—Permiso chicos, necesito... —Miro a Iracema que también se aparta de las chicas—, necesito hablar algo con mi compañera, nos vemos adentro.
—Tranquilo, buscaremos a Juanjo y a Gustavo —dice Betania en lo que me ofrece una sonrisa.
Estoy por irme cuando Thalia me ataja, Iracema me hace un gesto para ir hasta uno de los pasillos y me molesta que mi hermana esté retrasando mi trabajo.
—¿A dónde vas?—pregunta nerviosa, Daniel no ha apartado la mirada de ella.
—A hablar con Iracema de cosas super importantes Thalia, ¡me estas atrasando!
—¡Ve con cuidado! —me susurra de malas y la dejo con Daniel quien prácticamente se la debora con la mirada.
Me alejó de la multitud, cuando cruzo la vista con Orkias, él me hace un gesto y yo solo respondo con la seña de tiempo, así que el regresa a lo suyo.
Iracema está esperándome tras una puerta en el pasillo perpendicular al que estábamos, ella ya se está colocando unos guantes y recogiendo el cabello en una coleta cuando quedó frente a ella.
—¿Lo sentiste tan intenso como yo?—pregunto mientras me coloco también los guantes.
—Parecia que me estaba rasgando la espalda—contesta mientras comienza a a juntar las manos.
Una de las cosas que aprendimos con Anastasia el mes que entrenamos ha sido el control de espíritus errantes, no somos tan buenos como ella, pero al menos podemos hacerlo enterarnos de cosas.
—¿No deberíamos avisarle a los demás?—pregunta cuando me ve hacer lo mismo que ella.
—Ya los habrán visto, ya saben porque nosotros desaparecimos, ellos se encargaran de encubrirnos, no debemos perder tiempo.
—Ok.
Ella suelta el aire de sus pulmones en un soplido, yo hago lo mismo, y es en ese preciso momento que el mundo comienza a distorsionase.
Ambos ingresamos en una especie de burbuja alejados de la realidad, esto, en realidad es la misma realidad entretejida con el mundo de los espíritus, el legado de Guyraporú, el espíritu encargado de proteger a las aves y animales del bosque.
Este territorio no es manso, porque es muy probable que encontremos a espíritus malignos, espíritus que no están a nuestro favor, ni sirven a los 7.
Del único que por el momento debemos cuidarnos es de Juruparí, el resto no vendrá por nosotros a no ser que los busquemos.
Esta burbuja, está protegida por un gran ñandutí tejido por Jasy y nos servimos de él, para contactar con los guías dueños de este lugar.
—Es tu turno Cario—Iracema ordena, y sé lo que debo hacer.
—Eju, Yvytú, ha rehechauka oreve moo oimé ñande anguirú kuera.—Las palabras salen de mi boca como si estas fueran un manantial, recorriendo la oscuridad mostrándonos las redes y los puntos del ñandutí que nos rodean.
Yvytú aparece ante nosotros, y la oscuridad se convierte vierte en claridad, un camino de huellas se marca en el suelo, de una azul brillante.
—¡Cario! ¡Guerrera!—saluda el espíritu gris en una reverencia, nosotros respondemos—Sigan las huellas... y encontrarán un espíritu confiable.
Yvytú desaparece, convirtiéndose en viento por lo que terminamos obedeciendo y siguiendo el rastro que esencia dejó.
—No puedo creer que pudimos hacerlo sin problemas—festeja Iracema—Aun recuerdo esa vez que lo hicimos mal y terminamos en medio de Y-póra, pensé que nos iban a comer.
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El internado de La colmena [Libro 1]
FantasyUna orden secreta, poderosa y temida en el mundo de las sectas, entrena a sus hijos desde pequeños para formar parte de su sociedad. El Internado de La colmena, pasa desapercibido ante los ojos del mundo, se pinta como si sólo fuera un lugar elitis...