La clase de baile estaba por comenzar, y todos los alumnos estaban inquietos dando saltitos y riendo a su alrededor. Rodrigo estaba horriblemente incómodo con esas mallas que no dejaban nada a la imaginación pero no se preocupó por salir de ahí, no iba a esforzarse porque sabía que no podía escapar.
¿Por qué?
Porque aquello era un sueño.De pronto se hizo un silencio y el profesor entró a la sala.
Rodrigo se esforzó en distinguir su rostro pero no podía, era como si aquel personaje fuese sólo una voz y no algo que estuviera ahí realmente.
Dio un par de instrucciones y luego se dirigió a él.
-¿Qué haces aquí? ¿Por qué no estás buscándome? - le habló a Rodrigo directamente.
Su voz le era familiar, pues habían tenido este diálogo mil veces desde hacía varias noches. Pero más allá de eso, aquella voz parecía estar ligada a su propia existencia, como si la conociese de antes de nacer, y le frustraba horriblemente no reconocerla. Era como estar frente a tu madre y no poder verla, no saber que es ella. Le transmitía una sensación de calidez y de alegría, era como un ansiado reencuentro, pero a la vez le ponía triste. Un vacío en su pecho se acrecentaba cada vez que intentaba recordar donde había escuchado esa voz antes, sentía el dolor que esa ausencia generaba pero no entendía por qué.
Rodrigo preguntó cómo siempre aunque sabía que no tendría respuesta.
-¿Quién eres?
-Cuando me encuentres lo sabrás.
-Al menos dime tu nombre. ¿Cómo voy a encontrarte si no sé quién eres? - Rodrigo odiaba esas conversaciones porque nunca aportaban nada. Pero siempre preguntaba porque la respuesta le producía un calorcillo agradable en el estómago.
-Entonces yo iré por ti. Espérame, yo te encontraré. Siempre te encuentro.
Y Rodrigo despertaba. Siempre despertaba en esa parte sintiendo que algo faltaba en su pecho, como si algo le hubiera sido arrebatado y en esos sueños se lo recordaran. Había algo en esa voz que le hacia sentir amado y a la vez muy solo. Aquella presencia siempre le buscaba, siempre llegaba a sus sueños prometiendo encontrarle, pidiendo que le buscara. Los escenarios variaban pero el diálogo siempre era el mismo, palabras más, palabras menos. Nunca aportaba información nueva. Era un sueño recurrente que no sabía cómo interpretar.
Se levantó tremendamente frustrado y se preparó para ir a clases, un día normal en el instituto.
Ese día hubo una pequeña diferencia. Tenía un compañero nuevo, pero ni se molestó en emocionarse por eso. Era un chico normal que no tenía nada que le hiciera mirar dos veces en su dirección, y así fue. No le volvió a mirar en lo que duró el día.
La jornada transcurrió normal, en el recreo fue a tocar algo a la sala de música con sus amigos y al salir se fue a su casa, un día sin nada memorable. Cenó, se preparó para dormir y se acostó esperando no soñar nuevamente lo mismo.
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La Firma
Fanfic- No puedes hacerme esto, Álvaro - dijo sollozando mientras sostenía su mano ensangrentada. Este la acercó a sus labios y luego todo se volvió negro. ****** Un nuevo libr...