Capítulo 56. Odio e incomodidad

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Orkias estaba vestido de traje, mientras que Iracema y Katú estaban con su vestido de gala.

Ellos irán a la tv a hablar sobre el éxito del intercolegial, resulta que ahora hay miles de colegios que quieren vivir la experiencia de La colmena, al menos algo bueno quitó de esto el orco de Orkias.

Tal como lo predijo, estamos en boca de todos y se desvío la atención del escándalo de mis padres a la gran aventura de vivir 22 días en el internado más caro y prestigioso de Latino América. Tanto ha sido el impacto mediático del intercolegial, que otros institutos planean hacer lo mismo y Elsa ya propuso hacerlo de nuevo dentro de 6 meses, es decir, en septiembre, en plena primavera, e imagino que esa fiesta será gigante.

Thalia, Cariem, yo, Orkias, Elsa, Iracema, Katú, Maitena, Atria y mi madre estamos reunidos en el helipuerto del colegio en dónde se encuentran las aeronaves que nos llevaran hasta nuestro punto de partida.

—La misión de hoy es sencilla—Habla Elsa fuerte y claro mientras coloca un pequeño dispositivo en nuestras ropas—. Ustedes por un lado—Señala a Iracema y Katú —. Deben vender la imagen del colegio, sonrientes, orgullosos, felices, y ustedes, deben conseguir toda la información posible del Saint Carls, por sobretodo de ese sacerdote. Cariem y yo estaremos monitoreando cada palabra, cada movimiento del Saint Carls—Pasa a mi hermana unos auriculares diminutos y ella lo coloca tras su oreja—. Y tú vas a mantenerte al margen de mi.

—Sí señora—contesta Thalia sin reproches.

—Thalia—llama Cariem cruzándose de brazos—. No quiero nada que salga del libreto, no quiero tonterías como que vas a improvisar, sigues lo que oyes, más porque van a llevar a Hisa, y ella no tiene idea de lo que ocurre de este lado de La colmena.

—No tienes porque preocuparte Cariem...—habla entre dientes mientras el profesor niega, ya puedo como está apostando mentalmente con Orkias y que Thalia no se comportará.

—¡Ya veremos señorita Gianti! ¡Ya veremos!

—Ten un poco de fe en mis hijos—reprocha mi madre.

—Llevan sangre de Mortel— Orkias habla fuerte mientras se peina la melena, en verdad parece otra persona cuando está decentemente vestido—. Lo siento Solei, pero tus hijos son un caso serio, es evidente que les encanta ser los que alborotan el panal.

Mi madre mira con algo de enojo a Orkias, sin embargo no dice nada, y entiendo la posición en la que se encuentra ella y Orkias, aún queda en el aire la sensibilidad de lo ocurrido con Josefina, yo actué de forma heroica, y tonta, eso es evidente.

Luego de ese hecho muchas cosas cambiaron en el internado, la seguridad se cuadruplicó, no hay salidas de fin de semana sin que los padres avisen previamente a dónde llevaran a sus hijos, pasan por tres filtros de aprobación, y cuando se tiene la certeza de que no hay impostores se autoriza la salida.

Exagerado, dictatorial, extremista, sí, todo eso, con tal de salvar la vida de sus larvas.

—Luriel, yo necesito que actúes indignado con la decisión de tus padres—Recalca Elsa—. Quiero que se note que no quieres irte de La Colmena, esa es una forma en que haremos hablar mal al sacerdote y quizás escupa sus planes y comprobaremos si es o no un mata abeja.

—Sí señora...—contesto afirmando con la cabeza.

—Iracema, ya sabes, actua encantadora, o sea, sé tu misma... conquistalos.

—Lo haré señora—dice y ofrece una amable sonrisa a Elsa.

La mujer saca su celular, y al parecer abre una aplicación, y por lo que parece, esa aplicación se encarga de manipular el dispositivo que Elsa nos colocó, pues al tiempo en que ella tocó algo de allí, y un terrible sonido se escapó de él. El pitido duró milésimas, pero bastó para que todos llevemos las manos a los oídos como reflejo.

El internado de La colmena [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora