eso es motivo suficiente para querer alejarme de ti - habla y se sienta en el agua. El sol ya empieza a sentirse más fuerte y el hambre me está consumiendo.

-¡Es suficiente para que no quiera hablarte Luriel!

-¿Cuál es el problema Iracema? Te dije que me gustas no te pedí matrimonio.

-¡El problema es que tú quieres jugar conmigo! ¡Como no te conformas con tu larga lista de admiradoras, necesitas que ingrese una más!

-¡Ya me dejaste en claro que ya no te gusto!-mordí mi labio inferior al ver que ella esquivó mi mirada cuando dije eso- ¿O acaso sí te sigo gustando?

-¿Qué dices idiota?

Iracema se hace un moño y se acomoda en el agua que sigue corriendo bajo ella, la rodeo y analizo, en todo momento me esquiva evita cruzar sus ojos con los míos.

Quedo marcado tras ella y me concentro en su bello y largo cuello, hasta que finalmente lanzó mi anzuelo.

-Aún te gusto.

-¡Cállate!-Ordena -¡Puta madre! Creo que Florencia tenia razón, a ti solo te gusta lo inalcanzable, como me ves con Katú feliz, lejos de ti, y no estoy arrastrada a tus pies, entonces te fijas en mi.

-No es verdad...-refuto

-¡Claro que sí! Yara dejo de estar con Gerardo y ya no le diste bolilla, así que como me ves a mi con Katú, vas tras mío.

-No es verdad-vuelvo a repetir enojado.

-Así que si digo que me gustas quizás me dejes en paz, y tu delirio y obsesión conmigo se esfume...

Me enoja de verdad me enoja, porque una cosa es que me gusten las chicas, porque de hecho es verdad, pero otra muy distinta es que me acusen de mentiroso.

El internado de La colmena [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora