La Firma

15 - Sorpresa

Rodri abrió los ojos pesadamente al sentir voces en la habitación. Se sentó y vio a un médico y una enfermera entrar a la habitación a hablar con su amigo y revisarle.
Se quedo en silencio observando con curiosidad mientras el doctor le palpaba el vientre con cuidado.
La enfermera mientras tanto le tomaba la tensión y la temperatura. Por un segundo sus ojos se encontraron pero Pascu desvío la mirada rápidamente haciendo que Rodri frunciera el entrecejo.

- Todo va muy bien Álvaro- habló finalmente el médico- No hay señales de que haya nuevamente sangrado interno y tampoco fiebre. La herida también luce bien. Dependiendo del resultado de las analíticas que haremos ahora evaluaremos si puedes irte a casa.

- Gracias, doctor

Le quitaron por fin la vía y se retiraron. Cuando se hubieron quedado solos en la habitación, Rodri confirmó que Pascu le estaba evitando.

-Buenos días.

-Buenos días. Creo que me daré un baño antes de que vengan a clavarme más agujas en el brazo. - dijo bajándose de la camilla de un salto haciendo un gesto de dolor.

- Oye, ten cuidado - dijo Rodri poniéndose de pie alarmado- ¿Quieres que te ayude?

-No hace falta.

-Te llevaré el bolso, espera.

-Gracias.

- Si necesitas algo solo dime.

-Vale.

Pascu desapareció en el baño con una velocidad que sorprendió a su amigo. Claramente le estaba evitando, ¿acaso seguía molesto por lo del día anterior?.
Se quedo ahí confundido, sentado con los brazos reposando en las rodillas y mirando el piso sin saber que pensar. ¿Debería darle su espacio? ¿Debería bromear y tratar de evitar la incomodidad? Estaba en eso cuando le arrancó de sus pensamientos una llamada de su mamá.

En el baño, Pascu se mojó la cara con agua fría para ocultar el sonrojo de sus mejillas.
Aquel día se le haría eterno si iba a estar reaccionando así cada vez que Rodri le mirara, y no podía pasar toda la mañana evitándolo.
Le había dado vueltas por un par de horas a las palabras de su compañero y había decidido que no podía permitir que terminara el día sin decirle lo que él mismo venía sintiendo.
Simplemente no iba a poder soportar más el llevar eso dentro, se sentía como si fuese a explotar en cualquier minuto y temía que, de seguir con esa tensión, acabaría por saltarle encima a comerle la cara en lugar de confesárselo apropiadamente.
Pudiera ser rechazado, pero quiso aferrarse a las palabras de su mamá, hasta que no lo escuchara de su boca no podía estar seguro. Además abrazaba cierta esperanza de que lo que su amigo había dicho dormido fuese verdad, y de ser así quería que se lo dijera estando despierto.

Y bueno, esa era su idea hasta que se encontró con los ojos verdes de Rodri mirándole nada más despertar y su determinación se fue al demonio. Cómo iba a hacer para encontrar el momento de hablarle sin entrar en pánico, era algo que esperaba resolver durante el día.

Al salir del baño encontró a Rodri hablando por teléfono. Volvió a meterse en la camilla y le miró mientras se despedía y cortaba la llamada.
Antes de que pudiera preguntarle nada, Rodri tomó su bolso y se encerró en el baño. Pascu se quedó mirándole con una ceja levantada. ¿Ahora era Rodri el que le estaba evitando?

Rodri se metió a la ducha y al salir vio a una enfermera preparando a su amigo para sacarle sangre y este le miró afligido. Rodri sacudió la cabeza y se concentró en ordenar sus cosas en el bolso, las agujas no gustaban para nada. Al terminar, la chica le indicó que ya podía desayunar.