Capítulo 85. Sin tiempo

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No dormí una mierda, el viaje en avión fue un asco, no pude volver a hablar con Iracema, porque todo el viaje lo hicimos yo a lado de Orkias y ella de Cariem.

Ahora estamos llegando a la entrada de La Colmena, pasar por el túnel del árboles es la mejor parte de regresar.

Al cabo de unos minutos el bu se detiene frente al edificio principal del internado.

Mis compañeros comienzan a bajar, y yo solo acomodo mis gafas de sol para esperar tranquilo a que se despeje.

Veo a Iracema levantarse y la sigo con la mirada, cuando dd nuevo mi cuerpo se estremese al recordar lo que pasó entre los dos.

¡Se ve tan hermosa!

¿Cómo hago ahora para estar cerca de ella y no querer traerla mi?

—¡Vamos chico!—Ordena Orkias y obedezco.

Bajo del bus seguido de él, buscando aún a Iracema con la mirada suplicando que ella también me vea, sin embargo, lo único que tuve, fue un golpe de celos horrible al ver que Katú se acercaba a ella.

La chica le ofrece una sonrisa amable, como la que le da a todos, pero a mi, me duele.

—Peotegidos del 1ro y del 7mo—Cariem levanta la mano— ¡Al salón de estudios universales! Ahora. Los demás a sus habitaciones, nos vemos para la clase de monstruos y pueblos originarios por la tarde. Sean puntuales.

Mis amigos se acercan a mi, mientras Thalia, Cariem y Orkias se adelantan al interior del salón.

—De nuevo nos perdemos del descanso —Se queja Juanjo bajando su mochila en el porta bolso de la entrada del edificio, hago lo mismo.

—Relaja la mandíbula campeón —Gustavo me da un golpe en el hombro y este me duele un montón —, ¿Estas bien Luriel?

—No—respondo—, quiero a Katú lejos de Ira.

—¡Wow! Esto si es nuevo—Juanjo se cruza de brazos y me analiza— ¿Qué pasó?

—Nada—respondo cortante.

—¿Por qué los anteojos de sol?

—Por que no dormí una mierda... y que crees hay sol...

—Y el oro de las paredes refleja mucha luz—completa Gustavo y Juanjo lo observa con casi odio—¿Qué?

—¡Habla! ¿Qué estupidez hiciste?

—Me enamoré de Iracema, esa es la estupidez—confieso

—¿La besaste?—pregunta serio Juanjo y Gustavo abre su boca al escucharlo.

—Nos besamos—digo sin dejar de mirar a Katú y a Iracema, aprieto mis manos en puños, pero intento relajarme.

—¡Dios! Estás obsesionado—Juan me vuelve a dar un tiquesito en el hombro derecho y el dolor se esparse en mi.

—Basta...—susurro—, no se menciona nada esto, y vamonos de una vez al salón.

Mis amigos niegan, ellos en verdad están preocupados por mi reacción, y la verdad que yo solo tengo ganas de ir a romperle los dientes a Katú por posar sus manos en los hombros de Ira.

—¡Hey Luri!—me habla Vega—¿te sientas conmigo?

Todos giraron a ver la escena, pues apenas yo estaba entrando al salón... todos, menos Iracema, quien claramente está incómoda con el pedido de Vega.

Ira se sienta en una de las mesas y estaba por rechazar a Vega, cuando Zunú me empuja para sentarme a lado de la chica de una buena vez.

—Todos a sentarse—ordena el chico mientras Orkias se sirve café, Thalia y Cariem toman asiento en la mesa de profesor uno a lado de otro, casi en espejo coordinando sus movimientos.

El internado de La colmena [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora