Capítulo 40. Un problema más

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Cansado llego hasta mi cuarto, el cuál está vacío, estoy seguro que Yara estará con Florencia y sus amigas, mientras Iracema con Katú y su séquito de chicas.

Estoy tan agotado, que no tengo ni energia para invertir mis pensamientos de rabia y envidia en Katú.

Zunú nos torturó y empezó a trabajar con nosotros el uso de almas y espíritus, nunca antes me había agotando tanto estando sentado y en silencio. No logramos un carajo, hasta Yrupé salió frustrada.

Terminamos la sesión con la advertencia de nuestro entrenador, solicitando que no dejemos el entrenamiento mañana.

La sesión terminó cuando Cenit llegó hasta donde estábamos, bastó ofrecerle una sonrisa a Zunú, para que este irrumpiera nuestra concentración y anunciara que ya podíamos retirarnos.

Agradeci a Cenit, porque en verdad ya no podía más, me estaba consumiendo.

Saco de mi bolsillo el auricular y ni celular, sólo necesito relajarme un rato, y escuchar alguna música que me ayude a recolectarme con la historia que estoy escribiendo, me he alejado demasiado de eso, debido a los destiempos que causa esta loca idea de hacer el estúpido intercolegial.

Iba a poner mi lista de reproducción, pero al final decidí darle al mix para descubrir nuevas músicas.

《Cae el sol de Airbag》

La música es vieja, sí, pero cuando la letra llegó a mi alma, algo hizo clic en mi interior.

Me repetía que lo único que provocaba era inspiración, intentaba imaginar la escena de la historia, a los protagonistas, pero mi cabeza borraba todo eso, para remplazar recuerdos que tenía instalados, recuerdos vividos con Iracema.

Me despeino con una mano, mientras que la otra baja mi celular al suelo, sonrío nerviosamente, porque en serio no puedo creerlo que esté como idiota pensando en ella.

Esto ya no es normal, en verdad no es normal. Siempre he sido un chico enamoradizo, eso es más que obvio, y uno de mis grandes defectos, en la mayoría de los casos era yo el que terminaba la relación por quedar enganchado por otra chica.

Y también es bien sabido, que Yara siempre fue la chica por la que botaba baba, y aún lo sigo haciendo, pero me doy cuenta que ya no es como antes.

Quiero no creer que Juanjo tenga razón, que la veía como inalcanzable, y ahora que prácticamente tengo que dar un paso al frente para estar con ella ya no me atrae tanto.

Simplemente eso me da rabia, porque me convertiría en una muy mala persona, y no quiero ser una mala persona.

¿Y si esobea verdad? ¿Haré lo mismo con Iracema?

No, no quiero hacer eso, no me gustaría dejar de sentir esa corriente que me invade cuando la veo, o cuando hablamos, para que luego, nuestra relación se convierta en la Antártida.

Bueno, aquí va mi egocentrismo, ¿Qué garantías tengo yo de que Ira y yo podríamos llegar a tener una relación?

¿Y si es solo eso lo que me llama de Iracema? La incertidumbre y que aparentemente ella tiene algo con Katú.

Debería pedir a Juanjo que me de una cachetada, si lo que pienso es real, sólo seria un patán, justo lo que no quiero ser.

La puerta se abre, y mi corazón da un brinco, esto sí es fuerte. Iracema entra y se arroja en su cama, yo pongo en pausa de inmediatamente mi reproductor su suelto un suspiro.

Ella no habla, sólo se tapa el rostro con la almohada, y la siento nerviosa, pero a pesar de no ver su rostro, tengo la impresión de que está sumamente colorada y avergonzada.

El internado de La colmena [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora