Capítulo 32. Distraídos

1.7K 316 71
                                    

-¡Otra vez!-La voz de Zunú golpeaba mis adentros, mientras mi rostro estaba siendo bañando por el sudor que salía de entre mis cabellos para recorrer mi rostro.

Mainumby volvía a atacar, piedras Yrupé y yo intentábamos bloquear sus ataques.

El espíritu en cuestión es demasiado veloz y brutal, no es para nada sencillo entrenar con ella, teniendo en cuenta que golpea como aletea sus alas en su forma de pica flor.

De nuevo soy opacado por Yrupé en esta ronda, y quisiera culpar a las vueltas que me hizo hacer Orkias antes de venir aquí entrenar, pero seria mentira decir que pierdo por eso, pues antes Atria nos dió algunas pastillas de remedios naturales que hizo levantar nuestra fuerza.

El verdadero problema es que soy inútil para ésto... aún, sin embargo eso no va a evitar que mejore, debo alcanzar el nivel de Yrupé, debo ser mejor, y no volver a perder ante Iracema.

De nuevo, un golpe en la cara, y tumbado en el suelo es como acabo, Yrupé aguanta un poco más, pero también e superada ampliamente.

-¡Otra vez! -La voz de Zunú suena cansada, y un poco decepcionada.

-Por favor, un minuto de descanso-Suplica mi compañera mientras la ayudo a ponerse de pié.

-No-contesta tajante Zunú-. Afuera, no podrás pedir ni un segundo de chance... y para eso los entreno, porque no debemos permitir que ninguno de nosotros vuelva a morir... ¿Sabes cuantos esta semana desaparecieron?-Ambos negamos, mientras él se apreta el cabello del rostro-. Otros 25... y uno de ellos fue mi entrenador, mi tutor, un hombre sumamente fuerte...

Zunú aprieta sus manos en puños, mientras sus ojos se oscurecen a medida que nos habla.

-Más de 200 años de antigüedad tiene nuestra organización...-Arruga su nariz, de nuevo el tic se hace presente en su rostro-. Y es la primera vez en dos siglos, que estamos al borde de la extinción... no voy a permitir que ninguno de mis compañeros o aprendices, como lo son ustedes, muera.

>>Y si eso significa, que los debo torturar a más no poder, lo haré, así que ¡Otra vez!

Pasé mi lengua sobre mi labio, mientras movia la cabeza con algo de nervios, pero finalmente obedecí.

Yrupé también, ambos vamos contra Mainumby, intentando en conjunto dar un golpe aunque sea.

Habremos aguantado un minuto a lo sumo, luego, ambos ya estábamos en el suelo, jadeando y quejándonos de dolor.

-Ya no pueden Zunú -Advierte el espíritu mientras se convierte de nuevo en un picaflor-. Mejor déjalos descansar por hoy, estoy segura que sólo van a ganar moretones hoy, y eso no es nada productivo.

Zunú pone los ojos en blanco, aunque su discurso era motivador, y en verdad se nota que desea continuar... definitivamente nosotros no podemos más.

- Bien, hasta aquí-Su voz sale con fastidio-. Y, como mañana no vas a entrenar-me apunta- también suspederemos nosotros la clase Yrupé, pero, les dejaré una tarea, desde mañana hasta el domingo, van a hacer lo siguiente.

>>Deben estar despiertos a las 6:30, trotar por al menos una hora, luego por las tardes deben hacer plancha, resistencia y nuevamente una hora de trote.

>>En ti , Luriel, hay mucho que trabajar, pero nos centraremos en fortalecer primero tus brazos, y en ti Yrupé, resistencia y el estilo de tu defensa.

>>Les recuerdo que sabré si es que no cumplen, así que más les vale ser disciplinados.

-Sí Zunú -contestamos juntos.

El internado de La colmena [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora